El riesgo de usar vacunas de diseño rápido
Mario E. Fumero
El riesgo de usar vacunas de diseño rápido. El mundo entero vive pendiente de la salida de las nuevas vacunas para frenar el coronavirus, y todos los gobiernos tratan de apurar la vacunación de su población, sin embargo, hay algunas realidades que tenemos que analizar, como es el riesgo que hay cuando las vacunas se lanzan rápidamente sin un estudio bien preciso de las consecuencias que las mismas puedan traer.
Al respecto a uno de los laboratorios más prestigiosos del mundo como es la farmacéutica “Merck & Co.”, en una entrevista efectuada con el profesor Tsedal Neeley, de la Escuela de Negocios de Harvard, recordó que la vacuna más rápida jamás traída al mercado fue la medicina de Merck contra paperas, la cual tomó alrededor de cuatro años antes de usarse, además otras vacunas de Merck como la del Ébola tomó cinco años y medio antes de lanzarse al mercado y solo este mes fue aprobada en Europa. En el caso de la vacuna contra la tuberculosis se tomó 13 años para implementarla y sobre la del rotavirus se tardó 15 años en elaborarse y la de la varicela 28 años, mientras la vacuna para el VIH lleva 40 años buscándose, y todavía no se ha encontrado.
El doctor Frazier explicó que el proceso para el desarrollo de una vacuna lleva mucho tiempo e investigación, porque requiere una evaluación científica muy rigurosa. En lo que respecta al COVID-19 el profesor afirma que “ni siquiera entendemos el virus en sí, o cómo afecta el virus al sistema inmunológico…”, y declaró que “nadie sabe con certeza si alguno de estos programas de vacunas producirá una vacuna como esta o no. Lo que más me preocupa es que el público está tan ansioso, tan desesperado por volver a la normalidad, que nos está empujando (a la industria farmacéutica) a mover las cosas cada vez más rápido”, lo que los científicos catalogan de arriesgado. Además, se tiene muchas dudas sobre el origen del virus, porque se debaten varias teorías, unos especialistas en infectología creen que procede del animal, pero otros muchos afirman que es un virus fabricado, porque presenta algunas características peculiares.
El peligro de la vacuna radica en que antes de ponerla, como hay variedad de laboratorios, debemos analizar bien las consecuencias y las contraindicaciones de la misma, y no precipitarnos por miedo al COVID, porque el remedio puede ser peor que la enfermedad, y no debemos permitir que el Estado imponga la misma por la fuerza, algo que parece planearse en ciertos círculos científicos y políticos.
Sobre algunas de las vacunas propuestas por diversos laboratorios afirma el doctor Frazier que; “Hay muchos ejemplos de vacunas en el pasado que estimularon el sistema inmunológico, pero no brindaron protección. Y, desafortunadamente, hay algunos casos en los que no solo no brindaron protección, sino que ayudaron al virus a invadir la célula, porque la vacuna estaba incompleta… En cuanto a sus propiedades inmunogénicas, tenemos que tener mucho cuidado”.
Muchos expertos en infecciones coinciden que la rapidez del proceso de diseñar las vacunas del COVID ofrece ciertos riesgos, y es necesario que los gobiernos hablen la verdad y no oculten información al respecto. Yo, personalmente, veo una desesperación política de llevar a cabo lo que podría ser un experimento peligroso, pues hay muchos intereses de por medio en este gran negocio, principalmente de las farmacéuticas, y de algunos poderes dominantes que operan tras bastidores.
Tengamos precaución, y esperemos los resultados después que pase esta ola de vacunación que se propone, e investiguemos más respecto a otras opiniones, que tristemente no circulan en los noticiaros, ni en los diarios, porque aunque algunas teorías pueden ser falsas, vale más prevenir que tener que lamentar.
Doctor Ken Frazier, presidente y director ejecutivo del principal productor de vacunas del mundo, el gigante farmacéutico Merck & Co.
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