Bicentenario y reconstrucción

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14 de diciembre de 2020
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12:08 am
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Bicentenario y reconstrucción

Por: Nery Alexis Gaitán

Hay que darle la debida importancia a la celebración del Bicentenario de la independencia de nuestra patria. Son doscientos años en que hemos caminado tratando de construir una nación próspera. Esta conmemoración, que se debe hacer desde el pueblo y para el pueblo, debe servirnos para reforzar nuestra identidad nacional.

Una celebración de esta naturaleza debe servirnos de reflexión y al mismo tiempo de motivación para actuar con patriotismo, definiendo nuestros esfuerzos por el bienestar de todos. La búsqueda de una identidad nacional que se consolide cada día más, es el camino del desarrollo.

Y es que, si las cosas siguen igual, estamos prestos a desaparecer dentro de 50 años, tal como lo pronosticó un escritor extranjero. Este momento que estamos viviendo es crucial para cambiar el rumbo del país. Necesitamos mejorar nuestro comportamiento, tanto individual como colectivo, en aras de la calidad vital. Seguir siendo indiferentes, haraganes o de mal proceder, solo nos ha dejado un país devastado por la corrupción.

Inevitablemente debemos mejorar la calidad educativa, que hoy se encuentra en precario. Debemos enseñar a nuestros niños que la patria se ama y se lucha por ella; y no relegar las clases cívicas como se hace en la actualidad.

Debemos luchar y exigir una salud pública de calidad; no podemos permitir que siga en abandono, y los hospitales saqueados y carentes de todo. Asimismo, debemos abogar por la mejora de la vida del agro. Exigir se generen nuevas fuentes de trabajo, etc.

Se le deben presentar opciones de trabajo y recreación a la juventud para alejarla de las maras y el crimen organizado; involucrarla en actividades culturales siempre es una excelente opción.

Empujando todos en la misma dirección es que día a día se va reforzando la identidad nacional y perfilando el rostro de la patria en su mejor expresión. Pero todo esto solo es posible si amamos nuestras raíces, si es motivo de orgullo y veneración el país en el cual vivimos. De esa forma el bien colectivo es una prioridad. El ciudadano común hará su trabajo cotidiano pensando en el bienestar de los demás y teniendo conciencia de lo valiosa que es su labor en la construcción de un país más justo y humano.

Pero cuando prevalece el individualismo y a nadie le importa nada, que no sean sus propios intereses, el bien común está ausente. De ahí la urgente necesidad de afianzar nuestra identidad personal y de nación. Solo de esa forma se construye un país.

Y en nuestro caso, de reconstruirlo, producto del desastre en que lo tienen los políticos con la complicidad de todos. Y en este duro momento, de reconstruir todo lo dañado por las tormentas tropicales y los estragos ocasionados por el coronavirus.

Debemos reconstruir el país con una mayor calidad en todos los aspectos de la vida, producto del trabajo de sus mejores hijos. Ese es el camino. De ahí la importancia de celebrar el Bicentenario, que inevitablemente tiene como propósito fundamental que todos reflexionemos sobre nuestra forma de ser, de vivir, de comportarnos.

Que reflexionemos profundamente hacia dónde deseamos ir y las razones que nos impulsan a actuar de determinada manera, para bien o para mal. Seguir la ruta de reconocer lo que somos y lo que hemos hecho es fundamental en la forja de nuestra identidad.

Reconocer y amar lo nuestro es el camino. Por ello, las diversas actividades de esta celebración, que se harán desde las comunidades, pueblos y aldeas, conllevan evidenciar lo que somos en diversos aspectos como el arte, comida, bebida, vestuario, etc.; hasta la reflexión académica que incluye la publicación de una serie de libros, donde se incluye la historia del país para todos los niveles educativos.

¡Construyamos patria celebrando el Bicentenario, Honduras lo merece!

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