Las verdaderas víctimas de la COVID-19
La reelección es ilegal
Sí amables lectores, ¿saben quiénes son las verdaderas víctimas de la COVID-19?, los médicos, enfermeras y todo el personal auxiliar que trabajan en los hospitales, da gran lástima y pesar ver en los periódicos anunciando esquelas mortuorias de todos estos profesionales que han fallecido en el cumplimiento de su deber, deber que perfectamente pudieran no hacer, ¿por qué?, porque ellos también tienen familia, ellos también son seres humanos, pero cumplen al pie de la letra su juramento que profesan al momento de recibir su título de médicos y enfermeras.
Da mucha preocupación ver a tanta gente que no cumple con las medidas de bioseguridad, andan sin las mascarillas, celebran fiestas públicas y familiares, a sabiendas que con todo eso ponen en riesgo su salud y la de sus familiares, el gobierno que exige el uso de estas no hace nada por ayudar a las personas de escasos recursos económicos, que no tienen un bocado para llevarse a la boca, esto se observa más que todo en los mercados públicos, ahí deberían andar brigadas del Ministerio de Salud, donándoles mascarillas no desechables sino reutilizables, nos damos cuenta de esta situación tan preocupante por los noticieros que andan con sus cámaras en estos lugares, y no solo ahí se ve la indisciplina de las personas, ustedes podrán observar en las calles a personas sin las debidas mascarillas, estas personas piensan que esta enfermedad es inventada, que no existe, hasta que algún vecino o familiar son víctimas, hasta entonces sí creen y a veces es demasiado tarde su reacción, porque han tenido la triste realidad de tener fallecimientos de familiares, conocidos, etc.
A todos los médicos, enfermeras y todo el personal auxiliar, que de una u otra forma luchan hombro a hombro para ayudar a todos los hondureños que son víctimas de esta cruel enfermedad, y para rematar socorrer a todos los hondureños que han sido víctimas de esta terrible tormenta, que han dejado a muchos enfermos, sin sus viviendas, perdiendo todos sus bienes. Que Dios los bendiga y cuide mucho.
Para terminar, les quiero dar a conocer un refrán que va como anillo al dedo con la conducta tan irresponsable de estas personas: “Quien muere por su gusto, que lo entierren boca abajo, por si se quiere salir que se vaya más abajo”.
Zulema Montoya
Tegucigalpa, M.D.C.
