Déjá vu

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4 de marzo de 2021
/
12:07 am
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Déjá vu

La reelección es ilegal

Probablemente han escuchado en algún programa de televisión o película la frase “déjá vu”, significa: sensación de haber pasado con anterioridad por una situación que se está produciendo por primera vez. De igual manera hay una frase que erróneamente se le atribuye a Albert Einstein: “La definición de la locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”. “Tropezar con la misma piedra” o en el buen español de nuestro país, “está bueno que te pase por papo”. Y claro, la chancleta verde valía por mil palabras. Todo esto tiene mucha relevancia en esta época electoral.

Muchos hemos vivido diciendo: “de religión y política mejor ni hablo”. Participar en política: “para qué si eso está arreglado”, “ni loco”, “yo no me presto para eso”, y muchas frases más salen de nuestras bocas. Al mismo tiempo que decimos lo anterior, minutos después somos un mar de quejas de cómo nuestro país está muy mal en casi todo aspecto y decimos insensatamente que es por la corrupción, culpa de los funcionarios públicos y sus secuaces. Hasta nos ponemos a buscar culpables internacionales, todo esto sin recapacitar que cada uno de los habitantes de este maravilloso país tiene su porción de culpabilidad de cómo está la situación de nuestro país.

Cuando vemos las noticias y abrimos los periódicos es un déjá vu tras el otro, todo parece tan familiar, como que revivimos lo mismo una y otra vez. Justo cuando pensamos que nada nos puede sorprender, le agregan más ceros a la cifra. Sin embargo cuando viene la época electoral cometemos la locura de hacer lo mismo una y otra vez, esperando diferentes resultados, básicamente tropezamos con la misma piedra y todos los adultos que nos préstamos a eso recibimos los chancletazos en nuestro diario vivir de mil maneras. Es por eso que tenemos todos una porción de culpa; es cierto que nada cambiará drásticamente en una sola generación ni dos, pero esperemos que la tercera tenga un mejor panorama.

Tengamos un poco de dignidad como pueblo y rompamos esa pésima tradición de pensar solamente en mi persona y la gratificación instantánea. Pensemos por lo menos en una persona más, que no sea nuestra persona, pensemos en mañana, pasado mañana, el próximo año y la próxima década. Démonos cuenta de que nos están insultando con estrategias arcaicas y publicidad que no requiere más de dos neuronas para consumir. Sepamos que esa regalía cada cuatro años no ajusta ni para un mes, y recordemos cómo la pasamos los restantes 47 meses hasta la próxima elección. Antes de ir a votar pensemos con cabeza fría, sin tradiciones, sin canciones absurdas, sin coreografías ni regalías, sino de forma crítica y analítica. Sepamos que el poder de unos pocos viene de nosotros la mayoría, si la mayoría actúa las cosas suceden.
Inculquemos a las futuras generaciones que la única forma de salir de esta miseria, es siendo inteligentes a la hora de elegir a nuestros funcionarios públicos. Si no elegimos personas con algo entre las orejas, que tengan como prioridad el bienestar común, seguiremos viviendo los déjá vu a diario, seguiremos pareciendo locos tildando de culpables a cualquiera, menos a nosotros mismos. En nuestras manos está el futuro de nuestro país, aunque no lo creamos. Pensemos detenidamente y votemos para el día de mañana, involucrarnos en cada una de nuestras comunidades, sabiendo que tenemos el apoyo de funcionarios de calidad profesional y calidad humana.

Dr. Diego Paz
Tegucigalpa, M.D.C.

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