Renovación

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25 de marzo de 2021
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12:05 am
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Renovación

Carolina Alduvín

Por: Carolina Alduvín

Hace pocos días ha comenzado la primavera en el hemisferio norte, y con ella todo el ánimo de renovación en la naturaleza y en las intenciones de muchos humanos sensibles a estos cambios de estación. En monumentos alrededor del mundo se reproducen fenómenos astronómicos sabiamente calculado para recrearse año tras año en la fecha clave del equinoccio, como la serpiente en templo de Ku-kul-kan en Chichen Itzá, Yucatán, México, otros santuarios menores de la cultura maya y agrupaciones megalíticas, de esas que nadie se explica, o se recurre a teorías un tanto fantasiosas y difíciles de comprobar sobre cómo se construyeron sin los adelantos de la tecnología de nuestros días.

El ciclo solar continúa, el año avanza, eventos calendarizados alcanzan sus fechas límite, desde hace una semana esperamos los resultados oficiales de las elecciones internas, mientras más tiempo toman, más suspicacias sobre la posibilidad de fraude se despierta entre la población que resiente su voluntad manifiesta en urnas, violentada. Y no solo los votantes, los interesados, convencidos de gozar del respaldo popular, vociferan, impugnan y amenazan para que su capital político -real o imaginario- sea el victorioso. El órgano electoral totalmente desprestigiado por ediciones anteriores de los procesos primarios y generales, no tiene mayor credibilidad y, todo en teoría es posible, a esperar no haya financiamiento para la violencia luego del resultado oficial.

Y, hablando de elecciones, el Colegio de Biólogos de Honduras, celebró las suyas hace ya un mes, logrando una renovación en la línea que hasta este año había mantenido, en interés casi exclusivo de sus dirigentes, con poco atractivo para los nuevos profesionales y la percepción por parte de los externos, de ser una entidad más que gremial, una cueva de acaparadores de las mejores oportunidades laborales, fuente de algún poder que no se quiso soltar de manera fácil, tampoco muy limpia; pero que, al final, la mayoría eligió un cambio de rumbo, un cambio que implica una gran responsabilidad, como lo es volver a los ideales con que se constituyó legalmente la agrupación profesional y que, lamentablemente han quedado en suspenso años.

Uno de los grandes objetivos, durante las décadas que tomó impulsar el proyecto de Ley en el Congreso Nacional y que finalmente se obtuviera su correcto status legal, fue proteger la vida de los biólogos y brindar alguna forma de amparo a sus familias, dados los enormes riesgos que implican algunos aspectos de la profesión. Conservar mediante el conocimiento y acciones de protección en nuestros ecosistemas naturales, no deja de generar enemigos. Igualmente hemos sufrido desapariciones inexplicadas, amenazas y la natural exposición a elementos, criaturas y hasta congéneres no siempre amigables.

Así, se había prometido cotizar y propiciar la adquisición de un seguro de vida colectivo, que entusiasmó sobre todo a aquellos con labores y responsabilidades en el campo, a los que deben desplazarse en medios de transporte peligrosos, atravesar rutas cuya seguridad es cada día más precaria en vista de las operaciones del crimen organizado y de los intereses creados por terratenientes o aspirantes a serlo a costa de las fragmentadas áreas protegidas en papel. El sueño no se ha materializado a más de una década del nacimiento oficial del Colegio, una promesa que quedó en el aire, mientras los directivos se preocuparon solo de afianzar el control de sellos y cuotas, sin sede física ni fundamentos morales.

Queda ahora el reto a la nueva directiva electa en medio de la esperanza de renovación, hay que impulsar un buen plan de trabajo que responda a las aspiraciones de todos, que nadie se conforme tan solo con estar colegiado, que sus cuotas aseguren su bienestar, especialmente en los casos extremos que se deben enfrentar en el ejercicio de campo de la profesión. Es esperanzador ver que las nuevas generaciones, con más altos ideales se hacen cargo, con paso firme, con audacia y con espíritu de servicio para elevar el prestigio del gremio. Desde esta trinchera, auguro a la nueva directiva del CBH una exitosa gestión en beneficio de todos y de la profesión en sí. Felicidades y éxito a este grupo de jóvenes profesionales, les queda la misión de dar a conocer nuestra mejor versión y eliminar paso a paso, los vicios del pasado. Enhorabuena.

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