La era de los monos

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28 de marzo de 2021
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12:03 am
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La era de los monos

Por: Mario E. Fumero

Estamos contemplando cómo los monos ocupan un papel muy importante en los medios de comunicación. El relanzamiento de la película “El planeta de los simios” hace muchos años hace ver cómo los monos carentes de inteligencia, llegan a dominar al hombre mediante un proceso evolutivo. Pero lo que deseo compartir con el lector no es la realidad fabulesca de este filme, sino la campaña que a favor del aseo y el orden se inició hace 20 años en las municipalidades de San Pedro Sula y Tegucigalpa, para lo cual han usado a un mono. En San Pedro Sula se le llama “Yoyito” y en Tegucigalpa “Panchito”.

La campaña de concientización para no tirar la basura por las calles se fundamenta en un mono que aprendió en un día a echar al basurero la basura. Antes se había hecho una campaña basada en una caricatura de un cochino que tiraba la basura donde sea. Ahora la campaña era más positiva, pero descoordinada y tristemente “nuestros ciudadanos no aprendieron”. ¿Por qué no aprendieron? Porque el no tirar basura en la calle es un problema de cultura. Sin embargo, excepto por esta duplicidad de nombres en el mono, la campaña tenía un mensaje tremendo y bien presentado, porque nos está revelando que es más fácil educar a un animal en las buenas costumbres que a un “Homo sapiens”.

¿Por qué los monos aprenden más rápido que los seres humanos? Porque al carecer de inteligencia, son gobernados por instintos, y estos son más manejables que la inteligencia. Es ilógico pensar que un ser no pensante pueda adoptar conductas programadas más correctas sin usar para ello la razón.

Modificar las costumbres de un ser pensante es tarea difícil, porque el ser humano es el único ser viviente que comete los mismos errores varias veces. En el reino animal la violencia destructiva, la explotación, la conducta irracional (aunque se les dice irracionales) y la suciedad no existe de forma generalizada. Son los seres racionales los más violentos de la creación, y los que practican el genocidio de su misma especie. Si un animal mata es para defenderse o sobrevivir. Los humanos matan por el simple hecho de matar. Muchas especies animales, como los zopilotes, limpian lo que el hombre ensucia. Todas esas razones hacen que se proclamen a recoger la basura desde una perspectiva animal, para lograr que la gente aprenda a comportarse como seres civilizados. Si estos dos monitos que fue la propaganda del 2002 tanto en San Pedro Sula y Tegucigalpa hubieran influenciado en los humanos, tendríamos ciudades limpias, pero ¿por qué esta campaña fracasó? Porque siendo racionales, nos comportamos peor que los animales.

Consideré la campaña positiva, porque Dios quiere que aprendamos a ser cuidadosos. En el libro de Levítico Dios le ordenó a su pueblo las leyes de higiene que les obligaban a mantener limpio su campamento, porque donde hay limpieza hay salud. Incluso las promesas de sanidades estaban sujetas a la obediencia, a las leyes de higiene “Si guardare mis mandamientos yo seré Jehová tu sanador”, (Éxodo 15:26) dijo el Señor.

No les estoy pidiendo que sacrifiquen o ignoren la campaña usando monos o animales para concienciar al humano, sino que se adopte campañas educativas en las escuelas sobre el valor de la higiene. Aquí lo importante no es el nombre del mono, sino la acción de estos, usar la ilustración para enseñar puede ayudarnos a mejorar. Quizás en el futuro se puede usar un gato para enseñarnos a asearnos con poca agua, o a un zopilote para eliminar los animales muertos de la superficie de la tierra, ya que cuando llueven contaminan las aguas. Hay tanto que aprender de los animales, que a veces pienso que ellos son más inteligentes que nosotros, porque, aunque no tienen escuela, actúan más racionalmente que los humanos.

Espero que toda campaña de limpieza sea acogida con ímpetu en todas las esferas. Que los sacerdotes y pastores les digamos a nuestras congregaciones que seamos aseados, que recojamos la basura. Que la cultura del orden prive sobre la que hoy nos invade. Es triste ver a una ciudad hecha un basurero, porque esto dice mucho de la gente. Imitemos a los monitos, aunque en realidad ellos aprenden mejor que nosotros.

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www.contralaapostasia.com

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