Cabañas

MA
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9 de junio de 2021
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12:43 am
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Cabañas

¡Liberales! La victoria se construye la derrota también

Legado de liderazgo ético

Luis Alonso Maldonado Galeas
General de Brigada ®

La carencia de liderazgo es una amenaza a la paz y convivencia mundial, la ausencia de la ética es un riesgo a la humanización del ser. La historia registra pensadores eruditos, que, desde sus visiones filosóficas, han aportado reflexiones profundas en torno a la necesidad humana de poseer una especie de armadura axiológica, que le permita superar las fragilidades, vulnerabilidades y debilidades del espíritu, de la voluntad y la conciencia. ¿Habrá sido en vano, el pensamiento edificante de Aristóteles, Kant, Stuart Mill, Montaigne, Spinoza, y otros tantos notables amantes de la filosofía e impulsores de la ética, a juzgar por los reiterados yerros y decisiones de muchos líderes, con efectos destructivos a la humanidad?

En nuestra Honduras, un héroe que nunca se jactó de serlo, despeja la duda, por su inmaculada hoja de vida, por su integridad inobjetable, por su intachable proceder, por la pureza de sus manos, por la firmeza en sus convicciones, por su lealtad rectilínea, por su amor patrio, por su servicio desinteresado, por su valor ilimitado, por su acrisolada honradez, por su grande humildad, por su peculiar modestia, por su subordinación al deber, por su esclavitud a la ley, por su semejanza con la virtud, su nombre: José Trinidad Cabañas. Con certeza, el soldado de la patria, es un ejemplo vivo de liderazgo ético.

Cabañas siempre fue un convencido de que el verdadero depositario del poder es el pueblo, al cual siempre estuvo dispuesto a obedecer y al que reiteraba su compromiso de servirle; al respecto expresaba convencido: “Vosotros habéis depositado en mí la mayor confianza. Me habéis revestido de poder, y me encargáis la salvaguarda de vuestros derechos, de vuestros intereses, de vuestras familias, de vuestro honor, de vuestra vida …, ¿más como pudiera yo escuchar esta voz sagrada, y no volar a tributarle mis pequeños servicios, mis cortas capacidades, para tan alta y noble empresa”?

“He sido un soldado fiel a mi bandera. He lidiado siempre por las instituciones republicanas, por la libertad, por el gobierno nacional. Pero yo no creía jamás ocupar esta silla prominente, de donde parte toda la acción del gobierno, todo el movimiento del poder público. En medio de mi asombro al pasar de la obediencia al mando; yo no podré ofreceros sino lealtad, dedicación y firmeza”. Cuanta modestia, cuanta humildad, cuanta lealtad, cuanta obediencia en la voz del “benemérito de la patria”, cuanto contenido intrínseco al concepto universal del gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Sabía la importancia y la prioridad que se le debería dar a la educación, a la formación de ciudadanía, con sentido crítico y pensamiento libre, en una época en que el conservatismo, el oscurantismo y el ejercicio autoritario del poder, todavía eran amenazas a la prevalencia de las luces, la razón y la libertad de cultos. Al respecto afirmaba: “La instrucción pública es elemento de civilización y de capacidad en las masas que se gobiernan a sí mismas, elementos de luz, de libertad y de inteligencia, único que puede desarrollar la democracia y las capacidades republicanas”. Lo dicho es legado y desafío a la vez, este último, maliciosamente soslayado por aquellos que, desde el poder, se sienten muy cómodos con la ignorancia del pueblo.

En comunicación remitida al ministro general de gobierno del Estado de Honduras, con fecha 30 de junio de 1951, en respuesta al otorgamiento de una pensión vitalicia, otorgada por el Cuerpo Legislativo, Cabañas deja de manifiesto su acendrado amor a la patria y la más noble expresión de servicio desinteresado, al contestar: “No olvido tampoco el estado deficiente en que se haya el erario público; y yo que desearía tener cuantiosas riquezas, que suministrarle; a fin de que cubriese tantas y tan importantes atenciones a que no es posible acudir por falta de medios. ¿Cómo había de querer aumentar sus apuros gravándolo con aceptar una pensión? Así es que la renuncio formalmente”. Aún queda la esperanza de que ese ejemplo del cual somos dueños y que dignifica nuestra condición de ciudadanos, tenga eco en la conciencia de estas y las futuras generaciones.

Cabañas, auténtico y leal republicano, nos deja una lección de estadista, destacando la importancia del afianzamiento de la institucionalidad, del mantenimiento de la integridad territorial y la consolidación del Estado en el marco de la Constitución, al afirmar: “En las circunstancias actuales la primera necesidad del país es conservar su independencia, su integridad mutilada, y amenazadas gravemente por el fraccionamiento del gobierno general y la debilidad y aislamiento de pequeñas y absolutas soberanías”. De muchas maneras, lo dicho es una sentencia moral, de actual aplicación, sobre los que impunemente han cometido el delito de traición a la patria, por acción u omisión de ese sagrado deber. De nosotros depende que el peso de la ley caiga sobre ese delito imprescriptible.

Se aseguraba que el poder del pueblo, tuviera permanentemente su libre expresión, en la censura, en la crítica, en la opinión y en la prensa libre. Reconociendo y defendiendo ese derecho declaraba: “El pueblo es el juez, y toda coartativa es un ataque a la soberanía y a la ilustración del pueblo”.
En todos los combates y batallas lideraba con el ejemplo, los grados recibidos siempre fueron en reconocimiento al mérito y al sacrificio; desde el sitio de San Salvador, donde fue ascendido a teniente, hasta la victoria en el Espíritu Santo, que le mereció las estrellas de general.
Vencedor a veces, vencido muchas; pero siempre victorioso, ante el juicio que la historia hace de su vida ejemplar, del legado inmarcesible que nos deja Cabañas, con su liderazgo ético.

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