GOTAS DEL SABER (45)

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19 de junio de 2021
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GOTAS DEL SABER (45)

Vicente Mejía Colindres a Carías Andino: “DESEO QUE EN ESTE CARGO SEAS MENOS INFORTUNADO QUE YO”

Por: Juan Ramón Martínez

I
En 1861, el Caribe hondureño estaba poco poblado. En consecuencia, solo había dos departamentos: Yoro y Santa Bárbara. “Por esa razón, el presidente José Santos Guardiola recomendó a sus gobernadores crear municipios y departamentos. Así fueron surgiendo los municipios de Tela, el 2 de junio de 1876, el de La Ceiba, el 24 de agosto de 1877 y de Puerto Cortés, el 3 de abril de 1882. También aparecieron nuevos departamentos, tales como Colón, el 19 de diciembre de 1881, el de Cortés, el 24 de julio de 1893 y el de Atlántida, el 24 de febrero de 1902” (Rafael Ángel Elvir, La Villa de Triunfo de la Cruz en la historia, página 58).

II
En el estudio de dos temas que interesan a los jóvenes historiadores, más acuciosos y entusiastas, el desarrollo del cultivo del banano y la influencia de las transnacionales en el desarrollo municipal, es interesante reconocer algunas cosas que, no han sido manejadas por los historiadores del pasado en forma continua. En esta dirección, por ejemplo, hay poco estudio de la inmigración estadounidense y su papel en el desarrollo de la Costa Norte, antes que se establecieran las trasnacionales bananeras. Especialmente la que se ubica en Honduras, especialmente en el municipio del Tela, el epicentro de la industria bananera nacional y que está integrada por los derrotados militares sureños que en 1865 perdieron la guerra civil de los Estados Unidos. Elvir, citado antes y en la misma obra, escribe que “en el año 1865 terminó la guerra de cinco años en la historia de los Estados del Norte contra los Estados del Sur por la abolición de la esclavitud. A Tela llegó el coronel don O.M. P. Jackson, nombrado como don Pedro Jackson; vino con toda su familia, su esposa Elisa, su hijo Tomás y su sobrino Buckley Carlos Walkley. Traía consigo sus dos esclavos, Knox y Candela. Vivieron al principio en Comayagua, capital de la República, donde doña Elisa daba clases de piano y don Pedro participó en las guerras civiles. Alrededor de 1876 al 77, doña Elisa dio clases de piano a doña Celestina, esposa del mandatario, el doctor Marco Aurelio Soto. De estas relaciones con el mandatario con los Jackson apareció don Pedro fundando en Tela una pequeña compañía frutera titulada “Honduras Tropical Fruit Company, que duró hasta la última década de 1890). Posiblemente, esta es la compañía frutera más antigua de Honduras, como lo reconoce Elvir, citando actas de la municipalidad de Tela.

III
Marvin Lemus Rivas, acaba de publicar el libro “En Pesquisa del Oro Verde: Migraciones internas hacia las zonas bananeras de Honduras (1899—1932)”. En el libro citado, dice que “para efectos de temporalidad, se ha considerado iniciar en 1899, un año importante en la inserción de las primeras compañías en la zona norte de Honduras como productoras y, paulatinamente, exportadoras de banano: Vacaro Brothers and Company en 1899, Cuyamel Fruit Company en 1911 y la United Fruit Company en 1912. Es aquí, sigue diciendo Lemus Rivas, donde se forjó un cambio radical en lo demográfico y económico; principalmente, iniciaron una implantación urbana planificada para sus intereses (calles, vías ferroviarias, casas, lugares de diversión”. La diferencia con Elvir es que Lemus Rivas, no tuvo acceso a las actas municipales de Tela, más importante que las del municipio de La Ceiba en términos temporales; no leyó las decisiones que la municipalidad de aquel puerto tomó en cuanto a la planificación de la ciudad, la construcción de caminos y de canales, para transportar el banano de las fincas hacia las costas teleñas. De la misma forma se puede explicar el desacuerdo sobre la primera compañía frutera establecida en Honduras. En lo referido a las migraciones, es un tema sumamente importante, poco tratado en la historiografía nacional. Y que, en lo personal, me toca muy de cerca: soy hijo de un olanchano, nacido en el municipio de Concordia que emigró de su aldea Pedernales, hacia la costa norte en octubre de 1925. Se llamaba Juan Martínez Cruz (1908-1999). Era mi padre.

IV
“El 19 de junio de 1905 el general Manuel Bonilla, presidente de la República, y unas personas más, salieron de El Progreso en el departamento de Yoro, a bordo de la lancha que los había llevado de la aldea de Pimienta, siguiendo el curso del Ulúa, aguas abajo, con destino a la desembocadura de este en el mar Caribe o mar de la Antillas. El 19 durmieron en Urraco, en medio nubes espantosas de zancudos que atacaban con furia. Al día siguiente, llegaron a la aldea del Trisagio, habitada casi solo por morenos y perteneciente al municipio de Puerto Cortés, lugar donde la compañía Chambers estaba construyendo un canal para comunicar entre si los ríos Ulúa y Chamelecón.” (Cáceres Lara, obra citada pág. 208). Después de haber regresado a la aldea de Trisagio, reemprendieron el viaje por el Ulúa, hasta llegar a la barra, donde transbordaron pequeñas lanchas “para abordar luego una goleta que sería remolcada hasta el Puerto de Tela por el barco Rosina, perteneciente a la Vacaro Brothers Company. Eran los tiempos en que los gobernantes se acercaban a los problemas fundamentales del país y conocían de primera mano las fórmulas para resolverlos. Desde entonces creemos que, ningún presidente ha hecho la navegación que reseñamos efectuara el presidente Manuel Bonilla.

V
En diciembre de 1918, el agregado militar de los Estados Unidos para Centroamérica, residente posiblemente en El Salvador, capitán Douglas Macduff, emprendió un viaje desde San Salvador a Santa Rosa de Copán. El viaje de ida y regreso, duro 9 días. Para entonces solo había caminos reales o senderos de muleros, que conducían productos entre las cercanas ciudades de Honduras. En el informe que rinde a sus superiores, dice que: “Que deseo informar de las muchas atenciones de que he sido objeto como Agregado Militar durante este viaje por parte de las autoridades hondureñas; después de que la frontera entre El Salvador y Honduras fue cruzada, el gobernador del departamento de Ocotepeque, coronel Leónidas Pineda, aparentemente después de recibir instrucciones telegráficas desde Tegucigalpa, nos fue a encontrar en el camino, acompañado del alcalde de Ocotepeque y unos quince o veinte funcionarios locales; nos suplió con animales de carga, monturas y guías y a nuestro regreso nos proporcionó hospedaje y una cena suculenta, tratándonos en todo momento como sus únicos huéspedes. En Copán, el alcalde y otros funcionarios nos brindaron todo tipo de cortesías, además de ofrecernos un concierto con la banda municipal. Al regresar a Tegucigalpa, expresé mi agradecimiento por todas las atenciones al doctor Francisco Mejía, ministro de Gobernación, quien las había ordenado”. (Ramón Rosa Izaguirre, A Lomo de Mula 1918—1933)

VI
Aclaraciones y rectificaciones. El accidente de aviación ocurrido en Toncontín sucedió el 13 de diciembre de 1975. Me aclaran que el alcalde de San Vicente Centenario, no tiene negocios en Cablotillo. Usa la misma (aldea) para obtener más fondos para su municipio. Cablotillo, “son las casas que están por la gasolinera en la entrada de la Arada, en su mayoría negocios a ambos lados de la carretera pavimentada. Esta aldea no tiene carácter de tal. Allí no hay escuela, iglesia, patronato; el agua potable la recibe de la municipalidad de la Arada”, me informan desde San Vicente Centenario. El alcalde municipal de San Vicente Centenario, “usa Cablotillo con fines políticos”, me dicen finalmente. Cosas del municipalismo deformado que, tenemos que evaluar para saber si, realmente son representativos y democráticos. O feudos, políticos, creados para manipular a los electores, a cambio de favores que hacen los alcaldes, los que cobran en votos a quienes los reciben. Para que ganara repetidamente las elecciones. Compra y venta de votos y voluntades.

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