Cuidado con las posturas socialistas fascistas

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2 de agosto de 2021
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01:03 am
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Cuidado con las posturas socialistas fascistas

Marcio Enrique Sierra Mejía

Los coqueteos oportunistas de los izquierdistas con los ultraderechistas del partido Salvador de Honduras pueden conducirnos a una situación de tiranía socialista fascista. No debe extrañarnos que esa alianza que quieren hacer dejando de lado a la candidata de Libre. Ciertamente. Puede conducirnos a una situación política híbrida de transición a la equivocada visión política del socialismo fascista. Lo cual sería desastroso no solo para nuestra endeble democracia. Pero para el Estado de derecho y, particularmente, para los ciudadanos que no queremos tipo alguno de gobiernos totalitaristas. Y harán del capitalismo un sistema económico perverso y más excluyente de lo que hoy es.

Mientras que el candidato nacionalista demuestra un plante democrático participativo y de respeto a los derechos humanos de manera práctica. Favoreciendo a la libre empresa privada o el desarrollo de las pequeñas empresas, las medianas y grandes empresas. Fomenta simultáneamente, la organización de cadenas de valor para asegurar el empleo masivo. En cambio. El candidato ultraderechista. Actúa con desmanes narcisistas. Utilizando tácticas propagandísticas nacistas para alterar la tranquilidad o el normal desarrollo de las conciencias ciudadanas. Aprovechando las condiciones de pobreza en que sobrevive el pueblo. Para comprar sus conciencias.
El candidato nacionalista es el mejor y va a ganar las elecciones generales. Porque no tiene inclinaciones narcisistas. Tampoco una doble personalidad. Ni se cree la figura mesiánica que buscan los hondureños. Ni promueve propaganda de tipo fascista y menos totalitarias. No es mentiroso. Ni soberbio. Es humilde y cercano al pueblo. Y no engaña al pueblo con jugarretas de mercadeo político para alquilar o pedir prestado el voto.
La ciudadanía hondureña. Debe saber escoger y tener cuidado con las campañas propagandísticas que lanzan los ideólogos socialistas fascistas. Son ellos. Los que pretenden controlar el poder del Estado a través de una oscura estrategia política. De hecho. La ultraderecha y los izquierdistas están ejecutando tareas propagandísticas con enfoque nazi para ascender al poder del Estado. No solo porque consideran que son las pertinentes para ganar las elecciones sino porque están convencidos. Que la sociedad hondureña necesita un Estado totalitario.

Prácticamente. Ya tienen monopolizado los medios de comunicación y están ejecutando una campaña mediática a través de un sistema de consignas políticas fascistas. Utilizan el método “goebbeliano para difundir mentiras y el odio radical”. Han logrado aplicar el principio de simplificación y del enemigo único. Que consiste en comunicar que los nacionalistas son el único enemigo. Los hacen ver como la suma individualizada de corruptos. Para los izquierdistas y los ultraderechistas no hay corruptos más allá de los nacionalistas. Cargan sobre el gobierno nacionalista todos los errores y defectos en que ha caído Honduras. Atacan y responden con ataque. Y si no hay malas noticias las inventan para distraer. Aplican la exageración y la desfiguración para convertir cualquier anécdota por pequeña que sea en amenaza grave. Popularizan la propaganda para penetrar al menos inteligente de los individuos porque en ellos ven el gran volumen de votos. Repiten y repiten incansablemente pequeñas ideas sobre un mismo concepto: la corrupción.

Renuevan constantemente las informaciones y los argumentos a un ritmo tal que los nacionalistas no logran alcanzar y cuando contraatacan ya han colocado un asunto distinto. La táctica socialista fascista se basa en aumentar el nivel de acusaciones. Construyen argumentos a partir de fuentes diversas a través de globos sondas o de informaciones fragmentadas (lista Engels). Acallan sobre cuestiones que no tienen argumentos disimulando las noticias que favorecen a los nacionalistas o contraprogramando otros asuntos con la ayuda de medios de comunicación afines. Aprovechan muy bien los antecedentes preexistentes de odio y prejuicio tradicionales en contra de los nacionalistas para arraigar actitudes primitivas violentas en contra de ellos. Han creado la impresión de unanimidad en la gente de que los nacionalistas son lo peor. Lo que realmente es falso. Los ideólogos izquierdistas fascistas tienen un plan político pérfido.

El ciudadano(a) que aún no decide por quien votar. Cometería un grave error si da el voto a un candidato con mentalidad socialista fascista. El candidato nacionalista es por el contrario genuinamente democrático. Él va a marcar la diferencia. Va a establecer un patrón de mando presidencial distinto y abierto a la democracia participativa y profundizará el respeto a los derechos humanos. El candidato nacionalista. No es tirano y mucho menos fascista. Es transparente y no es inestable emocionalmente. Es el mejor para todos. Los cristianos y los católicos tienen en el candidato nacionalista a una persona temerosa de Dios y con profunda conciencia humanista cristiana. Cree en la aplicación de la justicia y le desagrada la impunidad. El candidato ultraderechista y la candidata izquierdista son autócratas. Sus valores son más materialistas que cristianos evidentemente. Y los jóvenes pueden apreciar que “Papi a la Orden” trabaja para dar trabajo.

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