PASTORA PAGÁN, ¿LA MUJER MÁS BELLA DE LOS 200 AÑOS?

MA
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14 de agosto de 2021
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12:28 am
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PASTORA PAGÁN, ¿LA MUJER MÁS BELLA DE LOS 200 AÑOS?

Ricardo Alonzo Flores

Yo creo que fue el fenómeno en cuanto a belleza se refiere. Ella, una joven maestra de la Escuela Ramón Rosa, era conocida por pertenecer a una apreciable familia. Simpática, agradable, desinhibida y espontánea, se presentó como candidata al concurso de Señorita Honduras. Nació el 23 de mayo de 1937, pero sigue tan joven como en sus mejores tiempos.
Era hija de don Carlos Pagán y su esposa doña Irene. Sus hermanos Carlos y René, el primero ya fallecido y sus hermanas Blanca Alicia, Zoila América, Adriana, Irene y Miriam, todas vivas y viudas, excepto la última y menor de ellas.

Era el año 1955 y por segunda vez en los tiempos modernos, Honduras participaría en el Miss Universo, que por entonces se celebraba en Long Beach, California. Lo patrocinaba el diario El Día de Tegucigalpa, con un sistema un tanto complicado, porque en la primera página del citado rotativo aparecía un cupón que uno podía llenar y era para destacar la simpatía que gozaban las candidatas. Luego, se compraban votos y por último había un jurado. Hubo una gala de presentación en el Country Club de Tegucigalpa y la final también en el mismo lugar.
Varias sampedranas se inscribieron. Entre ellas recuerdo a Gloria Paredes Machado, Estefanía Traznader, Elsa Margarita Lagos, María Eugenia Martínez Bennaton y por supuesto Pastora Pagán. Ellas viajaban en la SAHSA en los antiguos aviones Douglas, se ponían sus mejores galas, puesto que se vestían de traje sastre, muy en boga por ese tiempo, algunas usaban guantes y no faltaba el maletín de mano y un sombrerito.

El concurso debió haber estado muy reñido y sirvió para agitar los ánimos entre sampedranos y capitalinos, porque en San Pedro Sula se apostaba básicamente por Pastora y en Tegucigalpa por una joven también bella llamada Geraldina Ferrari. Por supuesto no eran las únicas, pero con el paso de los días se convirtieron en las favoritas.

A Pastora la ayudó una dama muy distinguida, llamada doña Blanca Mena de Fúnez, esposa del caballero don León Crisanto Fúnez, y ella que era cultivadora de la estética, contaba con un gimnasio en su residencia al que acudían todas las damas y damitas que buscaban la perfección en sus cuerpos.
Además, doña Blanca, era propietaria de una tienda en la que vendía cosméticos producidos por una de las más famosas casas de belleza y contaba, además, con el respeto y la simpatía de los sampedranos. Como había que comprar votos, se sacaron unas fotografías de Pastora en traje de baño que se vendían a cincuenta centavos. Yo que era adolescente me ofrecí para vender algunas y mis mejores clientes fueron los trabajadores del Aserradero El Cóndor, que era de mi madre después de fallecer en 1949 mi padre, don Salvador Flores Alonzo.

Ganó Pastora y su regreso fue triunfal, pues fue llevada desde el Aeropuerto de Barandillas hasta la Municipalidad y se puso tan de moda que ganó el concurso de Madrina de Feria Juniana. Cuando fue a los Estados Unidos vino triunfante porque quedó entre las finalistas. Ese año ganó la sueca Hilevi Rombin, en tanto que la salvadoreña Maribel Arrieta Gálvez, una belleza rubia de porte europeo alcanzó el segundo lugar.
Pastora viajó después a Londres y participó en el Miss Mundo donde también se destacó porque era bella y también muy espontánea. Sobre esto hay una anécdota que le granjeó mucha simpatía. Se dice que apuntó algo en sus manos, supongo que alguna palabra en inglés y no se dio cuenta que la televisión la estaba enfocando por detrás y captó la escritura, lo que al público le pareció maravilloso. Esto fue Long Beach, California, en el Miss Universo en 1955.
Fue además Reina de la Feria Juniana y Miss Piscina del Casino Sampedrano.

Al regresar de Londres, se supo que había hecho gran amistad con la venezolana Susana Duijm quien ganó el Miss Mundo, la primera latinoamericana que lo lograba y a los pocos meses llegó Susana a San Pedro Sula para presentarse en el cine Clámer en un desfile de modas. Ella, por muchos años fue estrella de la televisión de Venezuela y se le conoce mucho en el país sudamericano.

Pastora se casó y al finalizar su matrimonio volvió a contraer nupcias con el ciudadano italiano Italo Camiciotoli, retornando a su San Pedro Sula natal. Años después, fue candidata a alcaldesa, no ganó, pero sí ocupó con gran éxito una regiduría. A estas alturas del tiempo, sigue siendo el gran referente de nuestras bellezas y continúa guapa.

(Historia Incompleta de San Pedro Sula, Ricardo Alonzo Flores, 2013, páginas 123, 124 y 125).

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