Septiembres

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29 de septiembre de 2021
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01:55 am
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Septiembres

Septiembre siempre ha sido especial para mí; yo cumplo años en este mes, además, el hermano que me sigue, también nació en septiembre, así que como se imaginarán, desde pequeña celebramos muchas veces estos acontecimientos. Pero hay un motivo que trasciende mi vida personal y que también es muy importante para mí: Septiembre es el mes de la independencia de Honduras… de mi patria. Desde siempre supe que este era un acontecimiento especial. Recuerdo los comerciales que decían “celebremos el cumpleaños de nuestra patria” … se escucha muy bonito y adecuado ¿no es cierto? Pero cada día con tristeza puedo notar que muchos de la familia hondureña no están con ánimo de fiesta… y los entiendo; sin embargo, ya que por casualidad yo cumplo años un par de días antes del 15 de septiembre, que es la fecha que todos celebramos, por un momento me puse en el lugar de la patria y pensé: ¿Qué celebración sería para mí si mis hijos se reunieran alrededor de mi mesa a pelear y a criticarse unos a otros por la forma en que me trata cada uno? Creo sinceramente que no me
gustaría.

Hay tiempos, espacios y momentos para todo en la vida, y ojo; no solo es que sé que los problemas de nuestra madre patria se deben discutir, si no que apoyo a cualquier hijo noble que se levante y luche por la tierra que lo vio nacer, pero ahora que es su cumpleaños, creo que sería lindo para ella un momento de unión y reconocimiento a su exuberante y abundante flujo de bendiciones. Recuerdo lo que una amiga que se fue a América del Norte a estudiar me contaba; decía que era terriblemente tedioso vestirse con mil prendas por la mañana, quitar la nieve que estorbaba la puerta, limpiar el carro para luego salir a la universidad. Ya en el campus, cuando entraba a un edificio, tenía que quitarse todas las prendas que se había puesto para abrigarse, pues el lugar contaba con calefacción, y ¿adivinen que debía hacer al salir de allí?… era el cuento de nunca acabar. Me decía: “no dan ganas de arreglarse, es una tortura estar en esta situación, me siento como una cebolla que tiene que ponerse y quitarse capas a cada rato”.

Me acuerdo también de un relato similar de una señora que fue a visitar a su hija que vivía en el norte; ella me contó que un día salió de la casa al carro y que a mitad de camino se le endurecieron las piernas y la tuvieron que cargar hasta el automóvil; en sus palabras, ella decía “me congelé” !¡Es tanto y tengo tan poco espacio para hacerles ver cuantas cosas bellas disfrutamos día a día por haber nacido en el centro de América! a veces no valoramos las cosas porque las damos por sentadas… me limitaré a inspirarme en “el brindis del bohemio” miraré con amor y ternura a nuestra madre… y diré: “Brindo por mi patria, la que en su cálido clima me arrulló,
y con sus brisas de montaña me refrescó, la que desarrolló mis sentidos al máximo con una explosión de colores, olores y sabores tropicales. Salud a aquella que me dio mar, bosque, ríos, valles y selvas como patio de mi casa para divertirme; la que inundó mis oídos con sonidos de caudales de agua, cantos de gallos y mugir de vacas; doy gracias a su generosidad, que me ha permitido desde siempre saciar mi hambre; brindo por su gente, de tantos colores y costumbres diferentes; pueblos de tierra adentro, de trato amable e inocente.

Bendiga Dios, la prodiga tierra en que nací”. Feliz cumpleaños Honduras.

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