Aire fresco es el arma subestimada para el coronavirus

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17 de octubre de 2021
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12:13 am
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Aire fresco es el arma subestimada para el coronavirus

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

Hemos venido leyendo sobre el no muy difundido tema en Honduras de la importancia de que el aire fresco del exterior ingrese a las viviendas y edificaciones, abriendo para ello las ventanas evitando que solamente circule el aire acondicionado o la calefacción en el caso de los climas fríos, explicando los expertos que en el ambiente además de las gotículas contagiosas que salen de la boca o la nariz de un contagiado por la covid-19, que pueden infectar a las personas presentes, más significativos son los aerosoles que flotan en las habitaciones de una casa o los salones de oficinas, restaurantes y bares; de allí la importancia de ventilarlos con las corrientes externas, manteniendo abiertas las ventanas, aunque ello signifique sentir algo de frio o calor según la época del año, molestias superadas por la protección de la salud de los presentes.

Los expertos según Diario ABC de España, dicen que la ventilación es tan importante como el lavado de manos, el distanciamiento y el uso de mascarillas. Según el médico Eilir Hughes, que dirige un centro de salud en el norte de Gales, que se ha hecho conocido como “Dr. Aire Fresco” por su campaña sobre el tema, dice que reemplazar el aire viciado en una habitación con aire fresco del exterior puede reducir enormemente las posibilidades de que las personas se infecten. Al comienzo de la pandemia, las autoridades se centraron en lo que se suponía eran las vías de infección más probables. Una es el riesgo de tocar una superficie contaminada, de ahí la recomendación de lavarse las manos frecuentemente. La otra es recibir gotas que se producen cuando alguien cercano tose o estornuda, lo que llevó a la regla de los dos metros de distanciamiento social y el uso de mascarillas.

Pero la posibilidad de una tercera vía de transmisión, a través de pequeñas partículas de virus conocidas como “aerosoles” que permanecen en el aire, ahora también se acepta ampliamente. Esta vía de contagio fue reconocida por asesores del gobierno del Reino Unido a principios de este año y, luego, por la Organización Mundial de la Salud. Las autoridades estadounidenses incluso han ido más allá, al decir que se cree que la inhalación de gotitas y aerosoles “es la principal vía de propagación del virus”. Ante ese riesgo, el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de máscaras no son garantía de protección. ¿Las ventanas abiertas realmente marcan la diferencia? Shaun Fitzgerald, profesor de la Real Academia de Ingeniería en la Universidad de Cambridge, está convencido de que sí, y ha convertido en una misión personal mejorar la ventilación siempre que pueda.

Eso incluye intentar abrir ventanas que han sido selladas o que no han recibido mantenimiento durante años. “Me niego a estar en un lugar que no esté bien ventilado”, dice. Según el doctor Fitzgerald, las investigaciones muestran que un buen suministro de aire fresco para diluir y dispersar el virus puede reducir el riesgo de infección entre un 70% y 80%. Fitzgerald apoya los mensajes sobre el lavado de manos, el distanciamiento social y cubrirse la cara, pero dice que el aire fresco “siempre es el cuarto en la lista o, a menudo, no existe”. “Mi mayor preocupación es que con la nueva cepa del virus sabemos que mantener los aerosoles a un nivel bajo será aún más importante y eso significa mantener adecuadamente ventilados los lugares”, dice el experto.

Fitzgerald señala una investigación realizada en un restaurante en Corea del Sur, que destacó hasta qué punto el virus puede propagarse en interiores. Con la ayuda del rastreo de contactos y cámaras, los científicos pudieron establecer cómo un comensal pudo infectar a otros dos a pesar de que uno estaba a más de cuatro metros de distancia y el otro a más de 6 metros. A pesar de que los tres solo estuvieron en la misma habitación por unos minutos, eso fue suficiente para que el aire acondicionado llevara el virus a distancias largas. Las gotículas y aerosoles que flotan en el aire pueden transmitir el virus. “Los aerosoles pueden viajar muchos metros una vez que están en el aire”, dice Fitzgerald. “Dos metros de distancia no te dan seguridad, lo único que lo hace es una buena ventilación. Si hubieran abierto las ventanas de ese restaurante, eso bien podría haber cambiado las cosas”.

En Honduras se ha regulado los aforos de permanencia de la gente en restaurantes, tiendas, salones de belleza y hasta en los autobuses, lo que habría que vigilar y establecer, son las formas de entrada del aire fresco exterior para una mayor protección contra el coronavirus en los ambientes del interior.

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