Muy buenos días

MA
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29 de noviembre de 2021
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01:22 am
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Muy buenos días

Otto Martín

Espero que todos hayan amanecido bien y que nuestra querida Honduras se encuentre en paz.
Ojalá que las elecciones hayan sido limpias y que quien se perfile como ganador sea, precisamente, el que haya sacado más votos legales.

Deseo que los perdedores sepan aceptar la decisión del pueblo y que, como verdaderos patriotas, pongan todo sus esfuerzos, capital político y capacidad personal al servicio de Honduras.
No con protestas, no con reclamos sin base, no con falsas ofertas o promesas de venganza; me gustaría que, en un real acto de patriotismo y humildad, se pusieran a las órdenes del ganador, que ofrezcan sumar sus esfuerzos a resolver los más grandes problemas de Honduras.

Atrás deben quedar los discursos encendidos, las rencillas callejeras y cualquier acusación injustificada, la lucha política desde ya debe quedar en el pasado.
Honduras tiene ahora un reto mayor que escoger un nuevo presidente, un Congreso o un alcalde.
Lo que enfrentamos no es otra cosa que el futuro.
Un futuro que no luce bien, pero que puede ser cambiado.

De una vez por todas quienes nos gobiernen tienen que concentrar la visión de su trabajo en Honduras.
Prioridad? La educación, lo más importante y urgente. Si nunca ha sido todo lo buena que necesita un país para salir del subdesarrollo, después de casi dos años perdidos por la pandemia las cosas se ven peor.
Dos años en que muchos niños dejaron de ir a las escuelas y colegios, quizá para nunca regresar.
El nuevo gobierno tiene que ver en la educación de esos jóvenes -y en todos los jóvenes- la única esperanza para un cambio real y permanente en Honduras.

Debe de crearse un plan de emergencia (lo habrá hecho alguien?) para llamar de regreso a las aulas (virtuales y presenciales) para estimularlos a que continúen con su educación.
Honduras no puede darse el lujo de perder esos centenares de miles de niños que dejaron la educación, hay que recuperarlos de cualquier manera legal posible, tienen que retomar sus estudios!
Así como en las capas geológicas quedan registrados los desastres naturales (inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos) a través de las eras, en las capas de la educación quedarán para siempre esos dos años de analfabetismo, ignorancia y falta de preparación en una gran parte de la juventud hondureña.
Cómo podemos remediarlo?

Señores ganadores: quisiera soñar que, al menos por una rara vez en la vida de la nación, quienes hayan ganado no vean su triunfo como una recompensa a la campaña política o un premio a sus ambiciones de poder.
Quisiera soñar que tomen la victoria como la peor y también la mejor de las obligaciones adquiridas, una que es nada menos que con la patria.

Tienen la magnífica oportunidad de servirla, de ayudar a hacerla grande, como merece!
Es más, la verdadera victoria debe ser el bien de Honduras, de lo contrario será una derrota para ellos y para todos.

Señores perdedores: tienen la magnífica oportunidad de convertir su derrota en victoria, aceptando con humildad y resignación el veredicto de las urnas y, dentro de la natural tristeza de la derrota, transformar todo en un esfuerzo para servir a Honduras, donde quiera que la vida les lleve.

Si en esta ocasión, por una vez luminosa en la historia de nuestro país, ganadores y perdedores estrechan sus manos y unen sus brazos para trabajar por Honduras, quizá estemos ante un nuevo amanecer de esperanzas.
Será posible dejar de lado intereses políticos, económicos, ideologías y hasta el orgullo personal y, por ese momento brillante que puede cambiar el destino de la patria, trabajar unidos?

Buenos días Honduras, tendremos un nuevo sol en nuestro horizonte?
Ojalá.

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