La reelección es ilegal
Recientemente el Departamento de Estado de los Estados Unidos, otorgó un merecido reconocimiento a la abogada Gabriela Castellanos, directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), por su extraordinaria labor por su lucha contra la corrupción. Ganarse el galardón de campeona contra la corrupción, no es poca cosa, aún sabiendo que se enfrenta a un bien estructurado crimen organizado, que es de sobra conocido, que en cualquier momento la abogada Castellanos podría aumentar las estadísticas de esas que son mala noticia.
Desde hace tiempo, guardo admiración por esta pequeña gran mujer, a quien considero tiene los ovarios bien puestos, enfrenta los desafíos con temple, carácter; no hay duda que en su pecho palpita un corazón que quiere una Honduras diferente, sabe que es necesario hacer su trabajo y bien hecho, ha comprendido que Honduras se desangra y no es nada agradable el cotidiano vivir de más del 70% de los hondureños, porque esta patria que nos vio nacer necesita el concurso de sus buenos hijos, y ella hace su parte y bien hecha.
Abogada Castellanos: ese galardón que recién recibió y que muchos desearíamos haber recibido, la compromete cada día más, a realizar su trabajo como hasta hoy lo ha hecho pero, le encomiendo una tarea. Por ser sobreviviente del covid-19 le ruego aunque no sé de leyes, no sé si a usted le toca intervenir el caso de los hospitales móviles. El covid-19 es una cruel enfermedad, viví una experiencia salvaje, pero fue más inhumano lo que vi y una impotencia sin límites en no poder ayudar a la gente humilde que vive esta enfermedad en un hospital.
Cuando escuché la noticia que fue premiada con ese galardón, decidí escribir y pedirle públicamente por LA TRIBUNA llegue hasta el fondo de este caso de los hospitales móviles; quiero ver tras las rejas a todos los altos funcionarios que tuvieron responsabilidad para la compra de los hospitales móviles; Axel López, que no tuvo ni el más mínimo remordimiento en vender algo que no servía y cualquier otro sujeto involucrado en este abominable acto de corrupción. Sé que merece más que ese galardón. Dios cuide de su vida, la enfermedad del covid-19 solo la pueden entender aquellos que la hemos sufrido.
Disculpe mi Castellanos.
Roger Montalván
Choluteca, Choluteca
