Entretelones del poder

MA
/
26 de enero de 2022
/
12:36 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Entretelones del poder

La reelección es ilegal

Participar en política es un derecho que asiste a todo ciudadano, y ello, de entrada, en países como Honduras, ofrece dos interesantes lecturas totalmente antagónicas: por un lado, se hace para ser parte de un cambio positivo que busque con su contribución, el bienestar común y el desarrollo integral de la nación, o bien por el otro, solo es un vulgar pretexto para ir a servirse de la administración pública, en la satisfacción de ilimitadas ambiciones personales. Incluso, de repente se entra con un lindo sueño de ciudadano ejemplar y se termina imbuido en las garras de la politiquería nefasta y perversa.

Una triste realidad que hemos apreciado en repetidas ocasiones en el país, y que tanto recordamos, por ejemplo, con calcados personajes, como el que da vida Juan Vargas (Varguitas), en la película mexicana “La ley de Herodes” (1999), que llega como alcalde interino de un pueblo del interior, cargado de buena fe y sobrada voluntad, pero muy pronto habrá de convertirse en un corrupto funcionario como los que le han precedido.
Así las cosas, los bochornosos actos recientes que se dieron en Honduras al momento de darse a conocer la directiva provisional del Poder Legislativo, solo es el saludo de “bienvenida” con que se encuentran neófitos diputados, que hasta ahora han destacado en el sector privado o en el eficiente desempeño de sus trabajos profesionales en otras áreas de la institucionalidad, pero jamás involucrados en asuntos directos del Estado, donde suelen darse este tipo de asuntos turbios, en los que destacan la manipulación, las canonjías, los arreglos bajo la mesa, humillaciones, bajas pasiones… y traiciones.

Inolvidable por ello, ese viejo chiste del hombre que muere y llega a las puertas del cielo donde se encuentra con San Pedro. “Bienvenido al paraíso -le dice San Pedro- antes que te acomodes, te comento cómo es esto. Lo usual aquí, es hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir dónde quedarte por toda la eternidad. Le acompaña al ascensor y baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante del mismo están todos sus amigos y otros más. Todos bien vestidos y muy contentos”.

“Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos. Juegan un partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el restaurante del club, con langosta como plato principal. Se encuentra también al Diablo, que es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se divierten tanto que antes que se dé cuenta, es hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y le saludan mientras sube al ascensor”.
“El ascensor sube, se abre la puerta y llega al cielo donde San Pedro lo está esperando.

-Ahora es el momento de pasar un día en el cielo. Así que pasa las 24 horas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Ya estaba aburrido cuando después de las 24 horas, San Pedro va a buscarlo: Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir para toda tu eternidad. El hombre reflexiona un momento y luego responde: Bueno, el paraíso ha sido descansado, pero creo que he estado mejor en el infierno, elijo el infierno. Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja hasta el infierno”.

“Cuando se abren las puertas del ascensor, se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de desperdicios. Ve a todos sus amigos tristes, vestidos con harapos recogiendo desperdicios y metiéndolos en bolsas negras. El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello. No entiendo -balbucea- ayer estuve aquí y había bellas jóvenes, un campo de golf y un club. Comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un lugar desértico lleno de porquerías… y mis amigos parecen unos miserables. El Diablo lo mira; sonríe y dice: -Ayer estábamos en campaña. ¡Hoy ya votaste por nosotros!

J.J. Pérez López
Barrio El Manchén
Tegucigalpa, M.D.C.

Más de Tribuna del Pueblo
Lo Más Visto