No hay nada mejor para acallar las bombas que un partido de fútbol. Un año después la guerra en Ucrania sigue, pero el fútbol también. Con alarmas y refugios antiaéreos, pero la liga ucraniana se reanudará la próxima semana, como todos los años, tras el receso invernal. Hay pocos aficionados y muy poco dinero, pero el Shakhtar Donetsk mantiene bien alto el pabellón patrio.
Mientras, su vecino, el fútbol ruso, es desde febrero de 2022 un apestado a nivel internacional. Los más pesimistas creen que su ostracismo podría dejarle fuera incluso del Mundial de 2026, lo que armaría de munición a los que abogan por renunciar a Europa y jugar en Asia.