Óscar Lanza Rosales
En la administración de doña Xiomara, no hay la menor duda que la mayor parte de los hondureños nos sentimos agobiados, tal como nos sentíamos en la administración de Juan Orlando Hernández, por los innumerables problemas que no se resuelven, como por la conducción del gobierno, que lejos de cumplir su promesa de conciliarnos, más bien ha polarizado más a la sociedad e intensificado los odios, amenazas y temores entre los hondureños.
Continúan las huelgas, las invasiones en el campo, los paros, las carreteras intransitables y el caso de la ENEE sin resolver, pero no voy a ocuparme de estos problemas, sino al rompimiento de relaciones diplomáticas con Taiwán, al anteproyecto de Ley de Justicia Tributaria y a la reciente participación de la mandataria en la Cumbre Iberoamericana en República Dominicana.
En el rompimiento de relaciones con Taiwán, la ciudadanía lo que demanda es una explicación de tal decisión y la forma apresurada en que se hizo, después que por largo tiempo tuvimos unas excelentes relaciones con esta nación amiga, que nos ha brindado un gran apoyo económico permanente para atender algunas de nuestras necesidades, y en situaciones especiales y difíciles, como lo hizo en la pandemia del covid-19 y el desastre que provocó el huracán Mitch, donde su aporte de primas a primera fue de 200 millones de dólares. Sobre ese exabrupto diplomático -que no encaja con la idiosincrasia hondureña de la amistad- la gente ha mencionado con insistencia varios dichos populares: “el malagradecido siempre olvida la mano que le ayudó…”, o “nunca le muerdas la mano al que te dio de comer…”. La gente también se pregunta: ¿adónde quedó la parte humanitaria o clemencia de la mandataria, al tomar esta decisión, de su compasión por el daño que ocasionaría a los hondureños que están recibiendo ayuda de Taiwán, como los becarios que están cursando estudios en aquel país? ¿Ya tiene el gobierno de doña Xiomara un plan para auxiliar a esos compatriotas que andaban haciendo esfuerzos, lejos de su tierra, por un mejor futuro? Esperamos que la respuesta sea positiva.
Sobre el anteproyecto de Ley de Justicia Tributaria, el gobierno debe escuchar atentamente al sector privado y atender sus sugerencias. Totalmente de acuerdo en eliminar los abusos y exoneraciones innecesarias, pero estos cambios que quiere realizar doña Xiomara debe hacerlos con inteligencia. Que se acuerde que estos regímenes en la maquila, son los que aplican todos los países vecinos, con quienes hay que competir. Que cualquier reducción en los beneficios que otorga Honduras, estas maquilas se largan fácilmente a otros países, por eso se les llaman industrias golondrinas. Que este gobierno no se vaya a equivocar nuevamente, como sucedió con el empleo por hora, que lo suprimió, pero no planteó una nueva alternativa sustitutiva, privando principalmente a muchos jóvenes, para trabajar y estudiar. El rey Felipe VI de España, en una conferencia con los empresarios, en la reciente Cumbre Iberoamericana, realizada la semana anterior en República Dominicana, fue bien claro al manifestar que los países de este continente, para atraer inversión de España y el resto de países de la Unión Europea -que ellos van a presidir a partir del próximo mes de julio- requieren “entornos estables, predecibles y competitivos”.
Sobre la participación de doña Xiomara en esta cumbre, repitió la misma disertación y con el mismo tono, que hizo en la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en Buenos Aires, Argentina. Siempre censurando los bloqueos a Cuba, Nicaragua y Venezuela; al modelo neoliberal, los poderes fácticos, la oligarquía y el imperialismo. Y lo hace con mayor vehemencia y agresividad, que los países señalados. ¡Me parece que ella no se dio cuenta que estaba en otro contexto al de la Celac! Que esta cumbre era para promover mejores relaciones de España y Unión Europea -socio y uña y carne con Estados Unidos- con los países iberoamericanos, en lo económico, comercial y de inversión. Dos regiones -que según Felipe VI- se complementan muy bien.
En República Dominicana, ha quedado muy claro, que nuestra presidenta, la ponen muy tensa estos eventos. Pareciera que los que la asesoran ponen en su boca, discursos que en su sano juicio no quisiera pronunciar. No le provocan irradiar simpatía, tal como lo hacían en su momento, las presidentas Michelle Bachelet o Laura Chinchilla. Por eso le pedimos el favor que, por una mejor imagen del pueblo hondureño, maneje mejor su comunicación, a lo externo como a lo interno, porque ese Twitter impositivo sobre Taiwán, al estilo del expresidente Trump, tampoco le va bien.
