Martín Marga Alvarado
Mi padre, el profesor don Martín Alvarado les decía a sus estudiantes, nuestra patria “Honduritas, hay que quererla, porque nos da de comer.” Y así como él, nuestros profesores de primaria fueron los que nos enseñaron la grandeza de nuestra patria. Tal vez con desbordante patriotismo mi profesora de cuarto grado en la escuela Centro América; la señorita Ela Arriaga (recordamos su nombre porque para cada uno sus alumnos, ella fue el primer amor) nos decía “si es cierto que tenemos compañías gringas, pero Honduras también tiene compañías en los estados Unidos” Al respecto, finalizada la clase, un astuto compañero puntualizó “compañías de criados tal vez.” Pero él fue la excepción los demás creíamos firmemente en las palabras de la profesora Arriaga.
En nuestra generación pasamos por etapas de fervor idealista, de pensamiento progresista o conservador, “Honduritas” seria jaloneada por el manipuleo político, las hegemonías militares o partidistas, Llegamos a la madurez y descubrimos de nuevo el amor por el terruño, aun estando lejos, recordamos y veneramos el amor a la patria que nos inculcaron, los profesores de la educación primaria. Con ellos marcharíamos en el Día de Las Madres y de la Independencia juntos cantaríamos todos los himnos de Centroamérica, y el himno al Pino. Respeto le debemos a todos ellos, no debemos olvidar el valor patriótico que con sus enseñanzas nos inculcaron y creemos que aún lo hacen los profesores de la educación primaria.
