LO apuntado por un miembro del colectivo –mensaje de una amiga– es probable que los vikingos sí pasaron antes por estas tierras, solo que, en esos momentos, no se interesaron por estas “honduras”. Alusivo a este comentario de un fundador del colectivo: “No hay duda que, aunque tenemos más de 200 años de independencia de la conquista, nuestro ADN español está presente, y lo que vemos en España hoy es lo mismo que hace acá la clase política”. “Qué diferente hubiera sido si los vikingos hubieran llegado antes a estos “paisajes”; para empezar, seríamos mejor parecidos físicamente y mucho más disciplinados en todo”. Una perspicaz amiga: “En mi humilde opinión el líder del PSOE puede ser astuto estratega político, por la forma como consiguió votos en negociaciones con otros políticos desesperados”. “O bien contagiado del síndrome de Hubris, para seguir en el poder a toda costa”. “Parecería que a los políticos de ahora los mandan a estudiar a la misma escuela”.
“Cuántas coincidencias”. –Una acuciosa abogada– “Nos lleva de la mano relatando la historia en capítulos; da emoción o inquietud leerlo y esperar el próximo envío”. “No soy analista en el tema ni nada que se parezca, pero dudo que todos esos sucesos desemboquen en un final feliz”. “Creo que hay temas que dividen naciones, dejan heridas profundas difíciles de sanar”. “Solo el término “separatistas” habla por sí solo”. Sobre el editorial “De lo Imposible a lo Innombrable”, un buen amigo con un cumplido: “Me encanta su capacidad de síntesis (simultáneamente analítica y que logra colar algún sarcasmo)”. Otra vieja amiga: “Me encanta este tema, y lo sigo muy de cerca”… “Ayer escuché uno de los mejores argumentos en un programa de Antena 3”. “Un famoso periodista deportivo, Josep Pedrerol, invitado a El Hormiguero”. “Si puedo, te lo mando más tarde”. “Me encantan las tertulias y las veo en Espejo Público, con el cambio de hora ahora empieza a las 2 de la mañana”. “Por eso amanezco a las 11”. (Ves –Winston al Sisimite– y vos reclamándole que se despierta casi al mediodía. Allí no desayunan, pero por ventura divina, quizás almuerzan). Cambiando de tema el buen amigo de las lunas llenas: “Vengo atrasado leyendo tus editoriales del 30/octubre para acá”. “En ese del 30 y el 31 me regresaste, me imagino que también a todos los que leímos, a ese fin de semana del 28 de noviembre, 1998”. “Ansioso de ver el rumbo del Mitch después de ensañarse 2 noches sobre Guanaja, desde el hotel de un gran amigo”. “El lunes amaneció lloviendo y así el resto de la semana del agualotal”. “En ese año presidía y administraba la Corporación Aeroportuaria de Tegucigalpa, conformada por las asociaciones Hotelera, de Agencias de Viaje, de Líneas Aéreas, Cámara de Turismo de Honduras y la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa”. “Durante esos días y varios más, Toncontín, mi/nuestro aeropuerto, fue el único que operó con normalidad y donde aterrizaron altos personajes mundiales”. “Con ayudas a la ciudad incomunicada por carretera”. “El histórico aeropuerto, malquerido por los capitalinos, merece mejor suerte”.
(La investidura –entra el Sisimite– es un hecho consumado. Unas horas de ruido infernal y pataleo de los quejosos y, al bajar la marea, la vida sigue igual y parte sin novedad. -¿Escuchaste el debate en el Congreso? –interviene Winston– Pues las izquierdas, los pedigüeños vascos y catalanes a los que les dieron cuanto pidieron –hasta expiación de las culpas por la intentona de separarse de España– a cambio de sus votos, agarraron de encargo a las derechas, con una artillería de discursos, sacándoles los trapitos al sol por todo lo que en el pasado les tocó gobernar. -La astucia de Sánchez –interrumpe el Sisimite– les jugó la pasada del tonto. Ya hay que darle vuelta a la página. Cuando estudiaba, mis beneméritos maestros de historia atribuían el descubrimiento de América al navegante genovés Cristóbal Colón en el año 1492. Sin embargo, las evidencias históricas y arqueológicas dan fe que los vikingos llegaron a América mucho antes que Colón, específicamente a la zona que hoy conocemos como Terranova en Canadá. -“En el año 993 de nuestra era –interviene Winston, leyendo la parte conducente de un artículo en National Geografic– una tormenta en el sol liberó un tremendo impulso de radiación que fue absorbido y almacenado por los árboles de toda la Tierra”. “Ahora, ese evento solar ha demostrado ser una herramienta crítica para conocer el año exacto en el que los vikingos estuvieron en América. Y fue varios siglos antes del “descubrimiento” de Colón, que los marineros europeos ya estaban talando árboles en Canadá, allá por el año 1021 d.C.).
