“EL símbolo del infinito –mensaje de la leída amiga– se parece a la banda o cinta de Möbius que también tiene representación geométrica”. Ya que preferimos consultar los robots de la IA a esas otras aplicaciones de búsqueda anticuadas, esto es lo que nos dice la GPT4: “El símbolo del infinito, conocido también como lemniscata, y la banda de Möbius tienen similitudes interesantes en términos de concepto y representación visual: Forma continua y sin fin: Ambos representan la noción de infinito o continuidad. La lemniscata es una figura geométrica que parece un “8” acostado y no tiene principio ni fin visible, lo que simboliza la idea de infinito. La banda de Möbius, por su parte, es una superficie con una sola cara y un solo borde, que se forma al tomar una tira de papel, darle media vuelta y unir los extremos, creando así una forma que puede ser recorrida continuamente sin encontrar un final”.
Si versificando estábamos, para el fin de semana, una lectura liviana, digamos, de la inspiración de Giacomo Leopardi, un poeta italiano del siglo XIX, titulado “El Infinito”: Siempre caro me fue este yermo cerro/ y esta cerca que de tantísima parte/ del último horizonte el mirar excluye./ Mas, sentado y mirando, interminables/ espacios de allá afuera, y sobrehumanos/ silencios, y profundísima calma/ en mi mente imagino; donde por poco/ el corazón no se asusta. Y como el viento/ oigo rugir por estos árboles, yo aquel/ infinito silencio a esta voz voy comparando:/ y me viene a la mente el eterno,/ y las edades muertas, y la presente/ y viva, y el sonido de ella. Así,/ por esta inmensidad mi pensamiento/ se ahoga; y naufragando es dulce en este mar”. (Fin del poema). Como complemento a la frase de Einstein –“Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana; y del universo no estoy seguro”– otras ocurrencias: “El universo es infinito y tal vez otros también. Espero que no se encuentren”. (Woody Allen). “Hay algo fascinante sobre la ciencia. Uno recibe tales cantidades de irracionalidad a cambio de tan pocas hipótesis”. (Mark Twain). “Alguien me dijo que cada ecuación que incluí en mi libro reduciría a la mitad las ventas. Decidí que una ecuación estaría bien. Es la más famosa de todas: E=mc^2, y no afectó las ventas –eso es infinitamente decepcionante”. (Stephen Hawking).
(La tal curva lemniscata –entra el Sisimite– (que no es un 8 acostado) nos llevó hasta la “curva del diablo”, y de eso a la banda de Möbius. -Si te fijás –interviene Winston– la banda de Möbius más bien parece cinta de empacar regalos. Y si de símbolos alusivos al infinito se trata, los estudiantes ya no sacan aquel su periódico, “El Tornillo Sin Fin”. -Los primeros números –recuerda el Sisimite– eran ocurrentes, pero en la medida que las privilegiadas plumas anónimas y los ingeniosos caricaturistas sacaron su título, la guasa se convirtió en ataques procaces y en vulgaridad. Solo nos queda la indolencia sin fin de los políticos. -Y si de curvas hablamos –interrumpe el Sisimite– no las “curvas” que vos, de mal pensado, insinuás que me imagino, hay que manejar con cuidado por esas carreteras enrevesadas llenas de curvas. -El buen amigo fundador del colectivo, con una campaña de seguridad vial en la prensa, está ayudando a crear conciencia sobre los accidentes de tránsito que son la segunda causa de las muertes en el país. -Pues se va a alegrar –razona Winston– que lo mencionemos. A saber, cómo le dan licencia a boca abiertas y manudos irresponsables. -No solo eso –agrega el Sisimite– sino las pocas señales de tránsito. Tenés razón –asiente Winston– por ejemplo, aquí en esta colonia donde vivo, montaron un montón de escuelas, y como no hay señales de tránsito indicando limitaciones de velocidad en zonas especiales, pasan motos y carros zumbados; uno de esos días, causan una desgracia).
