Juan Ramón Martínez
I
El tema del poder, siempre es fascinante. Para los políticos, los votantes; y, los lectores. Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith, lo exploran en su interesante ensayo histórico político intitulado “El Manual del Dictador, porque la mala conducta es casi siempre buena política”. Editado en su versión española por Siruela, Biblioteca de Ensayo, es un interesante recorrido por el interior del poder, la forma como se maneja por los líderes, los mecanismos que usan para pagarse entre sí favores que forjan compromisos, las ideas que privan en la mente del líder máximo para eliminar competidores; y, lo más interesante, las justificaciones que los dirigentes manejan sobre las razones para su estadía en el ejercicio del poder. Los autores de “El Manual del Dictador”, concluyen que “los líderes están dispuestos a hacer cualquier cosa para mantenerse en el poder. Así mismo, realizan en este libro un análisis de las grandes empresas y de sus presidentes, de Tea Party o de alguna de las guerras más recientes”. Un libro para estudiar a profundidad, en momentos en que los electores, nos vemos invadidos por las consignas y por la mala política que, casi siempre es ejercida por nuestros políticos, para obtener los mejores resultados.
II
Alfaguara, una de las principales casas editoriales del mundo español, anualmente otorga un prestigioso premio que lleva su nombre. Este año, el premio ha recaído en el peruano Gustavo Rodríguez por su novela “Cien Cuyes”. “Es una novela tragicómica, situada en la Lima de hoy, que refleja uno de los grandes conflictos de nuestro tiempo: somos sociedades cada vez más longevas y cada vez más hostiles con la gente mayor. Paradoja que Gustavo Rodríguez aborda con destreza y humor. Un libro conmovedor cuyos protagonistas cuidan, son cuidados y defienden la dignidad hasta las últimas consecuencias”. El jurado que otorgó el premio Alfaguara 2023, estuvo integrado por Claudia Piñero, Javier Rodríguez Marcos, Carolina Orloff, Rafael Arias García, Juan Tallon y Pilar Reyes. Este libro, que no ha llegado Honduras, esperamos que los libreros lo pidan y lo pongan a disposición de los lectores nacionales.
III
El nombre que escogió Melvin Martínez, — docente de destacada labor en educación media–, fue “Todo es amor”. Fue, un acierto. El nombre del libro, determina su futuro. En este caso, el nombre, además, nos muestra, el contenido, la ruta de la poesía; y, su vinculación con la existencia. La poesía amorosa, es fácil, pegajosa y suena bien al oído, porque casi toda ella, tiene un ancla en la existencia de las personas. Toca a lectores y a creadores. Y por más que lo quieren disimular los poetas, los buenos versos de amor, los escriben quienes han vivido y sangrado, lo que cuentan. El lector siente – cuando lee, ahora; y antes cuando oía a los grandes declamadores—que la buena poesía es la que suelta sangre, y el dolor se hace caricia en un beso; o, en una lagrima, ante el corazón roto de los enamorados. No es fácil. Shakespeare escribió Romeo y Julieta, desde una historia conocida; pero le puso su sentimiento, haciéndola una obra inolvidable. Martínez, por su parte, hace de todas las cartas,– “que se han dejado” confiesa–, que le envió a su amada, con la cual tuvo la fortuna de casarse, convertir en poemas. Y la experiencia es buena. Las historias de amor de las cartas son, juveniles, apasionadas y prometedoras. Los versos que Melvin Martínez logra construir, son reflexivos, tiernos siempre; pero sonoros y llaman fuerte a los sentimientos. En “Todo es amor”, Melvin Martínez, logra una pequeña obra con la que los lectores, podemos identificar los amores estudiantiles y vivir, los “amores ciertos”, pero que no fueron, porque los mató el olvido: o la certeza que solo eran amores verdaderos, cuando volaron cada uno, con sus alas renovadas, buscando diferentes horizontes.
