El proyecto de higienización y agua potable en la Tegucigalpa Republicana
Augusto Bressani y sus primeros trabajos como albañil en California a finales del XIX
Arq. Ricardo Calderón Deras
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Uno de los grandes problemas en Tegucigalpa en esa época era la insalubridad, había muchos contagios por enfermedades y un alto índice de mortalidad en la población, por la falta de higiene debido a que no había acueductos, alcantarillados, letrinas, basureros municipales. Para el año 1888 se inaugura un complejo de baños públicos proyecto ideado por el ciudadano español el Dr. Antonio Ramírez Fontecha.
Los primeros proyectos para dotar de agua potable a Tegucigalpa comienzan durante el periodo del Dr. Marco Aurelio Soto, el primero en el año de 1877 y el segundo en 1881 pero ambos no se lograron realizar. Fue durante la administración de Luis Bográn en el cual comienza a ejecutar este proyecto con la firma de un contrato el 22 de mayo de 1889 con los ingenieros Geo W. Gibson y H.W.N. Cole ambos profesionales trabajaron para la Rosario Mining Company quienes diseñan el sistema de abastecimiento de agua potable terminándose en 1890. Instalaron una tubería en el Picacho para traer agua potable desde el Río Jutiapa a Tegucigalpa en el cual solo abastecía del líquido al Palacio Nacional, el Hospital General, Sección de Policía, Comandancia de Armas y Dirección de Telégrafos.
Según el ciudadano José Inestroza en un artículo publicado para la revista del archivo y biblioteca nacional en 1948, escribió lo siguiente; “antes de 1890, el agua potable era escasa en la ciudad, para obtenerla se compraban a los aguateros, quien la traían en cántaros sobre la espalada desde el Río Guacerique. Se podía conseguir agua potable en el sector de la fuente. El sistema de cloacas no existía en Tegucigalpa, por lo que todas las inmundicias de las calles eran arrastradas por las lluvias e iban a dar al Río Choluteca. Por esa época existía un tren de aseo, que consistía en carretas tiradas por caballos, servicio que era mantenido por la municipalidad y tenía poca efectividad”.
Durante el periodo presidencial de Policarpo Bonilla ordenó al ministro de Fomento y de Relaciones Exteriores al ingeniero Enrique Constantino Fiallos Moreno a modernizar el servicio de agua potable por lo cual ya se empieza a abastecer mediante tuberías en todas las calles y avenidas de la ciudad.
El ingeniero Enrique Constantino Fiallos Moreno, nació en Antigua Guatemala en 1861 y se graduó de ingeniero Civil en la Universidad de Nueva York. Llega a Tegucigalpa invitado por el rector de la Universidad Central Dr. Antonio Ramírez Fontecha para impartir una conferencia el 10 de marzo de 1889, con el título; “La ingeniería en sus relaciones con el progreso humano”. Fue contratado como catedrático y Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Honduras, agente confidencial y Ministro Plenipotenciario en Centroamérica, miembro de la Comisión de Límites con Nicaragua. Fue director de Correos de Honduras y miembro de la Academia Científica Literaria. Elaboró un mapa del país y falleció en Tegucigalpa en 1910.
En 1906 se crea la Policía Higiénica para trabajar a nivel nacional en el cual apoya las atribuciones o reglamentos municipales en especial para la realización de campañas de vacunación, aplicación del reglamento de barberías, el funcionamiento del tren de aseo y otros más.
En la Memoria de Fomento y Agricultura de 1910, se publicó que el servicio de distribución de agua se hacía por medio de 29 llaves públicas en Tegucigalpa, 7 en Comayagüela y en 435 en casas particulares de las que se colocaron en ese año 41 nuevas llaves.
Con la llegada de la Rockfeller Foundation (RF) o Fundación Rockefeller en 1914, realizó, varias obras de saneamiento, que fueron diseñadas y dirigidas por el ingeniero estadounidense F.E.Hulse, el cual construyó los desagües de varios edificios del centro histórico de la ciudad, como ser los cuarteles San Francisco, Miramesí, Casamata y el Chorro.
En la actualidad hay insalubridad y escasez de agua en la capital y en otras ciudades del país, necesitamos como ciudadanos un cambio cultural para lograr concientizarnos en el uso de este vital líquido.
Referencias Bibliográficas:
• Navarrete Cálix, Daniela. Tegucigalpa, Laboratorio urbano de las modernidades hondureñas, siglos XIX y XX.
• Aquiles Valladares, Omar. Tegucigalpa, una ciudad y su gente 1900-1930.
