Por: Otto Martín Wolf
Tengo la sospecha que a usted también le ha sucedido algo similar y no sólo con hamburguesas.
Veamos: Recientemente conversaba sobre hamburguesas, de qué en realidad están hechas, cuál es la mejor, etc.
Aquí es donde la cosa empieza a ser sospechosa; casi inmediatamente comenzaron a llegar a mi celular en casi todas las redes sociales ofertas de hamburguesas. Cada página que abría, cada búsqueda, siempre venía acompañada de anuncios de hamburguesas.
Ya todos sabemos que mientras uno navega va activando sistemas (algoritmos para sonar más sofisticado) que buscan cuál de sus anunciantes pagados tienen algo relacionado con el tema que usted está tocando, eso se sabe hace ya bastante tiempo.
Pero eso sucede -repito- cuando usted navega en su dispositivo.
Pero el día de las hamburguesas al que me refiero ninguno de los presentes estaba utilizando su celular, todos disfrutábamos de una rara conversación libre de electrónicos… cómo entonces fue que uno de los teléfonos pudo activar los sistemas de ventas relacionados con hamburguesas, si los aparatos estaban por ahí sin ser usados en ese momento?
Quiere decir que los malditos han encontrado la manera de seguir las conversaciones privadas y detectar las palabras claves de las mismas para echar a andar el sistema de búsqueda y oferta e inundar nuestros teléfonos con anuncios relacionados, no hay otra explicación, aunque los aparatos estén apagados!
Veamos otra vez: Los teléfonos no eran utilizados en ese momento, simplemente estaban encendidos pero colocados por ahí, no muy cerca del centro de la conversación.
¿Usted utiliza Waze para guiarse en las calles y carreteras? Todo mundo lo hace con esa u otras aplicaciones, es parte de la nueva normalidad.
Paga algo usted por utilizar Waze, X, Whatsapp, email, etcétera? Noup!
El uso personal es gratis verdad? Entonces, ¿de qué viven esas empresas, por qué son tan generosas de regalarnos el uso de tan importantes y útiles aplicaciones? De dónde provienen sus ingresos?
Quizá no nos hemos detenido a pensar mucho sobre eso, pero mantener algo como Maps, Google, Yahoo y otros es carísimo! No sólo se necesita equipo muy sofisticado pero también hay que pagar sueldos, energía y todos los costos de operación; de dónde sale ese dinero?
No hay otra explicación posible; viven de la venta de los datos que captan mientras usted las utiliza y de los que puedan “tomar prestados” cuando está usando su dispositivo.
Es posible que exista un sistema de espionaje global sobre la vida privada de cada uno de nosotros; lo que hablamos y, quizá, hasta lo que pensamos, a lo mejor esa capacidad ya está disponible y nosotros no nos damos cuenta todavía.
Conversaciones de negocios en altas esferas, secretos industriales y comerciales, asuntos políticos, delicados temas de Estado de los gobiernos; estoy convencido de que ese mundo secreto de captación de datos existe en todos los niveles, partiendo de algo tan sencillo como las hamburguesas que uno prefiere y si las desea o no con pepinillo.
Claro, con seguridad existen también mecanismos de defensa diseñados con la intención de evitar el espionaje en línea, cosas como las interferencias ocurridas durante las últimas dos elecciones norteamericanas y las múltiples denuncias sobre “hackeo” de datos corporativos, robo electrónico de fondos e, inclusive, inhabilitación de sistemas completos con demanda de pagos (chantaje y extorsión para decirlo de manera precisa) de los cuales se tiene noticias con bastante frecuencia.
Y, si es difícil para los gobiernos mantener la privacidad y el secreto a esos niveles, ¿qué no estarán haciendo con nosotros?
La tecnología ha llegado para quedarse, cada día su penetración será más amplia y difícil de detectar; lamento decirlo pero creo que nadie, ni los ciudadanos comunes ni los más altos empresarios o políticos estarán a salvo.
Cámaras de vigilancia en calles, edificios y en todas partes, reconocimiento facial y otras sofisticaciones, detectores de gustos masivos e individuales, tendencias ideológicas, ideas políticas deducidas del material que se lee, las noticias a las cuales se les pone especial atención… todo eso ya lo estamos viviendo y apenas es la punta del iceberg.
Cuánto falta para que la delincuencia organizada logre “hackear” su guía de conducción personal tipo Waze y le lleve hasta dónde quiera que deseen?
Pandillas de expertos podrán adueñarse de los vehículos que transportan dinero y otros valores.
Los vehículos de la policía y seguridad en general serán desviados o paralizados por los pillos, quizá ya lo están naciendo. Aviones de guerra y ejércitos en tierra podrán ser enviados a trampas mortales.
El intercambio de drones mortales entre Rusia y Ucrania son una pequeña muestra de lo que viene.
Nadie está seguro, nadie lo estará en el futuro.
Paranoico? Realista diría más bien yo.
