¿“ANIMUS JODENDI”?

ZV
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12 de abril de 2024
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12:09 am
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¿“ANIMUS JODENDI”?

LA letanía de falsedades –mensaje del viejo amigo abogado– me recordó el Principio de Peter sobre alcanzar el nivel de incompetencia”. Otro amigo notario: “Qué bien, Winston y el Sisimite de nuevo nos llevan a la clase de filosofía del derecho”. Otro buen amigo: “Ya con esta cátedra, estamos listos para los debates presidenciales y observar qué estrategias de argumentación utilizan”. El amigo jurista de SPS: Todas esas reflexiones sobre la dialéctica y sus diferentes formas me recuerdan algo que siempre mencionaba su amigo Edgardo Dumas Rodríguez: “El “animus jodendi”. “¡Ese sí es complicado! Tengo la impresión que Winston y el Sisimite lo conocen bien”. La leída amiga: “Está buenísima la cátedra de hoy y con el artículo de Arístides ojalá se mueva la brújula del barco hacia la verdad, como norte”. “Y el “comic relief” de la tertulia queda uno con una sonrisa en el rostro, aunque en la mente haya un torbellino”.

Alusivo al cierre: (¿Detectaste, el sofisma –entra el Sisimite– en el ejemplo de silogismos utilizados en la conversación? -Por supuesto –responde Winston– aquí te va otro sofisma: “A los chuchos les gusta pasear, a vos también te gusta pasear, por lo tanto, sos un chucho”. -El chucho –se defiende el Sisimite– serías vos. -Por supuesto –responde Winston– a los chuchos les gusta pasear, a mí me gusta pasear, por lo tanto, yo soy chucho”. -Otro sarcasmo tuyo –comenta el Sisimite– entre sofismas, o falacias de argumento. -Sí –ironiza Winston– hay una premisa equivocada en el silogismo, y por lo tanto en el razonamiento, pero eso no quita la realidad que yo sea chucho; solo que chucho letrado y leído). Para mayor ilustración del colectivo las otras falacias de la consulta a IA: 1. Falacia de afirmación del consecuente: Confundir la relación entre causa y efecto, asumiendo que, porque el efecto es cierto, entonces la causa específica propuesta también debe ser cierta. 2. Falacia de negación del antecedente: Suponer que negar la causa necesariamente niega el efecto, ignorando que puede haber múltiples causas para el efecto. 3. Falacia de la equivocación: Usar una palabra con múltiples significados como si tuviera un único significado en todo el argumento. 4. Falacia de la apelación a la tradición (argumentum ad antiquitatem): Argumentar que algo es correcto o mejor simplemente porque es antiguo o siempre se ha hecho de esa manera. 5. Falacia de la apelación a la novedad (argumentum ad novitatem): Asumir que algo es mejor simplemente porque es nuevo o más reciente. 6. Falacia de la carga de la prueba (onus probandi): Exigir a la otra parte que pruebe su punto, cuando la responsabilidad de proporcionar evidencia recae en quien hace la afirmación. 7. Falacia de la apelación al pueblo (argumentum ad populum): Argumentar que algo es verdadero o bueno simplemente porque es popular o mucha gente cree en ello. 8. Falacia del costo hundido: Continuar con una acción o comportamiento porque se ha invertido mucho en ello, en lugar de evaluar la racionalidad de continuar. 9. Falacia del doble vínculo: Presentar dos alternativas contradictorias como las únicas opciones, ignorando otras posibilidades. 10. Falacia de la apelación a la naturaleza (argumentum ad naturam): Argumentar que algo es bueno o correcto porque es natural, o malo e incorrecto porque es antinatural”.

(¿Y qué decís –entra el Sisimite– del “animus jodendi”? -Como que leyeran –responde Winston– la esencia de ciertas babosadas que conversamos; dando rienda suelta al “espíritus jodendi”. -¿Y ese término –interrumpe el Sisimite– que en su artículo relata el filósofo del colectivo que te inventaste? -Claro –explica Winston– es que, sobre el contenido de algunos escritos, más que todo los que tratan de filosofía, manda por su aplicación de mensajería un extenso mensaje de voz. Y yo no tengo tiempo para estar escuchando homilías filosóficas, así que, al último que envió filosofando sobre el editorial “La Falacia Ad Verecundiam” respondimos: No sea haragán, escriba eso que grabó, que no le pueda la falacia “Ad Perezum”. -Ah vaya –se da por satisfecho el Sisimite– lo despertaste, porque mandó un buen artículo, a tono con la actualidad, a las columnas de opinión. Y en todo caso sería “Ad Pigritia”. -Sí tenés razón –asiente Winston– pero si pongo “pigricia” (latín “pigritia”, “pigritiae”), quizás no vayan a entender, pero con la palabra pereza, no hay pérdida).

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