¿Rezar o lavar?

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23 de marzo de 2020
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12:38 am
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¿Rezar o lavar?

Por Otto Martín Wolf

No creo que sea el fin del mundo, pero el panorama nos permite visualizar las cosas como si lo fuera.

Aquí estamos, en una ruta sin mapa y destino conocidos, un camino que permitiría conocer los verdaderos valores de las personas y, sobre todo,  el concepto de humanidad.

Somos una especie unida o simplemente un enorme grupo de seres, cada uno solo pensando en sí mismo; tan diferentes a otras sociedades casi perfectas, como un sencillo panal de abejas, donde el bien común es lo más importante.

El recuerdo de otras epidemias viene a la mente y pareciera que muy poco aprendimos de ellas.

La Peste Negra duró 6 años y es válida para una comparación.
Las ratas pasaban la enfermedad a las pulgas y estas al ser humano.

No se conocía la existencia de virus, bacterias ni nada parecido, la ciencia médica estaba en pañales, la ignorancia en aquella época –como ahora– hacía que muchos buscaran en el castigo divino una explicación a lo que estaba ocurriendo.

Se estaban portando muy mal? Estaba profetizado? Rezando podían salvarse?, (las iglesias y mezquitas también estaban atestadas de pulgas).

Católicos y musulmanes culparon a los judíos (qué raro) ya que a ellos parecía afectarles menos. La razón era muy sencilla, los judíos tenían mejores hábitos higiénicos (se bañaban y lavaban la ropa más) por eso en sus casas había menos pulgas.

El resultado fue que murieron 60 millones de personas sin importar lo ferviente de las plegarias, los rosarios, las medallas, el agua bendita, los cantos a Mahoma y los ruegos a Cristo.

En la actualidad, aunque son más los que dicen confiar en la explicación –y solución– científica no faltan quienes atribuyan, igual que en el pasado,  a castigo divino lo que está ocurriendo.
Pastores, “apóstoles”, sacerdotes y otras clases de fanáticos religiosos piden rezar, rogar a Dios y aumentar las contribuciones en dinero a las iglesias para lograr el perdón divino.

Y lo peor de todo es que hay muchos idiotas que les siguen haciendo caso.

Esa fuerte palabra es válida; con lo adelantado de la ciencia y con todo lo que sabemos ahora,  seguir creyendo en castigos y curas mágicas la merece.

Señoras y señores, se trata de un virus ya identificado y en cuya vacuna se trabaja febrilmente en todos los laboratorios del mundo.

Rece todo lo que quiera, (preferible no regale su dinero a estafadores) pídale lo que desee a su dios o santo favorito, pero lávese las manos y las de sus hijos, siga las instrucciones sanitarias de las autoridades de salud, solo así podrá prevenir mientras aparece la cura.

Rezar y no asear puede conducir a su muerte o a la de algún familiar.

Que no le suceda a esta humanidad que, cuando los historiadores hagan un relato de lo ocurrido,  digan que murieron los que hicieron caso omiso a las normas sanitarias y creyeron en castigo divino como causa y plegarias como remedio.

La Peste Negra: 1348-1493, la más devastadora de la historia de la humanidad, también conocida como muerte negra o peste bubónica. Con más de 85 millones de fallecimientos, entre un 60% y un 80%, de la población europea desapareció por culpa de esta terrible enfermedad, pandemia del siglo XIV durante la Edad Media.

ottomartinwolf.com
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