Educación. Por una pizarra electrónica

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26 de marzo de 2020
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12:23 am
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Educación. Por una pizarra electrónica

El notario como ministro de fe pública tanto física como electrónicamente

Por Jorge Roberto Maradiaga

Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario
y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial

En función de los cambios sustantivos que hoy en día se han materializado en el ámbito tecnológico y la necesidad ingente de su aplicación en todos los ámbitos del acontecer social, abordamos lo relativo a la utilización de la pizarra electrónica en el ámbito educativo, sobre todo con la crisis que estamos viviendo hoy en día con el efecto letal del Covid-19.

Estimamos procedente establecer la conceptualización y alcance de dicha expresión. En efecto la PIZARRA ELECTRÓNICA, también denominada PIZARRA INTERACTIVA o PIZARRA DIGITAL INTERACTIVA (PDi) consiste en un ordenador conectado a un videoproyector, que muestra la señal de dicho ordenador sobre una superficie lisa y rígida, sensible al tacto o no, desde la que se puede controlar el ordenador, hacer anotaciones manuscritas sobre cualquier imagen proyectada, así como guardarlas, imprimirlas, enviarlas por correo electrónico y exportarlas a diversos formatos.

Es de destacar que la principal función de la pizarra electrónica es, controlar el ordenador mediante esta superficie con un bolígrafo, el dedo -en algunos casos- u otro dispositivo como si de un ratón se tratara. Es lo que nos da interactividad con la imagen y lo que lo diferencia de una pizarra digital normal (ordenador + proyector).
El objetivo de la implantación de la pizarra electrónica es efectuar una evolución lógica del aprendizaje desde el soporte de la pizarra y tiza tradicional hacia la pantalla interactiva, de tal manera que la clase se torna realmente efectiva y funcional. Esta nueva herramienta educativa ofrece al profesor la posibilidad de dirigir sus clases utilizando un dedo o una pluma, de igual forma a como lo haría con un ratón en su ordenador.

En otras palabras, mientras el docente imparte clase puede manejar aplicaciones, navegar por Internet y escribir con tinta digital dentro de las mismas aplicaciones y sitios Web. De esta forma, es posible hacer de las clases o lecciones un todo más atractivo y documentado. Por ejemplo, en una asignatura de geografía, el profesor puede llevar a sus alumnos a conocer Las Ruinas de Copán con mapas digitales (mismos que perfectamente puede ampliar y minimizar), emplear imágenes de alta resolución para ver los recorridos que se materializan, con todas sus particularidades, creando un conocimiento y una formación de primera, partiendo de la premisa que el conocimiento es la mayor riqueza.

En todo centro del saber se puede perfectamente utilizar la Pizarra Digital Interactiva Portátil. La misma se puede mover de un lugar a otro poniéndole simplemente un soporte pedestal con ruedas, lo cual le permite cumplir dos funciones básicas: 1. Trasladarse fácilmente de una clase a otra y de un lugar a otro; y, 2. Impartir la clase desde cualquier lugar del aula y se puede concretar su proyección en un auditorio. Esto definitivamente torna la clase mucho más efectiva y funcional.

Mediante este proyecto, cada aula será dotada con un “paquete digital” compuesto por una pizarra digital interactiva (videoproyector) y un sistema multimedia (altavoces estéreo y sistema de audio-video), que sirven para potenciar el aprendizaje visual de los educandos y para aumentar su participación o protagonismo. Todos estos dispositivos estarán a su vez conectados con el ordenador del profesor, que en todo momento tendrá el control de la implantación de la nueva herramienta en el aula.

Ahora bien, para formalizar lo anterior, se requiere un proceso de capacitación para docentes, pues de nada servirá contar con una infraestructura de tal naturaleza, sino se aprovecha o utiliza adecuadamente; vale decir, antes de utilizar una pantalla interactiva, es importante conocer cómo funciona la tecnología y cómo puede utilizarse en un aula.

Por ello, insistimos, los centros del saber que den ese paso trascendente, necesario e impostergable, deben no solo contar con la infraestructura tecnológica requerida, sino también desarrollar cursos de formación certificada para los docentes, con el objetivo de explotar al máximo el uso educativo que se puede hacer de la tecnología.

Recuérdese que con la Pizarra Electrónica Digital, el (la) profesor (a) ocupa un rol central, sin embargo, la clase es mucho más atractiva ya que las pizarras interactivas permiten mostrar videos y animaciones que hacen mucho más evidentes aspectos que de otra manera pasarían inadvertidos.

En esencia, la Pizarra Electrónica es una herramienta fundamental para la educación. Su amplia gama de cualidades la convierten en una herramienta de mucha utilidad para profesores y alumnos, ya que por ejemplo todo lo que haga el profesor en la pantalla puede ir directamente al correo del alumno, propiciando así un aprendizaje activo, centrado en el alumno constructivo y colaborativo.

Qué lindo y extraordinario sería que dentro de un término prudencial todos los centros del saber contaran con el acceso a Internet de banda ancha y que de inmediato se suministre la infraestructura requerida, para que lo que hemos planteado se convierta en una auténtica y genuina realidad y que no se conciba como un simple sueño.

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