Una época sin sentido; o absurda

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11 de junio de 2020
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12:03 am
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Una época sin sentido; o absurda

Por: Segisfredo Infante

Una época sin sentido; o absurda, Hace tantos años (me es difícil precisar la fecha) publiqué un artículo ingenuo refiriéndome a un libro de Zaki Laïdi titulado “Un mundo sin sentido”. Lo poco que recuerdo es que el politólogo abordaba las circunstancias mundiales subsecuentes al derrumbe del “Muro de Berlín”, en un momento en que, según Zaki Laïdi, se había destartalado la brújula ideológica y geopolítica del planeta. No tengo aquel libro a mano, pero me parece que era comprensible el desconcierto del autor acostumbrado al mundo bipolar facilón, ideológicamente hablando, de la “Guerra Fría”. Algunos añoran la existencia de aquellos dos grandes bloques, por el facilismo ideopolítico superficial con que se “agendaban” casi todos los temas habidos y por haber.

Una de las excepciones de la regla en aquel contexto, era el literato, periodista y filósofo francés-argelino Albert Camus, quien alejándose del Partido Comunista de Argelia, aprendió a rechazar toda forma de totalitarismo de ultraderecha o de ultraizquierda, a partir de una visión filosófica existencialista del “absurdo”. De aquí derivaron las diferencias con el gran filósofo Jean-Paul Sartre, y los seguidores de este último, quienes arremetieron contra el solitario y rebelde escritor argelino, mejor novelista que Sartre. No comparto, desde luego, la filosofía incompleta del “absurdo”, de Albert Camus; pero es injusto ocultar su genialidad de literato y, sobre todo, injusto negar que existan cosas y circunstancias absurdas en este mundo “irracional”, que debe ser racionalizado con mucho esfuerzo intelectual por los mejores filósofos de cualquier parte del planeta, incluyendo a Marruecos y Honduras, para sólo mencionar dos tristes países tercermundistas, en donde a pesar de los pesares, también se producen ideas propias. (De ahora en adelante, siempre que mencione el nombre de Albert Camus, recordaré al doctor y amigo Américo Reyes (QEPD), con quien realizamos un programa televisivo relacionado con “El Mito de Sísifo”).

Para entrar en materia me parece que el mundo al que se refería Zaki Laïdi exhibía algún sentido, siempre y cuando recordemos que amén de los grandes obstáculos existe la probabilidad de una “tercera vía capitalista”, con economía social de mercado; con una restauración democrática del “Estado de bienestar”, el cual todavía subsiste en países como Suecia, Finlandia y otros similares. Solamente los archimillonarios se oponen operativamente al “Estado de bienestar” y a los sistemas sanitarios competentes.

Una época sin sentido; o absurda

Por otro lado, desde mi óptica personal, ahora mismo percibo que tenemos frente a nosotros una época sin sentido, es decir, auténticamente absurda. Pues tanto ha luchado la humanidad civilizada. Tanto que han pensado los filósofos, teólogos y científicos, y aquellos poetas que han creado una excelente poesía. Añadiendo la música angelical de los grandes compositores. Sin olvidar a los pintores, escultores y arquitectos. Todo para que un simple “virus” ataque de donde menos se le espera; la humanidad caiga en pánico y los hospitales se colapsen, incluso en países desarrollados. Estamos indefensos frente al nuevo “virus”, sobre todo en los lugares atrasados, con la nota roja que algunos supuestos científicos y políticos de mirada escatológica niegan toda posibilidad de esperanza, con el agravante que nada sabemos si el tal nuevo “virus” es natural o fue fabricado en algún punto de la civilización “global”, por mezquinos intereses comerciales de corto plazo. A esta absurda fealdad se suma que toda propuesta de crear medicamentos aleatorios aproximados es aplastada por intereses incógnitos, como si el posible bienestar de los pueblos atentara contra el tuétano de los aplastadores. Se les olvida que muchos descubrimientos de la ciencia en general y de la medicina en particular, han sido accidentales o aleatorios. El propósito “feudal” pareciera, cerrar todas las puertas a la ilusión o a la esperanza.

En todos nuestros años de trabajo, estudio, investigación, análisis y escritura, nunca imaginamos una época tan sin sentido o tan absurda como la que actualmente estamos experimentando. Pareciera que incluso no hay ningún espacio para el amor, ya sea filial o interpersonal. Esto es peor que una guerra de tiros, bombas y cañonazos, en donde por lo menos las personas se pueden abrazar, antes de morir, sin temor a ningún contagio mortal pandémico inmediato. Percibo que lo mismo les ha ocurrido a otros estudiosos, que hoy por hoy se encuentran obnubilados. En consecuencia, esta “irracionalidad” virológica debe ser analizada racionalmente, luchando contra lo absurdo de las evidencias inmediatas y contra las múltiples contradicciones catastrofistas que aparecen en algunas redes. Alguien debe repartir un poco de “Esperanza” creíble a la humanidad desde algún lugar del orbe.

Racionalizar las cosas absurdas es una de las tareas más grandes con las que se puede topar un verdadero filósofo o un auténtico estadista. Sobre todo en una época en que casi todo pareciera perder sentido. Por eso he vuelto a preguntarme cómo sobrevivieron los hombres y mujeres medievales en medio de una peste negra de cinco años consecutivos.

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