Compras: El peligro de analizar demasiado sus opciones

MG
/
22 de junio de 2020
/
03:00 pm
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Compras: El peligro de analizar demasiado sus opciones

Compras: El peligro de analizar demasiado sus opciones

Compras: El peligro de analizar demasiado sus opciones. A nadie le gusta malgastar el dinero, pero a veces la gente se pasa de la raya en su esfuerzo por pagar menos.

Le dediqué a la compra de unas medias para esquiar casi tanto tiempo como a la búsqueda de un auto nuevo. La gente de mi especie –nos dicen los “maximizadores”– puede perderse una tasa de interés de hipotecas bien baja a la espera de otra mejor. Nuestro empeño en sacarle el máximo provecho posible a una compra hace que a menudo nos arrepintamos de lo que adquirimos o que caigamos en una parálisis que nos impide tomar decisiones.

Los “maximizadores” representan el polo opuesto de los “satiscientes”, la gente que, una vez que da con un precio aceptable, actúa sin que le tiemble el pulso. Los maximizadores a menudo logran mejores resultados, incluidos trabajos mejor pagados, según la terapeuta especializada en asuntos financieros Kristy Archuleta, profesora adjunta de planificación financiera de la Universidad de Georgia. Pero al mismo tiempo son quienes más ansiosos se ponen frente a la toma de decisiones, lo que hace que duden constantemente de sus selecciones o que directamente no puedan decidirse.

“Al tratar de tomar siempre la mejor decisión posible o de hacer la mejor selección posible, te estresas mucho”, dijo Archuleta. “Cuantas más opciones tienes, más difícil es decidirse”.

Los “satiscientes” (combinación de “satisfacción” y “suficiente”, un término acuñado por el economista y psicólogo Herbert Simon en 1956) no tienen ese problema. Son menos ambiciosos. Investigan el tema, pero solo hasta encontrar una opción que encuentren satisfactoria. Generalmente están contentos con sus selecciones y no les preocupa la idea de que pueda haber algo mejor.

Dudo que una maximizadora de ley pueda convertirse en una satisciente de la noche a la mañana. Pero atenuar nuestro impulso a tomar la mejor decisión posible puede aliviarnos la vida.

ENTIENDA LAS RAZONES

Archuletea recomienda que nos preguntemos por qué necesitamos tomar decisiones perfectas. Tal vez porque la compra previa fue un desastre. Un auto que resultó un desastre, por ejemplo. Tal vez nos embaucaron o nos engañaron, dejándonos la sensación de que no podemos confiar en nadie. O quizás no nos permitimos cometer errores que revelen lo imperfectos que somos.

La terapia de exposición puede ayudar, según Archuleta. Se trata de una técnica que alienta a la gente a hacer frente a sus temores y sus ansiedades, en lugar de evitarlas. Si se obsesiona incluso con compras pequeñas, adquiera algo de 10 o 20 dólares sin investigar nada. Vea cómo reacciona y hágalo unas pocas veces más. Es previsible que desaparezca su ansiedad al no estudiar detenidamente cada compra.

CAMBIE DE PERSPECTIVA

Imite a los satiscientes y enfóquese en el objetivo, no en las opciones disponibles. Tal vez le sea útil apuntar dos o tres de sus opciones preferidas. Digamos que quiere refinanciar su hipoteca. Su prioridad será conseguir una buena tasa de interés, no necesariamente la más baja posible, para reducir costos. Decida cuánto quiere ahorrarse y busque una tasa que satisfaga ese objetivo.

Encontrar unas pocas fuentes informativas confiables lo ayudará a sentirse bien respecto a su decisión, por más que descubra que había otras opciones mejores. Los portales de finanzas personales le pueden ofrecer evaluaciones de las instituciones prestamistas. Si adquiere algún artículo, busque en la internet comentarios de otros que ya lo compraron.

ENFÓQUESE EN LO QUE REALMENTE IMPORTA

Cuando caigo en la trampa de la investigación inacabable, llega un momento en el que me pregunto: “¿Qué tan importante es esto que quiero comprar?”. Mi vida no tendrá un giro radical si las medias para esquiar no duran demasiado. Otras decisiones tal vez merezcan una investigación más a fondo, como la compra de una casa o de un auto, pero no las cosas menores.

Si después se arrepiente de su compra, Archuleta recomienda preguntarse: “¿Mi vida mejoraría significativamente si hubiese comprado algo distinto?”. Si la respuesta es que no, entonces trate de buscarle el lado positivo a su compra y dese por satisfecho.

Noticias Relacionadas: Finanzas pide publicar inventarios de compras COVID-19

Compras: El peligro de analizar demasiado sus opciones

Más de De Todo Un Poco
Lo Más Visto