Cohesión social y cultura en Honduras

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6 de julio de 2020
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12:02 am
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Cohesión social y cultura en Honduras

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Los líderes políticos tienen el deber patriótico de fomentar ante la ciudadanía hondureña la cohesión social en estos tiempos de pandemia; lo que significa, encausar la lucha política por la ruta de una mayor inclusión y una efectiva participación ciudadana, creando las oportunidades para que la movilidad en nuestra sociedad sea ascendente; priorizando lo de la salud con relación a las condiciones de bioseguridad. Y en el aspecto económico, también es necesario promover el consenso político para establecer mejores condiciones de cohesión social.

Hacer esto es lo que va a lograr la unidad en Honduras. En otras palabras, en estos tiempos de pandemia los políticos lo que menos tienen que hacer es promover el caos o la desestabilización política; y en vez de ello, deberían propiciar el fortalecimiento de la bioseguridad, la seguridad ciudadana y la concienciación, educando en valores que marquen la obediencia, el orden y la disciplina al nivel ciudadano o la ciudadana en general.

¿Qué es lo que mantiene desunida a nuestra sociedad?, es una interrogante que la mayoría de nuestros dirigentes políticos, en su práctica como actores públicos o autoridades de los partidos deben hacerse, de modo tal que, les incline a discernir, elaborar y ejecutar comportamientos y acciones orientadas a lograr esa unión que tanto necesitamos.

Entendemos que no existe una fórmula única para lograr la unidad. Nuestra realidad por su naturaleza política es diversa como principio y, en consecuencia, se pueden observar múltiples posturas o alternativas para conseguir esa unidad social a la que nos referimos en párrafos previos.

¿Cuál es la fórmula entonces para lograr unidad en nuestra sociedad?

No se trata de una sola fórmula de solución, son varias y una de ellas es la que tiene que ver con toda una política cultural para lograr mayor cohesión social, veremos entonces algunas estrategias para lograrla.

Leyendo sobre experiencias de otros países podemos decir que animar, concienciar y mediar a través del arte y la cultura, son herramientas efectivas para cohesionar la sociedad. El reto es lograr que los políticos puedan innovar sus campanas, introduciendo nuevas fórmulas de atracción electoral. ¿Será que en estos tiempos de pandemia los políticos tienen la voluntad y la imaginación política para contribuir a cohesionar nuestra sociedad por la vía cultural?

Hacer política electoral utilizando una estrategia táctica cultural para cohesionar nuestra sociedad, es una necesidad para mejorar la participación ciudadana en algo común como lo es, la obediencia a las normas protocolarias de biodiversidad que demanda la guerra contra la pandemia del COVID-19.

Necesitamos una nueva actitud política reflejada en una campaña electoral que procure, a los grupos o colectivos sentirse reconocidos e incluidos, en una estrategia de cultura política que contribuye, a animar a la ciudadanía a cumplir metas políticas en tiempos de pandemia. Más que estrategias electoreras, populistas, mentirosas y egoístas que solo persiguen intereses particulares propiamente individualistas, queremos una campaña electoral con propósitos comunes sin evadir las posturas de naturaleza ideológica doctrinarias.

Al promover este tipo de iniciativas y con la cooperación de autoridades y cuadros políticos orgánicos comprometidos con su bandera política, se puede lograr la dinamización de las buenas normas y la obediencia para participar con disciplina en la prevención del COVID-19, que constituye la meta común de la sociedad.

Incidir en la cohesión social y en el conocimiento del otro, reconociendo que la diversidad es un principio de convivencia, que bien puede ser de ahora en más de una meta política común, constituye el ideal político que puede ser promovido desde cualquier ángulo político que se le vea. Se trata de cambiar la cultura política y conducirla hacia el fomento del desarrollo político personal del participante, sea orgánico partidario o inorgánico, impulsando espacios neutrales de relación, intercambio y convivencia que propicien la regeneración social comunitaria a partir de actividades políticas que contribuyan al desarrollo de los barrios en vías de desarrollo o áreas en condiciones de pauperización o pobres.

Sin el desarrollo de la cohesión social, entendida como el grado de consenso que los grupos sociales adquieren sobre la situación pandémica, Honduras puede sucumbir. En esto radica el desafío de los políticos. Tienen que preocuparse por este asunto y colocarlo como tema prioritario porque Honduras atraviesa por un cambio de época, en el que las bases mismas de la vida en común, se desploman, son cuestionadas y erosionadas. Estamos viviendo un profundo cambio de época en la historia de los hondureños. Estamos viendo las secuelas que tiene la pandemia del COVID-19 en el crecimiento en términos del incremento en la pobreza y de la vulnerabilidad asociada con la inestabilidad del ingreso de los hogares que afectan negativamente la cohesión social.

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