Por: Álvaro Sarmiento
Las siglas aunque lo parecen, no hacen referencia a una medicina, vacuna o tratamiento contra el COVID-19, se trata del nuevo tratado comercial entre los Estados Unidos de América, Estados Unidos Mexicanos y Canadá. En inglés es conocido como USMCA.
Este nuevo instrumento comercial, vigente a partir de esta semana, para nuestros vecinos del norte, sustituye al famoso NAFTA, que para Honduras, tiene especial significancia ya que el tratado comercial que rige el comercio legal con los EUA, el CAFTA-RD es una versión evolucionada que se originó en el NAFTA. También todos los acuerdos comerciales de Honduras tienen el formato marcado por ese importante tratado.
Si bien es cierto, el discurso político del presidente López Obrador, ha sido siempre contra el “neoliberalismo”, un concepto que me parece erróneo, de hecho inexistente, en teoría su principal reflejo sería el T-MEC, sin embargo, el presidente mexicano no ha dejado de apoyar ese acuerdo comercial, y su primera salida oficial como presidente, es esta misma semana a Washington, para celebrar con el presidente Trump, su vigencia. Esto ha dejado sin aliento a muchísimos socialistas mexicanos y globalifóbicos.
No podemos tapar el sol con un dedo, la generación de empleo, riqueza, o al menos menores índices de pobreza en México tendrán su origen en el consumidor estadounidense o canadiense, y no me refiero a tequila o aguacates, estamos hablando de la industria automotriz, por ejemplo y esa realidad la sabe López Obrador, aunque vaya en contra de corrientes ideológicas ya superadas.
Y podrá el lector preguntarse, ¿qué nos importa a los hondureños? Me atrevo a contestar, que mucho. Este nuevo formato de TLC, más temprano que tarde va a provocar modificaciones en el actual RD/CAFTA. Y lo hará en un tema, que se ha convertido en un cáncer con metástasis en nuestra querida Honduras, la corrupción. El nuevo texto, que genera obligaciones muy al estilo gringo “prácticas y medibles” incorpora deberes en la lucha contra la corrupción y por ejemplo, mucha mayor transparencia en compras y contrataciones gubernamentales, uno de los principales focos de corrupción. La contramedida en estos temas, implica dejar de obtener beneficios arancelarios, acceso a mercados o como en temas ambientales y laborales, multas de millones de dólares. Pero donde más dolerá la indolencia en la lucha contra la corrupción es el quitar acceso a mercado de nuestro principal socio comercial.
La otra tendencia es mayor transparencia y basar las decisiones de protección sanitaria y fitosanitaria en criterios científicos, ya que la mayor parte de los obstáculos a la importación de productos agrícolas se originan en normas totalmente subjetivas, que obedecen a sectores que pueden presionar políticamente. El acuerdo también eleva sustancialmente los compromisos de respeto a la propiedad intelectual, un tema altamente sensible y muchas veces irrespetado. El T-MEC incluye un nuevo capítulo sobre Comercio Digital con nuevos compromisos y prohibiciones, que por su importancia detallaremos en próximo artículo.
Pensar que el T-MEC no va a influir directa e indirectamente en nuestro comercio con los EUA parece ser tan ingenuo como considerar que el COVID es un simple catarro.
