El regaño del general

MA
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29 de julio de 2020
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01:05 am
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El regaño del general

Dennis Castro

Tito Livio Moreno, general de división y jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, apareció hace unos días para decir lo que, en su opinión, considera verdades sagradas. Llamó a los que critican el manejo de la pandemia a sumarse y no a dividir más al pueblo, olvidándose que el que critica, derecho tiene a criticar, y que está más que claro que el manejo de la pandemia no ha sido el más correcto, el más digno, el más sabio, el más honesto, ni el más justo. Por lo cual, el que el señor general aparezca para conculcar un derecho constitucional del hondureño es un horrible yerro de un hombre que calladito se vería más bonito.

Estoy de acuerdo en que debemos unirnos todos para combatir este mal, y también estoy de acuerdo en que todo lo positivo que podamos aportar servirá para contener el coronavirus, sin embargo, estoy en completo desacuerdo en que se quiere poner un bozal, un “¿por qué no te callas?” a quienes señalan errores en el manejo de esta tragedia que sigue enlutando a los hondureños. Y, lo más sorprendente, es que lo haga el general de división, usando las mismas palabras del Presidente, su jefe inmediato, como si fuera solo una caja de resonancia.
Creo que quien le pidió ese favor al general, si es que alguien le pidió el favor de llamar la atención a quienes con razón señalamos las equivocaciones en el manejo de la pandemia, trató de aprovecharse del supuesto poder que refleja don Tito Livio, con sus cinco estrellas, su aparato militar y su porte de general. Pero se le olvidó que hay honores que se ganan, y el honor de ser respetado por el pueblo es uno de esos. Además, ya sabemos que el pueblo hondureño se curó hace mucho tiempo de sustos, y ya no cree en sombrerazos.

En mi opinión, los refranes son sabios, y aquel que dice: “zapatero a tu zapato” es tan sabio como un proverbio de Salomón. Por lo tanto, bien haría el señor general en dedicarse a dirigir a las Fuerzas Armadas, en cuidar a sus soldados del covid y dar seguridad a los hondureños.

En esta guerra, todos somos soldados, y todos, unidos, vamos a ganar, a pesar de la desgracia que ha de enlutar todavía más a la nación. Pero, mientras esto termina, el derecho a criticar, a opinar sobre lo malo, sobre lo incorrecto y sobre lo deshonesto, no se lo quita nadie, eso es democracia, le guste o no le guste al general.

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