El verdadero liderazgo político

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1 de octubre de 2020
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12:10 am
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El verdadero liderazgo político

Condiciones esenciales de buen gobierno

Por: Aldo Romero
Periodista y catedrático universitario

En momentos trascendentales que requieren de cambios urgentes y transformadores, los líderes deben ser poseedores de una visión extraordinaria, convincente, significativa y un estilo de liderazgo que genere confianza en el proceso de motivar, impulsar y llevar a los demás a sumarse con entusiasmo en busca de alcanzar sus objetivos.

En toda organización los liderazgos se demuestran primero con eficiencia y no simplemente queriéndose situar al frente o pretendiendo que todo gire en torno a caudillos con habilidad de mando, un verdadero líder es aquel capaz de llevar a los que están con él hacia el éxito, y este éxito supone avances reales, objetivos, efectivos e indiscutibles.

En el caso de los partidos políticos, sus liderazgos deben poseer no solo la capacidad de movilizar, sino también de inspirar a la gente para que alcance ciertos objetivos, llevan implícitos procesos de empoderamiento y transformación, solo puede hablarse de un verdadero liderazgo político cuando por sus acciones se producen cambios sustanciales en beneficio de la colectividad, militante o no.

Si bien en la actividad política, un líder puede imponer su personalidad y su forma de hacer las cosas en la organización, esto tampoco le avala para actuar de manera unilateral o autoritaria, cuando se traspasan estos límites se pierde legitimidad, abandona la posición de liderazgo y se convierte en un perturbador social.

Esta visión de la ética política es muy distante de lo que acontece en la actualidad, en una gran generalidad los países viven a la sombra de un poderoso grupo de oportunistas de la política, dirigentes inescrupulosos de las diversas líneas ideológicas que por un lado hablan de entrega, sacrificio, disciplina, austeridad y por otro dilapidan los recursos públicos y asumen posiciones egoístas con el fin de mantener control y poder.

Desde la perspectiva ética, los verdaderos liderazgos políticos son aquellos que asumen con la ciudadanía tres compromisos fundamentales para el fortalecimiento de las democracias participativas y representativas que se resumen a continuación:

Información: los electores necesitan estar al tanto de cómo el liderazgo político dará respuesta a sus principales problemas, quieren saber si son verdaderamente importantes o solo un medio para legitimar el poder. ¿Hasta dónde la política busca el empoderamiento ciudadano?, se necesitan verdaderas respuestas.

Educación: desde las mismas organizaciones políticas y electorales deben surgir campañas de formación para una ciudadanía activa que adquiera cultura política y comprenda la democracia como un ideal, promover conocimiento, solidaridad y solución de problemas sociales.

Actitudes: la comunidad debe involucrase activamente en la solución de sus principales problemas, dejar sus prejuicios, tradiciones y asumir un rol de mayor exigencia para obligar a sus políticos a volver la mirada hacia ellos.

La sola necesidad de concentración de poder es reflejo de ambición, oportunismo y egocentrismo, el verdadero líder debe demostrar que en el ejercicio de la política es capaz de obtener éxitos o por lo menos salidas razonables y justas a problemas complejos, cuanto más se avanza en este sentido, los liderazgos adquieren respaldo y legitimidad popular.

@aldoro/[email protected]

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