Pocas concesiones han dado resultados positivos
Por: Carlos Medrano
Periodista
[email protected]
En Honduras, lastimosamente, los escándalos duran 3 días, los hondureños somos inmediatistas, olvidadizos, preferimos sufrir que luchar en contra de actos de corrupción que laceran nuestra conciencia, nuestra esencia como país, lastiman nuestros principios y valores.
Antes de los hospitales móviles fue Coalianza, una especie de centro de repartición de la soberanía nacional, que suscribió contratos realmente inverosímiles y que hoy todavía tiene repercusiones en la vida nacional.
Pero quiero centrarme en los aeropuertos nacionales, que por cierto están a punto de ser traspasados al Estado, en condiciones totalmente diferentes a como se recibieron.
Recordar a Toncontín hace 20 años es lamentable, era una especie de mercado persa, instalaciones sucias, mal olientes, inseguras, incómodas y que ofrecía un espectáculo horroroso al extranjero que llegaba y que se encontraba todavía en shock después del particular aterrizaje.
El Estado le concedió la administración al conglomerado Aeropuertos de Honduras, que desde el período 2000 al 2020, según nos informan, trasladó al gobierno más de 3,814 millones de lempiras en concepto de canon.
Aeropuertos de Honduras administró cuatro aeropuertos internacionales del país, desarrolló inversiones que llegan a los 1,650 millones de lempiras, de los cuales 727.5 millones de lempiras se desarrollaron fuera de las cláusulas contractuales.
Poco a poco se lograron mayores inversiones en el sector, se incrementaron las operaciones de aerolíneas, se duplicó el paso de pasajeros y sobre todo se incrementaron los ingresos fiscales, ingresos que en el pasado prácticamente no existían durante eran administrados por los gobiernos de turno.
Los 3,814 millones de lempiras en concepto de canon son recursos que no incluyen los pagos por conceptos como Impuestos Sobre Venta (ISV), Impuesto Sobre Renta (ISR), impuestos municipales y tasa de seguridad, lo que sumado alcanza la cifra de los 6,120 millones de lempiras.
Durante la administración de Aeropuertos de Honduras se duplicó el número de líneas aéreas, ya que había nueve aerolíneas en el 2000 y en 2020 se registran un total de 18.
Tener un buen aeropuerto es como dar una bienvenida amistosa a quien llega a tu tierra, entre el 2000 y 2003, el flujo de viajeros era de uno a 1.1 millones, mientras en los últimos dos años se registraron entre 2.2 y 2.4 millones de personas transitando por las diferentes terminales aéreas del país.
El aeropuerto Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula recibió la certificación ambiental de parte del Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (ICONTEC).
Mientras el Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales, hizo historia al convertirse en el primer aeródromo del país que recibe la certificación de parte de la Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil, bajo la normativa de la Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil y de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
El Aeropuerto Internacional Juan Manuel Gálvez de Roatán, se convirtió en el segundo aeródromo del país que recibe la certificación de parte de la Autoridad Aeronáutica, bajo la normativa de la Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil y de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
En resumen, una concesión transparente, bien administrada y con la supervisión correcta, los resultados son positivos y traen beneficio al país, como sucede en otros países.
Demandamos que la nueva concesionaria que manejará los aeropuertos, un invento tirado de los cabellos otorgue más avances y que tengamos instalaciones que atraiga las inversiones y que convierta a Honduras en un polo de desarrollo.
