Personalidades inolvidables: José Francisco Paredes Rodríguez

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3 de octubre de 2020
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12:25 am
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Personalidades inolvidables: José Francisco Paredes Rodríguez

Personalidades inolvidables: José Francisco Paredes Rodríguez

Personalidades inolvidables: José Francisco Paredes Rodríguez, Por: Miguel Morazán

Nació un 10 de octubre de 1940, hijo del Dr. José C. Paredes, oriundo de Trinidad, Santa Bárbara y su madre doña Guillermina Rodríguez, nacida en Amapala, por el lado Paredes Lardizábal, sus primos fueron: León Rufo y Graco, todos ellos grandes basquetbolistas y también primos hermanos de Cristina María, así como también Quique y los Kattán Paredes todos ex A del TEC y por parte de su madre Paco Maradiaga Rodríguez y sus hermanos.

Sus estudios secundarios los cursó en el Instituto Salesiano San Miguel, donde tuvo una pléyade de compañeros hasta graduarse de bachilleres, entre otros, José Arturo Zúñiga, Gerónimo Sandoval, Armando Zúñiga (el sólido), Fito Facussé, Rolando Handal, Vicente Murillo, Mario Carías, Edgardo Handal, Roger Mayer, Obdulio Salinas y Rony Girón.

Durante este periodo, logra conformar el gran quinteto de básquetbal, que fue campeón intercolegial por dos periodos consecutivos donde él y Rolando eran el eje central, Pupi armando las jugadas como centro delantero con gran visión, enorme resorte, ya que al brincar se elevaba sobre los demás sin perder su posición de los miembros de su equipo, también contaba con enorme velocidad y quiebres exactos, el cual servía atacando, por los lados a Ramón Moncho Membreño y Alfredo Pineda y el chino José Hung y Rolando como la gran muralla en la defensa.

Y luego, consiguieron un Campeonato Centroamericano Intercolegial, luego Pupi pasó a ser el entrenador del equipo del San Miguel, que logró canonizar con el quinteto formado por Zavalón, Luisón Concesa, el chino Mingo Cwu, la vieja Alfredo Sikaffi de Tocoa y Beto Cosenza, yo era de los tantos suplentes o repolleros, aquí iniciamos nuestra amistad.

Al terminar voló a México, a la ciudad de Monterrey a iniciar su carrera como ingeniero civil, su vocación la adquiere desde muy cipote, acompañaba siempre a su señora madre en su negocio que era comprar casas en mal estado y reconstruirlas y venderlas, luego Pupi se fue interesando, y desde entonces estaba seguro que estudiaría ingeniería donde dominaba el idioma de las cargas y los claros.

Ya una vez inscrito en el Tecnológico, compartió y vivió en los apartamentos 21 28 que era el refugio de hondureños estudiando en el TEC, el cual quedaba en la avenida Tecnológico y a cinco cuadras del TEC, en el apartamento de Pupi vivían los estudiantes de ingeniería, entre ellos, Roberto Larios, Omar Abufele, Rolando Handal y Colacho Miselenen y Juan Marinakys quien estudiaba contaduría pública el segundo piso, y en la primera planta el apartamento de los agrónomos Polo Pineda, el cusuco Calderón, el oso Figueroa, el bembón Maradiaga y el garrobo Ricardo y el farolito Roberto Oliva.

José Francisco fue un estudiante muy disciplinado, totalmente entregado al estudio sin haber abandonado su gran afición sobre el básquetbol, la cual a la vez le servía para relajarse de las pesadas horas de estudio y al poco rato integraba el equipo oficial del TEC siempre acompañado de su gran e inseparable amigo Rolando Handal.

Durante este periodo, por lo menos nos mirábamos una vez al mes en la reunión de la Asociación de Estudiantes Hondureños de la cual serví como su presidente.

Al terminar la carrera, en la ceremonia de graduación recibió dos premios mención de Excelencia Académica y además el premio del saber al alumno más distinguido entre todos los graduados de ese año de esta prestigiada universidad de estudios superiores, ya profesional regresó a Tegucigalpa, se reencontró con Cristina María Lardizábal Oviedo, quien acababa de terminar una Licenciatura en lenguas en Roma, el romance terminó en boda y al año nace su primogénita Alejandra.

Cristina María también era mi amiga, pues fuimos compañeros en los primeros años de primaria en el Federico Froebel LA PAQUITA.

Con ansias de superación, aprovecha una beca del TEC de Monterrey para sacar una maestría en Diseño en Operaciones y nuevamente se traslada a la norteña ciudad mexicana a especializarse, pero en esta ocasión va en compañía de su esposa Cristina María y su pequeña hija Alejandra recién nacida, en esta época de su vida, se dedica con más ahínco a estudiar la parte estructural y pretensado de las vigas que pueden soportar cualquier estructura y entre estudio y noches amorosas nace su hija Marcela.

Ya habiendo cumplido el sueño de su vida, regresa a su amada patria a laborar como consultor de la Tela Railroad Company, donde labora por más de cuatro años en el diseño de irrigación de las plantaciones de banano radicando en San Pedro Sula, en esta norteña ciudad nacieron sus últimos dos hijos Daniela y Sergio su único hijo varón que es ingeniero en sistemas.

En la elaboración de canales de contención para el riego de las grandes plantaciones de plátano para exportar a EUA y Europa, en este periodo es contratado por Banco Atlántida para diseñar la estructura del edificio del Banco en la ciudad de San Pedro Sula, diseñado por el arquitecto Rafael Virgilio Padilla y en ese momento el edificio más alto de San Pedro Sula.

Para todo mundo él era Pupi Paredes y para él, todo mundo era el INDIO, a pesar de su gran prestigio como el ingeniero del momento, jamás se vio alterada su humildad y su trato sencillo, cariñoso y cordial con los demás, jamás se le subió el humo a la cabeza.

Regresa a Tegucigalpa, a fundar Procosa Pretensa cuyo socio capitalista es Daniel Casco López después de un par de años logra su independencia y funda sus propias empresas y se vienen no menos de 50 proyectos de gran envergadura como la presa Los Laureles y un sinfín de puentes aéreos para descongestionar el tráfico de Tegucigalpa y la red carretera de Honduras.

En este momento pasa a ser un icono en la ingeniería civil de Honduras que hoy después de su muerte se puede llamar antes del Ing. Paredes y después, pues marca una clara época del antes y después de la construcción pretensada.

Con su empresa CONSULCRETO durante tres décadas diseñó y construyó más de doscientas cincuenta obras de ingeniería.

Diseñó y construyó un proyecto el cual realizó con cinco egresados del Tecnológico el cual lo tenía muy emocionado y este fue el edificio construido para ser el Centro Cultural dedicado a Clementina Suárez, el ingeniero Paredes se incorpora por la gentil invitación que le girara su primo Enrique Paredes, quien es también ingeniero industrial y ex-A-TEC. y fue el encargado de realizar la obra estructural de dicho proyecto, también El ingeniero Ángelo Bottazzi Suárez es un egresado de esta prestigiosa universidad y además sobrino de la legendaria poeta fue quien compra el terreno al Ing. Arturo Quezada y lo hace a nombre del Club Rotario Tegucigalpa Sur; ya que en el momento de dicha compra la fundación Clementina Suárez carece de personería jurídica, consciente que al salir la misma se trasladaría el terreno con todas sus mejoras a quien el Estado había otorgado los permisos de realizar las rifas para consecución de fondos como un reconocimiento a una mujer que reforzó nuestra identidad nacional a través de su poesía.

Otro elemento importante en esta construcción, fue el ingeniero Felipe Antonio Peraza Zelaya también ex-A-TEC, quien refuerza la recaudación de fondos con la rifa y la feria Internacional de la Amistad y del Deporte, ya que también era sobrino de la poeta y Miguel Morazán licenciado en administración de empresas con especialización en mercadotecnia también ex-A-TEC quien era el director de consecución de fondos, para financiar esta obra de inicio a fin y por su puesto el ingeniero José Francisco Paredes, quien hizo el diseño estructural y nos proporcionó las vigas que sostendrían la estructura en su conjunto, quien nos dio un precio especial por tratarse de que iba a ser un Centro Cultural que tanta necesidad tenemos de los mismos los hondureños bien nacidos, creo que este fue en el único proyecto que el ingeniero Paredes trabajara tan de cerca con cuatro amigos queridos egresados también de su alma máter. Pupi le entró con ganas a este proyecto a sabiendas del gran déficit educativo y cultural existentes en el país.

Centro Cultural “Clementina Suárez”.

El arquitecto José Fernando Martínez también se unió al gran entusiasmo que este proyecto despertaba entre la población y donó los planos del mismo, pero para ser un edificio de dos plantas. Cuando la parte estructural ya estaba por completar, siendo el turno de manejar este proyecto a cargo de Guillermo López Gómez y Juan Ramón Martínez que surge la idea de encaramarle dos pisos más, ya que el entusiasmo era desbordante; pero entonces Quique Paredes dice que nada procede sin consultar al Ing. José Francisco Paredes si la cimentación podía resistir la carga de dos losas adicionales, a lo que Paredes respondió, me lo imaginé desde un principio que esto sucedería por lo que reforcé sus cimientos, a todo esto, Quique no paraba de repetir cuando empezamos a excavar que lo hiciéramos hasta pegar con roca.

También participaron en esta monumental obra Plutarco Castellanos, Juan Ángel Arias Rodríguez, Mario Nájera, Carlos Reyes Barahona, Elías Lizardo quien concluye la edificación y por supuesto su otro pariente Arq. David Aguilar Paredes hijo de prima Rosbinda Paredes de Aguilar, Pupi te estaremos eternamente agradecidos sobre todo la gran poeta Clementina Suárez Zelaya quien gracias a tu gran admiración por ella le entraste con mucho entusiasmo a esta trascendental obra.

Otra de sus obras monumentales y de gran impacto fue el CRISTO DEL PICACHO, aquí también logró agrupar a una serie de hombres y mujeres notables de la hondureñidad como doña Armida de López Contreras, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, el arquitecto Mario Zamora quien esculpió la imagen, el arquitecto Jorge Luciano Durón quien diseñó la plazoleta y lugares adyacentes, el presidente Reina, quien los puso a correr contra el tiempo pues él quería entregarle al pueblo de Tegucigalpa la obra y que fuera inaugurada en su periodo y a José Francisco y a su hijo Sergio quien acompañó a su padre en el día a día de acuerdo a los avances de la obra, ya que bajo sus hombros estaba las bases estructurales donde descansarían la escultura de la imagen del Cristo y la cual debería de resistir vientos huracanados como del desarrollados en el huracán Mitch.

En América Latina hay muchos Cristos, pero los más famosos son el Cristo del Corcovado o Pan de Azúcar en Río de Janeiro, Brasil, así como el Cristo de los Andes entre Argentina y Chile y también el Cristo Redentor de Puerto Plata, República Dominicana y el Cristo Rey de los Álamos, Tijuana, Baja California en México, entre otros.

José Francisco fue un hombre muy hogareño siempre muy pendiente de Cristina María y de sus hijos a quienes crió con mucho amor, pero con disciplina a todos ellos les dio una educación de primera, Alejandra su hija mayor es licenciada en comunicaciones, Marcela licenciada en administración, Daniela Ingeniera bioquímica, todas ellas estudiaron también en el Instituto Tecnológico y su hijo menor Sergio ingeniero en sistemas, todos ellos coincidentalmente los Paredes Lardizábal se repite.

Estos le dieron 9 nietos: Alejandra 1, Marcela 4, Daniela 3 y Sergio 1, tres de ellos ya se graduaron de ingenieros civiles siguiendo los pasos de su gran abuelo.

Pero donde él se sentía realizado era en las famosas reuniones que realizaba en sus oficinas, donde reunía a muchos involucrados en la rama de la construcción, dichas reuniones fueron bautizadas como VIERNES CULTURALES a los cuales acudían semanalmente sus amigos entre ellos: Víctor Bravo ingeniero eléctrico y los arquitectos Rolando Ríos, Roberto Montis y Quique Bermúdez, Francisco Cervoni, Rubén Sorto y don Helmut Saidel, los cuales eran finamente atendidos por Cristina María y mandaban con mucha frecuencia a traer comida al restaurante Los Gauchos para botanear, que era su favorito por sus deliciosos asados.

Hoy 30 de Julio Honduras está de luto ya que ha perdido a uno de sus hijos que puso tan en alto su nombre al haber recibido el Premio al Saber en su graduación en el TEC de Monterrey, Pupi descansa en paz, pero ten la seguridad que siempre te recordaremos cada vez que miremos al Cristo del Picacho una de tus obras emblemáticas, donde pusiste toda tu alma y corazón, y sobre todo de manifiesto tu gran fe cristiana, en gratitud a Dios por todas las bendiciones que recibiste en tus 80 años en este mundo terrenal donde dejaste una gran huella imborrable para toda la eternidad.

8 de septiembre de 2020

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