GOTAS DEL SABER (16)

MA
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7 de noviembre de 2020
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01:23 am
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GOTAS DEL SABER (16)

Vicente Mejía Colindres a Carías Andino: “DESEO QUE EN ESTE CARGO SEAS MENOS INFORTUNADO QUE YO”

 

 

 

I
En los días comprendidos entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre de 1998, Honduras fue afectada por la tormenta y la cola del huracán Mitch. Este fenómeno climático, destruyó la red vial del país en cerca de un 90%, destruyó pueblos enteros –caso de Morolica en el departamento de Choluteca– y suprimió de partes de la ciudad capital como fue el caso de la colonia Soto. Gobernaba el país el presidente Carlos Flores, que impuso un liderazgo que atrajo las miradas compasivas de la comunidad internacional de donantes y que impulsara posiblemente los dos resultados más importantes: la estrategia de la pobreza y la condonación de la deuda externa. Esta última fue cerrada en el gobierno de Maduro, en tanto que la segunda fue dilapidada, en gastos no previstos, por la administración de Manuel Zelaya Rosales. La cifra total de los fallecidos es todavía un misterio, porque no se han hecho estudios documentales, usando el registro de las personas. El fallecido más destacado fue el alcalde de la ciudad capital doctor César Castellanos que, mientras volaba el 1 de noviembre, inspeccionando los daños provocados por las lluvias, en un helicóptero de la Fuerza Aérea capitaneado por el mayor José Arnaldo Miranda, el camarógrafo Geovanni Sánchez y el ingeniero Arturo Calona, jefe de División de Infraestructura de la alcaldía de Tegucigalpa se precipitó a tierra, por fallas mecánicas, en las cercanías del Metromall. Un monumento que recordaba el acontecimiento ha sido retirado por el actual alcalde capitalino.

II
El 1 de noviembre de 1908, murió en El Salvador, a los 33 años edad, Juan Ramón Molina, la más alta voz poética del país. Había nacido en Comayagüela el 17 de abril de 1875. Fue hijo del matrimonio formado por Federico Molina y su esposa Juana de Molina. Su padre había nacido en Aguanqueterique en el departamento de La Paz. Participó activamente en la vida política del país y ocupó cargos en el gabinete presidencial de Manuel Bonilla, siendo antes de los veinte años, viceministro de Gobernación. Cuando ocurrió su muerte, había salido del país, después de la caída del gobierno de Bonilla, víctima de una coalición de liberales y el gobierno de José Santos Zelaya, en marzo de 1907. Su muerte a los 33 años, es posiblemente la mayor pérdida sufrida por Honduras en términos literarios. En otras circunstancias, Juan Ramón Molina, le habría dado mucho más lustre a este país de fusil y caza, al decir de Pompeyo del Valle, demostrando su talento en el exterior y modificando con su verbo y su talento, la vida rural y aldeana de la Honduras de entonces.

III
El 30 de octubre de 1957, informó el diario El Pueblo, vocero del Partido Liberal de Honduras que “el diputado Lem MacNabb, diputado nacionalista por el departamento de Islas de la Bahía, ante la Asamblea Nacional Constituyente, manifestó que había dirigido al presidente del Consejo Ejecutivo Nacional del Movimiento Nacional Reformista, una comunicación en la cual renuncia como miembro de aquella agrupación” (Alexis Oliva, Gobernantes de Honduras Siglos XIX y XX, pág. 20). Al renunciante la llovieron las críticas, porque, además, inclinó su voto hacia el Partido Liberal. Una de las acusaciones en su contra fue que era un traidor a su partido y se le llamó tránsfuga. Él respondía que entre ser traidor a un partido o a Honduras, él prefería ser fiel al país. Fue el primer caso en que se produjo el fenómeno del cambio de un diputado de un partido a otro. Posteriormente, se han producido otros casos más. Incluso de partidos que han renunciado a su independencia para entregarse en obscuras alianzas para controlar los órganos del poder electoral, especialmente.

IV
El viernes 1 de noviembre de 1957, el diario El Nacional, reportó que los directivos de la Asamblea Nacional Constituyente, encabezados por su presidente doctor Ramón Villeda Morales, se reunieron en el Salón Azul de la Casa Presidencial, con los miembros de la Junta Militar de Gobierno –general Rodríguez, coronel Caracciolli y mayor Gálvez Barnes– y altos miembros de las Fuerzas Armadas, para hacerle entrega a la primera, el decreto de reconocimiento a los miembros de la Junta Militar de Gobierno que había depuesto a Julio Lozano el 21 de octubre de 1956 y convocado a elecciones para una Constituyente que tenía como tarea principal la redacción de una nueva carta constitucional. El mayor Roberto Gálvez Barnes pronunció las palabras de agradecimiento de parte de la Junta Militar de Gobierno al presidente de la Asamblea Constituyente doctor Villeda Morales. Se había iniciado el cortejo de los liberales a los militares, para lograr que la Constituyente además de su tarea principal, eligiera en elecciones de segundo grado al presidente constitucional de la República. Los liberales temían a una nueva elección, porque los nacionalistas habían superado sus diferencias fundamentales y anticipaban que, siendo Juan Manuel Gálvez, el candidato podrían perder el favor del electorado. Por lo que, posiblemente ya habían iniciado las primeras negociaciones para evitarlas, dando a los militares, verdaderos árbitros del poder para entonces, más de lo que habían pedido a cambio que les dejaran elegir a Villeda Morales como presidente de la República. Las negociaciones fructificaron. Roberto Gálvez Barnes renunció de la Junta Militar, siendo sustituido por Oswaldo López Arellano. Antes había dejado la calidad de miembro de la misma, el general Rodríguez. Y Villeda Morales fue elegido el 15 de noviembre de 1957 Presidente Constitucional de la República, para un periodo de seis años. Como parte del compromiso con los militares, los diputados liberales nombraron al coronel Oswaldo López Arellano, como Jefe de las Fuerzas Armadas. Una suerte de copresidente de la República. Los primeros pasos para el 3 de octubre de 1963, se estaban dando, pero los liberales eufóricos, entusiasmados por el poder, de donde los había sacado el general Carías en 1933, no se dieron cuenta.

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