Eta: ¡natura pasa de nuevo la factura!

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11 de noviembre de 2020
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12:57 am
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Eta: ¡natura pasa de nuevo la factura!

Óscar Lanza Rosales
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El huracán Eta, en su paso destructivo por nuestro país, nos ha puesto a prueba de nuevo, cómo nos comportamos frente a la naturaleza. A pesar que estamos en la ruta de los huracanes, todavía no hemos aprendido a convivir con ellos, ni las lecciones de tragedias pasadas y tampoco los derechos que le asisten a esa naturaleza, y que nosotros los hondureños hemos irrespetado, una y otra vez.

Del Atlas Climático y Gestión de Riesgos de Honduras, elaborado por la UNAH en el 2012, da una secuencia de los huracanes y tormentas que nos han visitado en el siglo XX, siendo los más peligrosos, 1906, 1935, Gilda de 1954, Fifí de 1974, Mitch de 1998 y el Eta, que acaba de pasar por estas tierras. En promedio 23 años de diferencia entre uno y otro; 22 años entre Mitch y Eta.

Según el Plan Maestro de Reconstrucción y Transformación Nacional (PMRTN) elaborado en el gobierno de Carlos Flores (1998-2002), los daños que produjo, el más catastrófico de todos, el huracán Mitch, registró 5,657 muertos, 8,058 personas desaparecidas, 12,272 personas heridas y 1.5 millones de damnificados.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), que cuantificó los daños totales sufridos por el país, los mismos ascendieron a 3,794 millones de dólares -70% del PIB de 1998- estimándose el costo de reposición de lo destruido, en más de 5 mil millones (casi el 100% del PIB de 1998).
Dice este informe, que cerca del 70% de daños ocurrieron en los sectores productivos (US$ 1,341 millones, US$ 1,248.7 M en agropecuario, US$90.3 M en industria y comercio); seguido por infraestructura, con 17.3% (US$343.7 M, US$236.6 M en red vial); y los sectores sociales con 11.4% (US$ 273.4 M, US$221 M en vivienda). Los daños al medio ambiente se estimaron en US$46.7 millones, considerando solamente los servicios ambientales de las zonas boscosas.

Para atender la emergencia, hay que reconocerle al expresidente Carlos Flores, que siguió todo un plan para hacerle frente a la misma, no obstante que en su momento le cuestionamos, de tomar en cuenta, solamente a la sociedad civil afín a su gobierno. Emitió varios decretos: Declarando la emergencia; integrando la Comisión Nacional de Emergencia, el grupo técnico para evaluar los daños y el Gabinete Especial de la Reconstrucción Nacional (GERN), encargado de formular, ejecutar y dar seguimiento al PMRTN; regulando temporalmente los precios de venta de los bienes y servicios esenciales; salvaguardando la seguridad de las personas y sus bienes; adelantando el término educativo del año 1998; y nombrando un grupo de distinguidos ciudadanos como enlaces con el GERN para consultas.

Un grupo técnico de alto nivel elaboró el PMRTN a cumplirse entre 1999-2005, en el que además de dar un diagnóstico, cómo había quedado Honduras después del Mitch, lo mismo que el cálculo de los daños por parte de la CEPAL, propuso una estrategia de país para rehabilitar, reconstruir y/o construir en el mediano plazo la infraestructura económica y social afectada, con tres temas claves transversales de todas las áreas del plan: combate a la pobreza y desarrollo humano, medio ambiente y participación democrática.

Además, cuantificó las necesidades financieras para ejecutar el PMRTN. Señaló que el monto total requerido para financiar los programas y proyectos del plan, ascendían a US$3,993.9 millones, de los cuales, solicitaba a la comunidad internacional US$3,675.5, bajo la forma de donaciones (US$2,200.4) o en calidad de préstamos (US$1,475.1), de fuentes bilaterales o multilaterales. Presentando una cartera de proyectos del PMRTN con sus respectivos montos y garantizando una ejecución transparente, eficiente y sostenible.

Este PMRTN le sirvió a Honduras para presentarse ante el Consejo Consultivo de Estocolmo (mayo de 1999) integrado por los amigos cooperantes y organismos financieros internacionales, quienes fueron muy receptivos a las demandas de nuestro país, perdonándole su deuda de 5 mil millones de dólares, en un 80%, con el convenio que de la deuda perdonada, US$2,750 la dedicara en la ejecución de una estrategia de reducción de la pobreza.
Traigo a colación toda esta experiencia del Mitch, para que el actual gobierno la tome de ejemplo y siga un proceso ordenado de rehabilitación y reconstrucción, y no se ponga a descubrir el agua caliente de nuevo.
En mi próximo artículo trataré de las fallas que hemos tenido en el cumplimiento de este PMRTN, y sobre todo en la deuda que tenemos con la naturaleza, y que nos conduce nuevamente a esta clase de desastres como el que ha producido el huracán Eta.

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