La pila…

MA
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14 de noviembre de 2020
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01:03 am
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La pila…

Blanca Moreno

El macabro hallazgo de una señora que se ahogó cuando quiso salir de su casa cargando sus trastes, en La Lima, Cortés, debe llamarnos a la reflexión.

Esta situación se puede replicar en las próximas horas. Los humanos nos aferramos a nuestros bienes materiales y más que los hemos pagado en cuotas, con muchos sacrificios.

Desde que tengo recuerdos, se fijó en mi mente una pesada pila de cemento de la United Fruit Company. Las embravecidas aguas del Ulúa la arrastraron en 1954 hasta la casa asignada a mi papá, nos contaba mi mamá, y quedó como empotrada. Llegó a Honduras en 1920 a los lavaderos públicos, acondicionados en las fincas bananeras, donde las “comadronas” o parteras enterraban nuestros ombligos.

A los 16 años mi mamá se la llevó para la ciudad de El Progreso, después de trasladarla de finca en finca. Desde Las Guanchías, que la 16, 18, la 3, hasta Cobb, Las Flores…

Sobrevivió al Fifí en 1974 y al Mitch en 1998. Hace dos años mi hermano la desmontó y me la regaló. Pero no he podido traerla. Tengo un pedazo de los rieles de la línea del ferrocarril (los trenes).
Quiero pensar que está cubierta de lodo.

También tengo esperanzas, que las personas que se negaron a salir, porque no tenían dónde ir, estén sobreviviendo como la pileta de la que les he contado.

Que así sea. Porque la vista del cadáver de esta humilde mujer me ha hecho derramar lágrimas.

Pude salir de lo que Ramón Amaya Amador llamó prisiones verdes. Pero muchos de mis compañeros de escuela se quedaron trabajando, cuando la “compañía” levantó los rieles y se marchó. Y me duele ver a mis paisanos subidos en los techos, clamando auxilio. Cierro los ojos e imagino su dolor.

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