Escuela de dictadores

MA
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16 de noviembre de 2020
/
01:16 am
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Escuela de dictadores

No sé por qué razón, pero siempre he sido del criterio de que es más fácil aprender lo malo que lo bueno.
Ya desde la escuela primaria aprendemos con mayor facilidad las malas palabras que algún compañerito más adelantado nos enseña, que las buenas cosas que los profesores insisten que debemos saber.

Es así como un niño aprende con más rapidez los nombres de los jugadores de fútbol de todos los equipos del mundo que las capitales de las naciones. Lo mismo sucede con las fechas históricas que todos deberíamos saber por cultura general y que no son nada en comparación a los resultados de absolutamente todos los partidos jugados en todo el mundo durante toda la historia… que los niños aprenden de memoria y con más facilidad que
las tablas de multiplicar.

Y ahora, en una escala mucho mayor -y también más peligrosa- debo decir que, lamentablemente, la primera democracia del mundo, los Estados Unidos de Norteamérica, el país que ha servido de referencia durante más de doscientos años, ha aprendido de nosotros -los del tercer mundo- las malas mañas con que nos hemos manejado durante toda nuestra historia.

Han aprendido lo que les enseñamos. Desde Chile hasta México, sin ninguna excepción, todos
los países latinoamericanos han sido profesores de la antidemocracia, de la imposición, en nuestra escuela de dictadores. Chile aun siente los efectos de un Pinochet, que estuvo en el poder más de 15 años a fuerza de fuego y armas. Argentina con su dictadura militar terrible, al igual que Brasil y Panamá, donde un olvidado dictador llamado Omar Torrijos dio paso a un Noriega, dictador y narcotrafi cante. En Cuba durante más de sesenta años los Castro han enseñado a Venezuela y otros aprendices de dictador cómo quedarse en el poder.

México no se escapa, el PRI, Partido Revolucionario Institucional, aprendió y dio clases de cómo burlar los resultados electorales una y otra vez, cosa que también hemos padecido nosotros. Finalmente, nuestro mal ejemplo llegó donde menos se podía creer posible, los Estados Unidos. El presidente Trump, como más o menos había sido anticipado, se niega a reconocer los resultados electorales y planea quedarse en el poder utilizando sucias triquiñuelas legales, muy al estilo nuestro.

Tanto ha visto lo que hacemos por estos rumbos que está probando la fórmula a ver si lo logra. No puedo descartar que en su loca ambición en determinado momento intente utilizar el poder de las armas que están a sus órdenes. El ejército norteamericano tiene una tradición apolítica, jamás se han metido en eso, pero tampoco los presidentes en toda la historia jamás se han negado a reconocer la derrota y planeado quedarse en el poder ilegalmente, como está sucediendo ahora.

Los USA se encuentran en su más grande y peligrosa prueba de fuego para conservar su democracia.
Lo peor del caso es que no se trata únicamente de Trump, políticos de alto nivel del Partido Republicano -gobernadores, congresistas, senadores- casi en su totalidad le están apoyando en ese intento golpista, así como muchos ciudadanos particulares, algunos de los cuales blandean sus armas diciendo que no permitirán que sea sacado del poder, aunque haya perdido las elecciones.

Qué no puede ocurrir en los Estados Unidos?
Lo estamos viendo en vivo, a todo color y hasta en alta definición!

Observaciones: Antes del ascenso de Hitler y los nazis al poder, Alemania había sido una democracia por muchos años,frágil pero democracia al fi n y al cabo, nadie lo vio venir y los que lo hicieron o callaron fueron eliminados.

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