Noé Pineda Portillo
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Las cabañuelas se utilizan en el sur de España. Su origen proviene de la antigua Babilonia. En el norte de España se utiliza un sistema similar llamado témporas.
La palabra cabañuela, proviene de la festividad judía de los Tabernáculos. En un documento de Toledo del año 1020, se menciona que los judíos colgaban cien cabañuelas en su barrio en memoria de los años que pasó el pueblo judío vagando por el desierto del Sinaí. Según el Diccionario de la Real Academia Española, las cabañuelas son el cálculo popular, basado en la observación de los cambios atmosféricos en los 12, 18 o 24 primeros días de enero o de agosto, para pronosticar el tiempo atmosférico durante cada uno de los meses del mismo año o del siguiente.
En la prehispánica América Central y México, los mayas y aztecas utilizaban este sistema de pronósticos de lluvias y sequías durante el año. La cultura azteca adoptó de los mayas esta tradición, ya que en ambos su calendario contaba con 18 meses de 20 días cada uno, más cinco días adicionales que entraban en los meses. Los primeros 18 días de enero serían para predecir los estados del tiempo de cada uno de los meses y los dos días restantes se dedicaban a otros fenómenos. El día 19 era para pronosticar el tiempo de solsticio de verano y el 20 para pronosticar el solsticio de invierno.
Ya en nuestro tiempo, aparece el estudio científico de las “cabañuelas” con tres aproximaciones hacia la verdad de las mismas.
1. Aproximación etimológica. La voz cabañuela en su acepción de predicción, a largo plazo, según es entendida a nivel popular, podría tener sus orígenes en la propia etimología del término. La palabra cabañuela. Que hace referencia al lugar donde se celebraba la Fiesta Judía de los Tabernáculos o de las Cabañuelas de Toledo, España, por un fenómeno semántico de metonimia, pasaría de señalar el topos (lugar) donde se celebraban los rituales de pronóstico de lluvias, dentro de esta festividad hebrea, a significar el mismo ritual de predicción meteorológica, en un medio agrario en el cual los estados del tiempo atmosférico hacen más que necesaria la aparición de la lluvia.
2. Aproximación antropológica. Las cabañuelas como forma de pronóstico meteorológico a largo plazo consisten en relacionar días concretos del mes de agosto con cada mes del año; comenzando estas relaciones días-mes, el día dos de agosto que correspondería a enero, el tres a febrero y así sucesivamente hasta el 13 que correspondería a diciembre. El día uno de agosto es una fecha clave en las cabañuelas, que es conocida como la “llave del año”, de suerte que las variaciones meteorológicas a lo largo de este día, así será el año en su conjunto en España. Y este es el hecho de la cultura judía en torno a la Fiesta de los Tabernáculos o de las Cabañuelas, en cuya celebración la cantidad de lluvia para el año venidero está decidida por los cielos.
3. Aportación etnográfica. Predicción a corto y medio plazo. En este punto se toma en cuenta la observación empírica que hacen las personas locales, los pronósticos a medio y largo plazo se deben a su observación constante y fieles conocedores del microclima, dentro del cual la predicción del tiempo obtiene su fundamentación. En este sentido nuestra gente en Honduras, en la región occidental sigue con estas prácticas que no andan lejos de la realidad de otras regiones en el mundo.
