Cine: discurso y retórica

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30 de enero de 2021
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12:21 am
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Cine: discurso y retórica

Por: José María Leiva Leiva

 

El cine es fuente constante de inspiración y motivación. Y a veces nos entrega discursos extraordinarios. Se trata de fascinantes piezas oratorias que junto a las secuencias donde éstas se contemplan, forman parte de la historia audiovisual contemporánea de una manera antológica, al transmitir valores como la motivación, la libertad, la perseverancia, la integridad, el liderazgo, el coraje, la autenticidad o el espíritu solidario, o por otro lado, la crítica al establishment.

 

Sumados al discurso de Mario Moreno “Cantinflas”, en la película “Su Excelencia”, relacionada en la entrega precedente, veamos estos otros cinco notables ejemplos: (1) El discurso sobre el valor de la integridad pronunciado por el Coronel Frank Slade (Al Pacino), en la película de 1993 “Esencia de Mujer”, dirigida por Martin Brest. Remake del filme italiano “Esencia de mujer” (“Profumo Di Donna”), dirigido por Dino Risi en 1974, protagonizaba Vittorio Gassman, Agostina Belli y Alessandro Momo.

 

La secuencia acontece en un prestigioso colegio de élite, donde Charlie Simms (Chris O’Donnell), estudiante becario de dicha institución, enfrenta un grave dilema moral: denunciar ante el solemne tribunal disciplinario a unos compañeros que acaban de jugarle una broma pesada al director del centro, el señor Trask (James Rebhorn), o llamarse al silencio, por no ser un soplón e irse expulsado, poniendo en riesgo su futuro profesional. Charlie, escoge el segundo camino, y es aquí donde entra en acción el malhumorado y no vidente Coronel Slade, para quien trabaja Charlie, ejerciendo de lazarillo.

 

Tras la reprimenda que el director le hace a Charlie, el Coronel Slade, callado hasta el momento, rompe la solemnidad de su discurso con sus comentarios despectivos y su humor mordaz, mostrándose como un hombre con gran aplomo y entereza. Para no perdernos detalle de tan elocuente pieza oratoria, echemos manos del propio guión cinematográfico: – (Sr. Trask) Voy a recomendar al Comité Disciplinario que le expulsen. Sr. Simms, es usted un farsante y un embustero.

 

– (Sr. Slade) Pero no un soplón.- ¿Discúlpeme?- No, no creo que lo haga.- Señor Slade…- Todo esto es un montón de basura. ¡Ja!.- Por favor, cuide su lenguaje, señor Slade. Está usted en la Escuela Baird, no en un cuartel. Señor Simms, le daré una última oportunidad para hablar. – El señor Simms no la quiere. Él no necesita que le etiqueten como merecedor de ser un hombre de Baird. ¿Qué coño es esto? ¿Cuál es el lema de este colegio? Muchachos, informad sobre vuestros compañeros. Salvad el trasero, o de lo contrario os quemaremos en la hoguera. ¡Bien, caballeros! Cuando la porquería se desparrama, algunos corren y otros se quedan. Aquí está Charlie, afrontando el fuego. Y ahí está George (Philip Seymour Hoffman), escondiéndose en el bolsillo de papaíto. ¿Y qué hacen ustedes? Van a recompensar a George, y a destruir a Charlie.

– ¿A terminado, señor Slade? – No, todavía estoy precalentando. No sé quién estudió aquí. Guillermo Howard Taft, Guillermo Jennings Bryant, Guillermo Tell, quien sea. Su espíritu ha muerto. Si alguna vez lo tuvieron, ha desaparecido. Están construyendo un barco de ratas. Un buque para soplones de élite. Y si creen que están preparando a estos pececillos para ser hombres, piénselo dos veces. Porque yo digo que están matando el mismo espíritu que esta institución afirma inculcar. Menudo fraude. ¿Qué clase de espectáculo están montando aquí? Cuando el único con clase de todo este acto, está sentado a mi lado. Y se lo aseguro: el alma de este chico está intacta. No es negociable. ¿Sabe cómo lo sé? Porque alguien de aquí, y no voy a decir quién, se ofreció a comprarla. Solo que Charlie no la vendía.

 

– ¡Está usted desquiciado! – ¿Desquiciado? Yo le enseñaré qué es eso. Usted no sabe lo que es estar desquiciado, señor Trask. Se lo enseñaría, pero soy demasiado viejo, estoy demasiado cansado y jodidamente ciego. Si yo fuera el hombre que era hace cinco años, usaría un lanzallamas contra este lugar. Desquiciado. ¿Con quién coño cree que está hablando? He vivido mucho, ¿sabe? Hubo un tiempo en que podía ver, y le aseguro que he visto a chicos como estos, más jóvenes incluso, con los brazos arrancados, con las piernas destrozadas. Pero no hay nada como la visión de un espíritu amputado. No hay prótesis para eso. Usted cree que está mandando a este espléndido soldado de vuelta a casa a Oregón con el rabo entre las piernas, pero yo digo que está usted ejecutando su alma.

 

¿Y por qué? Porque no es un hombre de Baird. Si hacen daño a este chico, van a ser los inútiles de Baird. ¡Todos ustedes! Y Harry, Jimmy, Trent, estéis donde estéis en ésta sala. ¡Qué os den por…! – Haga el favor de sentarse, señor Slade. – No he terminado. Cuando he llegado aquí, he oído estas palabras: Cuna de liderazgo. Cuando la rama se rompe, la cuna cae. Y aquí ha caído. Ha caído. Fabricantes de hombres, creadores de líderes. Tengan cuidado con qué clase de líderes están produciendo aquí. Yo no sé si el silencio de Charlie está bien o mal. No soy juez ni jurado, pero puedo decirles esto: él no venderá a nadie para comprar su futuro. Y eso, amigos míos, se llama integridad.

 

Eso se llama valor. Y esa es la pasta de la que deben estar hechos los líderes. Yo he llegado a muchas encrucijadas en mi vida. Siempre he sabido cual era el camino correcto. Sin excepción. Lo he sabido, pero nunca lo he tomado. ¿Saben por qué? Porque era jodidamente duro. Aquí tienen a Charlie. Ha llegado a la encrucijada. Ha escogido un camino. Es el camino correcto. Es un camino hecho por el principio que conforma un carácter. Dejémosle continuar su andadura. Ustedes tienen el futuro de este chico en sus manos, comité. Es un valioso futuro, créanme. No lo destruyan. Protéjanlo. Abrácenlo. Un día les hará sentirse orgullosos, se lo prometo.

 

Por supuesto, no menos espectacular es la escena del tango (“Por una cabeza”) que Al Pacino baila con una preciosa Gabrielle Anwar (en el papel de Donna), el fin de semana que Slade y Simms se escapan de aventura a Nueva York.

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