Tallador del Escudo Nacional de Legislativo se resiste a guardar formones en impacto de pandemia

ZV
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4 de junio de 2021
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05:10 am
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Tallador del Escudo Nacional de Legislativo se resiste a guardar formones en impacto de pandemia

El artista, Abner Gutiérrez, se encargó de tallar en 1986 el Escudo Nacional. “Doña Carmen Alicia Fúnez me recomendó”, agradeció.

El escultor y tallista del admirado Escudo Nacional, ubicado en el Salón de Sesiones del Poder Legislativo, Abner Gutiérrez (69), se resiste a guardar sus formones, tras 14 meses de impacto económico que ha dejado la pandemia del COVID-19 en Honduras.

Nacido un 6 de abril de 1952, en el barrio Perpetuo Socorro en Comayagüela, Gutiérrez, es parte de los emprendedores afectados por la crisis que golpea con un millón de desempleados.

“El proceso se detuvo, por razones obvias”, lamentó el escultor en su taller en Zambrano, al norte de la periferia capitalina, donde sigue a la espera de clientes, en su mayoría turistas, extranjeros y diplomáticos.

Abner Gutiérrez guarda, un reportaje de LA TRIBUNA, que resaltó el momento, en 1986, cuando tallaba el Escudo Nacional, admirado en la Cámara Legislativa.

“Es una obra de alto relieve en caoba, se desarrolló desde abajo en 12 pulgadas de grueso hasta la parte del óvalo, del óvalo hacia arriba, es de seis pulgadas. Se atornillaron 22 piezas de madera de dos pulgadas de ancho y para sujetarlo se adaptaron varillas de acero con tuercas”, recordó.

“Se hizo en tiempo récord de diez días, trabajábamos hasta 16 horas diarias, pero cumplimos el encargo”, agregó el tallista, para luego precisar que esa obra fue elaborada a inicios del gobierno de José Simón Azcona del Hoyo.

LA TRIBUNA fue el único Diario que destacó mi trabajo, historiadores desconocen estos detalles” expuso. “La talla del escudo fue dirigida por mi persona y criterio, colaboraron, Héctor Girón, Luis Maradiaga, Santos Cabrera y su servidor”.

Jóvenes aprendices con el cuadro “Las Amazonas” encargado a Abner Gutiérrez por un ciudadano estadounidense.

NIÑO TALENTOSO

A sus cinco años, antes de entrar a la primaria en la Escuela Monseñor Ernesto Fiallos, Abner Gutiérrez ya era todo un dibujante y a sus 11 años aprendía de talladores egresados de Bellas Artes.

“En quinto grado hice un escudo con pedazos de cedro. Lo vendí a 10 lempiras y para un cipote de 11 años, era buen dinero. Así descubrí el talento que Dios me regaló”, refirió.

Tras egresar de la primaria, Gutiérrez reconoció que sus padres lo apoyaron, pero surgieron dificultades para entrar a Bellas Artes y salió adelante en diferentes trabajos. “Quiero agradecer a todas las personas que ayudaron en mi formación”.

Con semblante firme y la fuerza del roble, Abner Gutiérrez comentó que aún no termina su obra. “Mi sueño, si Dios me lo permite, es enseñar, de manera itinerante, en el interior del país, tallando, muros adyacentes a carreteras, dando cursos a personas con vocación artística artesanal”. “Se pueden aprovechar maderas caídas y todo material, utilizable para fomentar el turismo”.

“En Ecuador aprendí combinación de distintos materiales, pero soy de los que creo que uno nunca termina de aprender, se empieza de cero y vamos terminando en cero. Este arte es grande, cada vez más grande”, expuso.

El sol se escondió esa tarde en Zambrano, pero en el taller oloroso a maderas y resinas, la luz permanecía encendida en espera de clientes para reactivar el empleo y entregar nuevas obras que serán admiradas a nivel nacional e internacional. En el teléfono 9808-1568, interesados pueden contactar a Abner Gutiérrez. (WH)

El veterano escultor guarda como preciada reliquia, un reportaje de LA TRIBUNA, donde se resaltó su esfuerzo y dedicación, ese año.
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