La Paz a vuelo de pájaro

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6 de junio de 2021
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12:36 am
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La Paz a vuelo de pájaro

Iglesia del municipio de La Paz.

A Iris Paredes y Yovany Valenzuela con mi agradecimiento

Por: Rubén Darío Paz

Antes de la Reforma Liberal de 1876 en Honduras, la inestabilidad política y guerras civiles fueron constantes. A pesar de ese escenario belicoso y por razones aún no estudiadas desde la academia, se empezaron a designar algunos lugares, con nombres sugestivos, El Porvenir, El Progreso, La Esperanza, Concordia, La Libertad y La Paz, entre otros, quizás solo sean nombres que reflejan las aspiraciones de una élite agotada por los conflictos. El 28 de mayo de 1869, después de largos procesos de polémica, José María Medina, presidente en funciones materializó la creación del departamento de La Paz. En la actualidad el referido departamento comprende 19 municipios, algunos conservan sus nombres indígenas como Cane, Yarula, Guajiquiro, Opatoro, Chinacla, Marcala, Aguanqueterique, Lauterique, otros aparecen compuestos entre lo religioso, indígena o referencia geográfica San Pedro de Tutule, Santiago de Puringla. San Antonio del Norte, Mercedes de Oriente. La impronta de la iglesia se acentúa con municipios como Santa Ana, Santa María, Santa Elena, San José y San Juan. En memoria del prócer morazanista, y en lo que antes era el antiguo Similaton, crearon Cabañas. Significativo es que La Paz, por su cercanía con Comayagua, además de municipio es cabecera departamental.

El departamento de La Paz, tiene una ubicación estratégica privilegiada, inicialmente por su vecindad al eje productivo del valle de Comayagua y cercanía con el denominado Canal Seco, más los numerosos pueblos del interior que pueden intercambiar sus productos con El Salvador. La Paz ha experimentado cambios importantes en los últimos treinta años, en algunos de sus cascos urbanos se han realizado obras de infraestructura reveladora. Sin embargo, se ha descuidado el enorme potencial turístico de sus accidentes geográficos, exuberantes bosques primarios, formidables fincas de café, cuevas, arte rupestre, sitios arqueológicos, prácticas culturales y lo más grave aún escasas valoraciones al arraigo indígena lenca que predomina en gran parte del departamento. A continuación, describo los centros urbanos y algunas peculiaridades.

Yarula
Se extiende sobre un terreno irregular, a más de 1,700 metros de altitud, con una frecuencia de lluvias gran parte del año. En el casco urbano, sus calles que no son muchas y siguen un trazo desigual, destaca una plaza remodelada. Su iglesia rectangular entejada a dos aguas es sencilla, y en su interior un retablo dedicado a San Francisco de Asís, el patrón del pueblo, en algunas descripciones el municipio aparece como San Juan de Yarula. Se conserva el edificio de la antigua alcaldía municipal, ahora restaurado, le convirtieron en Casa de la Cultura. Según los datos de Antonio R. Vallejo de 1889, “Yarula era un pueblo de indios, perteneciente al Curato de Chinacla”. Singular interés despierta la comunidad de La Puntilla y alrededores, donde se encuentran una serie de “cuevas”, más bien abrigos, entre ellas: La Pacha, El Salitre, El Huesal, Manos Pintadas, se trata de una serie de muestras importantes de arte rupestre, mismas que es urgente estudiar y proteger.

En muchos de los territorios que el fallo de La Haya de 1992 le otorgó a Honduras, no se perciben proyectos de infraestructura y desarrollo para sus habitantes desde el gobierno. El exbolsón de Nahuaterique, alcanza un poco más de 123 kilómetros cuadrados, ahí se encuentran numerosas comunidades, pero sus pobladores están a la deriva, pues ninguno de los cuatro municipios que tienen colindancia (Yarula, Santa Elena, Cabañas, Marcala) los asumen desde sus presupuestos.

El movimiento comercial de Nahuaterique es notable, sin embargo, sus productos se venden en los pueblos vecinos de El Salvador. Estos pobladores, cuando les toca enfrentar impasses en rubros tan sensibles como educación y salud, con frecuencia encuentran apoyo más allá de la frontera patria. ¿Por qué el Estado hondureño no hace prevalecer su derecho a demarcar la frontera? ¿Será tan difícil crear un nuevo municipio de Nahuaterique desde el Congreso Nacional?, ¿El gobernador de La Paz, tendrá idea de las necesidades de los pobladores de los exbolsones? el reto es para una clase política que no ve más allá que sus propios intereses.

Santa Elena
Su plano se encuentra sobre una serie de elevaciones un poco más de 1,700 msnm, circundado por una serie de bosques extensos de coníferas y liquidámbares, aunque en uno de sus extremos se visualiza un amplio terreno pantanoso, drenado por el río Santa Elena. Sus calles inclinadas algunas empedradas, siguen el plano irregular. Su iglesia es un edificio reciente, rectangular a dos aguas con techo de asbesto, tiene una fachada sencilla con varias reparaciones, se distinguen en sus laterales dos torres de escasa altura, en una de ellas se conserva una antigua campana. Palacio Municipal, igual es moderno, aunque en su interior se conservan una serie de reliquias. Todo indica que el actual pueblo, se organizó con pobladores de sitios aledaños, sin embargo, sería de suma importancia remitirse al sitio del cual informaron al padre Vallejo “este pueblo que fue fundado, según los datos que nos han remitido en 1701, y elevado al rango municipal en 1870. Está situado en la frontera salvadoreña en el paraje llamado Malguara, a cuatro leguas de distancia de Marcala, tiene edificios y edificios públicos”

El patrón del municipio es Santiago Apóstol, pero también se festeja el 23 de marzo, en honor a Santa Elena. Desde 1983 bajo iniciativas del sacerdote Edgardo Giménez, párroco en ese entonces, organizaron un proyecto de siembra de maíz, la cosecha obtenida fue abundante, motivo por el cual se realizó una misa y desde entonces, los habitantes de este municipio celebran el Festival del Maíz, donde además de la “bendición de la cosecha”, se exponen y se consumen los derivados del maíz. Santa Elena es un gran productor de maíz, de ahí que la elaboración y consumo de “chicha”, también sea abundante.

Igual de relevante es la participación de sus habitantes y aún siguen llevando a cabo un interesante “Baile de los Negritos”, donde vestuarios, ritmos y máscaras siguen conservándose. Singular interés reporta la comunidad de El Potrero localizada en dirección sur-este del casco urbano, en sus dominios y en las proximidades de un río se encuentran un conjunto de abrigos rocosos, donde se conserva una serie de pictogramas, por su conservación, calidad de dibujos y escenografía del lugar, les convierte es una muestra significativa, del escasamente valorado arte rupestre a nivel nacional. Estos abrigos han llamado el interés de muchos expertos y aficionados dentro y fuera del país.

Santa Ana
El casco urbano de este municipio se sitúa en la parte menos alta de un conjunto de montañas y es circundado por extensos bosques de coníferas. Escasos pueblos de Honduras, tienen una escenografía tan agradable visualmente como Santa Ana. Sus pocas calles no siguen un plano en parilla, sino casi se encuentran al azar, se distingue el edificio de la iglesia, que se localiza a un extremo de la alcaldía municipal. El padre Vallejo sostiene, que este pueblo inusualmente se le nombró Cacauterique y en 1838 alcanzó la categoría de municipio. Aún a finales del siglo XIX, se encuentra documentación, donde se le denominaba como Santa Ana de Cacauterique. Su fiesta en honor a la virgen de Santa Ana, reviste mucha concurrencia de los pueblos vecinos.

Guajiquiro
El centro de esta población es ligeramente inclinado, y se reduce en pocas calles alrededor de su iglesia. El casco urbano es pequeño, pero sorprende la diversidad de bosques que le circundan, protegidos y apreciados por sus pobladores. Su iglesia es de mediados del siglo XVIII, aunque restaurada, a dos aguas entejadas y con dos torres campanarios, en su interior se conserva un sencillo altar principal, donde destaca la escultura de un Cristo Negro, con su respectivo resplandor, quizás uno de los más antiguos del departamento. Poco se han investigado las ruinas de Calamuya (sitio cercano), aunque en varios textos de especialistas al menos se mencionan. Por la amplia riqueza cultural de sus pobladores de ascendencia lenca, Guajiquiro, se ha convertido en un referente de destacados investigadores nacionales y extranjeros. Guajiquiro, aparece en el recuento del padre Vallejo para 1791, y luego en 1889 era un pueblo perteneciente al círculo de Opatoro. Su feria patronal se lleva a cabo el 24 de junio, Día de San  Juan, algunas veces se han impulsado el Festival de la Mora, que por cierto por su abundancia los pueblos vecinos, se han rotado su celebración.

Opatoro, La Paz.

Opatoro
Forma parte del conjunto de pueblos autodenominados “pueblos de la Sierra”, sus habitantes muestran rasgos indígenas acentuados y los giros de su español aún se conservan. El casco urbano es disperso, irregular y nada planificado. En uno de sus extremos se encuentra la iglesia, con elementos arquitectónicos coloniales, restaurada a mediados del siglo XX. Sus valiosas imágenes fueron en su mayoría realizados localmente y algunas necesitan un proceso de restauración por expertos. Significativa es también la Cruz del Perdón o Cruz del Siglo, construida el año de 1900. Opatoro formó parte del Curato de Cururo, y en la división política de 1889 ya era municipio. Su parque central por su ubicación no sigue las normativas de los típicos pueblos de tradición colonial, aquí destaca un busto al general Francisco Morazán, que se identifica más por la placa que ostenta el nombre, sin duda realizado sin mayores pretensiones artística. Tiene un amplio y elegante edificio municipal, con vistosos corredores, fue construido a inicios de la segunda década del siglo XX. Opatoro festeja en agosto a la virgen de Los Ángeles. En especial atractivo comercial se ha convertido Florida, una aldea cercana al casco urbano, que se extiende sobre una amplia planicie, ordenada y con casi todos los edificios públicos, incluso una oficina del Registro Nacional de las Personas. En Florida de Opatoro, convergen los fines de semanas cientos de comerciantes, venidos de diferentes rumbos, incluso más allá de las fronteras patrias.

Santa María
Se encuentra sobre una interesante y extensa planicie de considerable altitud, por lo que más parece una meseta intra-montaña, en sus cercanías pasa el río Saragua, el plano urbano, se define gracias al rectángulo que forma su iglesia y su parque, cuidado con esmero. Sobre el lateral izquierdo de la iglesia se extiende la Calle del Comercio. Su actividad comercial alcanza mayor notoriedad cuando llevan a cabo los cortes de café, actividad cotidiana, que aún en los extensos patios de algunas casas, se pueden observar sembradíos. Su iglesia construida a finales del siglo XIX, luce ampliamente reconstruida. Se sabe que desde su consolidación municipal los vínculos políticos y económicos se han realizado con la ciudad de Marcala. La feria patronal es el día de la virgen María. Planes, es una significativa aldea, no tan plana con el casco urbano de Santa María, o si se compara con las exuberantes serranías aledañas correspondientes a las montañas de La Sierra. En los meses de noviembre hasta febrero, el paisaje luce con abundante neblina, con fríos agradables, propios de una meseta. Esta aldea levemente urbana, es un lugar de acopio comercial, más evidente durante los fines de semana, pues sus calles parecen una feria patronal. Han proliferado todo tipo de negocios, más evidentes los que están relacionados con el rubro agro-cafetero. Tiene calles asfaltadas, varias construcciones de dos pisos y una población fluctuante considerable.

Aguanqueterique
No hay discusión en torno a la antigüedad de este pueblo, se describe en numerosos documentos coloniales vinculantes a Comayagua. Para 1791 nos recuerda el padre Vallejo, ya se conocía un título de tierras que correspondía a San Pedro de Aguanqueterique. Con la primera división territorial de 1825, a Aguanqueterique se le vínculo con Goascorán. Su casco urbano se extiende sobre una planicie, tiene un trazo casi simétrico, aunque aún se observan algunos callejones empedrados, mismos que deben conservarse, predominan las construcciones de adobe y techos entejados. Un interesante portal da la bienvenida a su amplio cementerio. Tiene una iglesia antigua, con cuerpo rectangular entejado, y con dos torres no tan altas, un remate mixtilíneo define su fachada. Particular interés reviste la producción de granos básicos en los alrededores del Casco urbano, recordemos que en tiempos coloniales se le considero como un pueblo “granero” algunos estudiosos de la biografía del gran poeta Juan Ramón Molina, asumen que nació en este municipio, y que incluso a él se refería cuando dijo “nací en el fondo azul de las montañas hondureñas…” lo que sí está más claro es que por el lado materno, el poeta tenía familia en dicho lugar. Las festividades en honor a la virgen de la Concepción, son famosas, sobre todo por la cantidad de conjuntos de cuerdas que amenizan fiestas bailables. Su principal aldea es Barrancaray, pintoresco lugar, rodeada de un bosque seco, con temperaturas que más definen a la región sur de nuestro país. Sus festividades igual son bullangueras, y concurridas, lástima no se han hecho investigaciones, porque esas festividades revierten tanta participación y sobre todo el surgimiento de grupos musicales.

Lauterique
Por su ubicación geográfica de manera constante se le vincula con los municipios del actual departamento de Valle, visión que se acentúa cuando se observan los tipos de vegetación que predominan, casi siempre bosques secos-tropical. El casco urbano es totalmente irregular, destacando una larga Calle del Comercio hasta hace muy poco empedrada con “piedra de río”. Especial interés tienen en Lauterique una serie de casas donde se distinguen altas paredes con ventanales, como manera de soportar las altas temperaturas frecuentes gran parte del año. Su iglesia de arquitectura colonial, bonita y bien cuidada, aún en sus aleros exteriores se encuentran cerámicas decoradas, mismas que coinciden con las que adornan la una de las cúpulas de la Catedral de Comayagua. En 1777, 10 familias procedentes de Cacauterique (hoy Santa Ana), fundaron este pueblo llamándolo Zacualpita, después Lauterique, nombre derivado de Cacauterique, en 1860 obtuvo el título legal de sus tierras. En la división política territorial de 1896, era un municipio del distrito de San Antonio del Norte.

Santiago de Puringla
Se extiende sobre una pequeña meseta, rodeada de abundantes bosques donde predominan las coníferas, el roble y el liquidámbar, es satisfactorio apuntar que las autoridades del municipio han hecho una valorable gestión ambiental. El trazo vial de este pueblo está constituido por cuatro avenidas diseñadas que siguen la orientación este-oeste. Sus calles son amplias, asfaltadas la mayoría y con su propia nomenclatura. Son notables sus edificios públicos, han sido reconstruidos con aspecto de modernidad, tiene un amplio mercado, bullanguero y colorido, como continuidad de su importante actividad comercial. Otro elemento singular lo constituyen los extensos patios de algunas casas, que sea han convertido en parcelas sembradas de café. Se le concedió categoría de municipio desde 1859, aunque desde 1691, ya figuraba como el pueblo de indios de Puringla. Actualmente su población urbana es de casi 3,500 habitantes, Puringla ofrece distintas alternativas para desarrollar turismo de aventura, sobre todo en los extensos ramales de las Sierras que le circundan, donde albergan enormes fincas de café. El 20 julio celebra al patrón Santiago Apóstol y en diciembre a la virgen de Concepción, con su particular procesión “La Fiesta de las Escobas”. En una segunda entrega, comentaré sobre, La Paz, Marcala, Chinacla, Cane, San Antonio del Norte, Mercedes de Oriente, San Juan y San José.

New York, El Níspero, mayo, 2021

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