Colonialismo salvadoreño frente a la desesperanza en Honduras
Por: Carlos Medrano
Periodista
El Salvador siempre ha tenido ambición por Honduras… su limitado tamaño frente a un vecino que le sobra la tierra desocupada, lo dejó con desventajas estratégicas y geopolíticas que satisfagan su interés, desarrollo económico y social.
Solo para graficar el párrafo anterior, El Salvador es el país más pequeño de CA y el único que no tiene costa con el mar Atlántico, que lo limita considerablemente en su expansión comercial para llegar a la costa este de los Estados Unidos, principal mercado de la región centroamericana.
Para rematar este recelo o “espinita”, nos fuimos a un diferendo limítrofe en La Haya, Holanda y lo perdieron, reduciendo aún más su territorio, lo que fue un golpe fuerte al orgullo salvadoreño, quienes en el fondo ven injusto como en Honduras hay tanta tierra y costa, mientras ellos se encuentran limitados por todos lados.
Con Nayib Bukele, El Salvador ha tenido un nuevo renacer, un nuevo liderazgo que ha transformado todo el panorama político del chico país, además han iniciado un peligroso “maridaje” con China, frente a roces diplomáticos que ha tenido con el gobierno estadounidense de Joe Biden, que generará proyectos sumamente interesantes que muevan estas endebles economías.
El Salvador necesita sacar productos chinos al Caribe por medio de un megaproyecto financiado por los asiáticos, que compitan con el Canal de Panamá, ya que dicho canal quedó corto para el tráfico marítimo mundial, ya que apenas el 6% del tráfico mundial pasa por la histórica edificación.
Para hacer de este proyecto una realidad y “quedarse con la mejor tajada”, los salvadoreños necesitarán pasar toda esa mercadería por el territorio hondureño, sino su proyecto expansionista será un fracaso.
Bukele, de manera estratégica y visionaria, ha empezado a “enamorar” al desamparado y desesperanzado hondureño mostrándose condescendiente frente a 2 eventos naturales que han golpeado a los pobres hondureños.
Mando ayuda humanitaria después de los desastres dejados por las tormentas Eta e Iota, con bombos y platillos y con sendos camiones rotulados que fueron aplaudidos por humildes hondureños que miraban con buenos ojos el gesto de Bukele.
Los camiones salvadoreños aportaron ayuda, pero también trajeron esperanza a un pueblo abatido por las inundaciones y con la moral baja, casi sin ilusión, sin moral y sin liderazgo.
Hoy Bukele se ha destacado a nivel regional con un excelente sistema de vacunación, obtención masiva de vacunas de todo el mundo, construcción de centros masivos para inmunizar a su gente con todas las medidas de bioseguridad.
Varios alcaldes de Honduras han solicitado vacunas a El Salvador y el mediático presidente del país vecino les respondió inmediatamente y no solo eso, les atendió en Casa Presidencial con alfombra roja.
El mandatario salvadoreño ha seguido cooperando con otros pueblos y las peticiones le han “llovido” en busca de vacunas.
El plan del país vecino es expandir su territorio, conquistar a nuestro pueblo y colonizarnos de manera pacífica, para ser la gran potencia centroamericana que lidere a toda la región frente a los imperios extranjeros.
Muchos hondureños ya ven con simpatía al Bukele, les parece simpático y con dotes sobrenaturales, miran con agrado su liderazgo, el ataque contra JOH y el combate contra la corrupción existente en su país y la de Honduras.
Mucho cuidado y este afán por el “Fuera JOH”, nos lleve a entregarnos a El Salvador, sin visualizar que existe un plan expansionista y colonizador del gran país salvadoreño.
