Geovany Chávez, de promotor social a emprendeor de éxito

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13 de junio de 2021
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12:54 am
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Geovany Chávez, de promotor social a emprendeor de éxito

Geovany Chávez.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email: [email protected]

ALAUCA, El Paraíso. El mundo está hecho para los triunfadores, para los que sepan superar situaciones difíciles, incluyendo la muerte. Triunfador es el que triunfa, aniquila los estorbos, gana, bate, conquista, somete, vence, derrota, reduce o domina, que obtiene una victoria o que tiene éxito, se puede usar como un sustantivo.

¿A quién podemos considerar una persona exitosa? No es fácil elaborar correctamente las características de un triunfador, es una tarea difícil, si en el caminar de esta persona en algún momento se perfiló el fracaso provocando un desborde de emociones que lo orillan a situaciones complicadas.

Con su hija mayor Asly Jassel.

Por mi parte, he estado tratando de llegar a una definición personal de lo que es un triunfador, y no acabo de aterrizar con precisión, porque en cuanto trato de confeccionar la idea de lo que para mí representa la imagen de un ganador empiezo a colgarle algunas etiquetas, siempre basándome en ciertos valores.

Nelvis Geovany Chávez nació en Santa Bárbara, a los 18 años, después de concluir el bachillerato en Promoción Social, llegó a Danlí en 1990 con otro grupo de jóvenes para iniciar un programa de capacitación sobre saneamiento básico, dirigido por la entonces Comunidad Europea, ahora Unión Europea.

En el campo está la voz de Dios.

Fue muy triste llegar a Danlí, prácticamente engañado por la gente del gobierno que prometieron un empleo, pero al final nos abandonaron, pasé dos meses durmiendo en la sede del Cuerpo de Bomberos, pasando hambre. El referido taller constituyó un reto y por nada del mundo me echaría para atrás, además tenía una pequeña base que me impulsaba por el hecho de haberme graduado en un área para el desarrollo. El taller con los europeos duró tres meses, suficiente para afianzar mis conocimientos para posteriormente realizar un trabajo motivacional en las comunidades rurales, siendo mi primer punto de encuentro la aldea Las Selvas, en El Paraíso.

De Santa Bárbara al oriente, allá en el occidente quedó la familia, aquí en el oriente, encontraría gente buena, hospitalaria, amistosa. “El Paraíso me resultó un lugar contagioso, si cabe el término, guardo los mejores recuerdos de la gente en las comunidades rurales y las personas que apoyaron mi trabajo social en la conformación de las juntas de agua, logrando grandes avances, contando para ello con el apoyo de la comunidad internacional. En ese contexto viajé al Foro Internacional del Agua a Kioto y Osaka, Japón.

Vista parcial de Alauca.

Tiempo después me incorporé al Proyecto Centro de Desarrollo Humano de (CDH). Es una organización privada de desarrollo (OPD) hondureña, sin fines de lucro. A nivel de Honduras, este programa plantea el desarrollo y sistematización/validación de experiencias. Durante este tiempo tuve una vinculación directa con organismos de derechos humanos. Siempre tuve en mente la importancia del respeto de los derechos humanos. Una de mis aspiraciones estuvo encaminada a lograr un mayor desarrollo humano en las comunidades rurales.

Chávez, no olvida que es un educador formador, desde esa perspectiva, reconoció que el desarrollo de las comunidades descansa en su gente, pero esta debe ser educada y formada para cumplir con sus objetivos. La formación técnica, por ejemplo, es fundamental para fijarse metas. Dar seguimiento a los proyectos es parte esencial de la educación. Bajo este esquema, no solo llegué a ser un facilitador, sino un técnico en coordinación. Es importante dar seguimiento a los proyectos, el sentido de pertenencia; entender que lo que tengo a mi alcance me pertenece, eso inculqué a la gente. Durante los talleres que me tocó desarrollar en Antigua Guatemala, la idea de las capacitaciones, es la de identificar líderes para que estos a su vez ejecuten los programas. Debo decir que esta primera etapa de mi vida, a pesar de las penalidades, las logré superar, de lo contrario habría tenido que volver a Santa Bárbara, derrotado y con las manos vacías, pero soy un triunfador.

Área turística en la aldea Las Selvas.

La vida de Geovany Chávez encierra dos etapas diferentes. Siempre fue un hombre inquieto con una visión diferente que lo impulsó en algún momento incursionar en los negocios. Estudió pedagogía para mejorar su currículo. Quería ser un emprendedor con nuevas ideas en el campo de los negocios, no para competir con nadie, sino para abrir oportunidades de empleo. Formó y organizó una ONG, de allí surgió la Junta de Agua Municipal. El 2004 inicié con un pequeño negocio de abarrotería, creció, pero se vino el golpe de Estado, la roya del café y ahora la pandemia, la economía está deprimida. Tuve que cerrar y dejar solo la venta de repuestos y bienes raíces que están a cargo a de mi hija.

Chávez ha sido un gran impulsor de la cultura y el turismo. “El Paraíso merece ser conocido no solo por el café. Las autoridades municipales deben darle impulso al turismo, mejorar el sistema de agua y proteger las cuencas hidrográficas. El pavimento no se bebe, lo único positivo es la plusvalía de las propiedades. Para el desarrollo humano habrá que pensar en algo mejor. Bajo esta motivación cultural y amor de la naturaleza es poseedor de una variada colección de imágenes diversas de la flora de Alauca.

Con su hija Stefi Sarony.

A pesar de las situaciones emotivas por las que ha atravesado dice sentirse realizado. Pero el mayor de los tesoros es la familia. El alejamiento de Dios conduce al hombre a perder lo más hermoso de la vida y provoca heridas en el alma. Puedo tener de todo, pero sin Dios y mi familia mi vida está vacía. Vivo porque Dios me libró de situaciones difíciles.

Dadas las circunstancias ya expresadas, trasladó su negocio a esta cabecera municipal, comenzando con pie derecho. “La gente en estas comunidades es genuina, saben ser amigos y cuento con ellos”. De su matrimonio tiene tres hijos, académicamente preparados, son ellos, Asly Jassel (26), Stefi (21) y Elvin Geovany (17).

Centro histórico Alauca.
Geovany, impulso del turismo en El Paraíso.
Turistas extranjeros.
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