La oposición política no tiene al mejor candidato

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21 de junio de 2021
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01:24 am
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La oposición política no tiene al mejor candidato

Marcio Enrique Sierra Mejía

El pueblo necesita luz política. Y no que la oscuridad se extienda. Quieren democracia participativa y no democracia autoritaria. Comprensión y no sectarismo. Ética y moral en la gestión pública y cero corrupciones. Añoran el desarrollo socioeconómico. Una mejor cultura y seguridad ciudadana. Rechazan el sentimiento de impotencia. Anhela la tranquilidad en las familias. El buen vivir y la paz. Prefieren el diálogo y no la violencia política. La confianza y no el temor. El aliento ante el desaliento. Por estas razones el candidato del pueblo no lo tienen los partidos opositores al nacionalismo.

Los candidatos opositores ante la indiferencia y la anomia de los ciudadanos solamente ofrecen populismo verbal infértil. Sus acciones políticas concretas no pasan de ser maldiciones políticas y difamaciones groseras. No tienen la más mínima comprensión del cambio que quieren realizar. En vez de propuestas favorables para enfrentar la presente coyuntura histórica que es complicada, plasman una praxis política demagógica y vacía de emotividad edificante. No saben lo que tienen que hacer y desatienden la realidad que enfrentamos. Prefieren realizar acciones que generan intranquilidad política. Enfatizan en la confrontación política deconstructiva.
¿Ante la falta de empleos qué han hecho? Critican y critican sin contribuir con soluciones concretas. Por ejemplo. El Colegio Médico se ve dirigido por una presidencia que no solo ha descuidado la lucha por los verdaderos intereses de sus agremiados. Sino que de manera oportunista. Hace creer al gremio médico que han logrado empleo para los médicos. Desconociendo que fue el presidente Oliva y el Presidente Hernández quienes lo propusieron y aprobaron. No es cierto que fue la junta directiva de ese colegio quien tuviese tal iniciativa. Fue del gobierno nacionalista. Por el contrario. Lo que hace la elite dirigente de ese colegio es dedicarse a fomentar la división y la desesperanza política con propósitos electoreros. Y descuidar las funciones gremiales. Tanto así, que no han logrado contrarrestar la pauperización que viven sus agremiados.

Los opositores. Demuestran una oposición sectaria centrada en profundizar la crisis. Maximizan la ofensa política con el propósito de crear desconfianza en el pueblo. Se dedican más que todo a desestabilizar la gobernabilidad. Y no alientan al pueblo con propuestas políticas que beneficien el desarrollo de Honduras. Son políticos buenos para debilitar el ánimo social. Tienen una pompa verbal llena de populismo engañoso. Atacan para encapsular como malos a los nacionalistas. Tergiversan la verdad y levantan banderas políticas vacías de contenido edificante. Todo lo malo es culpa de los cachurecos. Difamar es lo que ofrecen. No promueven el diálogo constructivo. Y tampoco izan banderas políticas que den luz y paz.

La oposición que hacen es perversa. Criminalizan sin fundamentos. Acusan y viven en casas con techo de cristal. Son autoritarios. Políticos resentidos que tergiversan la verdad para atraer votos. El artificio político de la desacreditación, es la táctica política que usan y que no contribuye a lograr consenso y unidad de propósitos para el desarrollo de Honduras.
No desarrollan tácticas políticas para frenar el desaliento. Más bien provocan el disenso con el propósito de evitar el consenso. Desprecian la actitud propositiva. Y evitan alcanzar un acuerdo político inclusivo para lograr el balance político adecuado a favor de los más pobres.

Es cierto que el gobierno nacionalista ha incurrido en irregularidades administrativas para el manejo de compras de equipos e insumos a fin de combatir la expansión del COVID-19. Pero deben reconocer que se está aplicando la justicia. A los funcionarios públicos de uñas largas se les aplica la ley sin contemplaciones, sea quien sea. Es falso y alevoso decir que los nacionalistas actúan con premeditación para sacrificar las necesidades del pueblo. Para satisfacer solo los intereses de grupos privilegiados o de funcionarios públicos del Partido Nacional. Es una infamia asegurar tal falso supuesto. El gobierno sí aplica la justicia a los criminales o delincuentes de cuello blanco. Es un principio fundamental de la doctrina cachureca. Quienes incurren en corrupción caen y son sometidos a la ley. Hay ejemplos que lo confirman. No se evade la aplicación de la justicia.

Los opositores no ven las señales a favor de los desposeídos que favorece el estilo de gestión presidencial basado en escuchar al pueblo. Niegan que los nacionalistas creen en el diálogo y que respetan las opiniones adversas. Para ellos, las características propias de un buen político, son virtudes únicas de los políticos antinacionalistas. Dedican su campaña a descalificar y negar las virtudes que los nacionalistas tienen. Los nacionalistas forman parte del pueblo. Y son actores protagonistas que anhelan soluciones ante el clima de incertidumbre que tenemos y se oponen a la tiranía o democracia autoritaria. No se sumergen en el pesimismo. Sino que se renuevan con optimismo para salir de la difícil situación que enfrentamos transformando las estructuras.

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