Vértice
Por: Fernando Berríos
Periodista
Esta es la pregunta que todos nos hacemos. ¿Quién está generando los empleos que Honduras necesita para desarrollarse?
Está suficientemente discutido que la empresa privada es la llamada a generar empleos justos, dignos y bien remunerados.
En tanto, corresponde a los estados y sus gobiernos generar las condiciones y las políticas públicas para coadyuvar en este sentido.
De ninguna manera puede invertirse esta fórmula. El gobierno no puede ni debe ser el mayor empleador. Ese no es su rol y quien crea lo contrario está muy equivocado.
Desafortunadamente, los políticos han tomado las plazas laborales como una moneda de cambio para alcanzar y mantenerse en el poder. Así lo han hecho todos los gobiernos civiles o militares (sin excepción) que han ocupado la silla presidencial.
El resultado es que hoy tenemos más de 200,000 burócratas, personas que cobran su salario mes a mes sin importar si están o no en labores, si tienen o no teletrabajo e inclusive, reciben su salario sea que haya o no recursos en las arcas del Estado.
Y mientras el Estado sostiene esta enorme carga, con apuros, nos seguimos preguntando quién está generando los empleos que Honduras necesita.
Analicemos. La micro y pequeña empresa genera más del 70 por ciento de los empleos en Honduras. Si sumamos a la mediana empresa llegamos al rango de 80 a 86% de los empleos.
No podemos desconocer que se han impulsado programas de alivio, de acceso a financiamientos blandos y de asistencia técnica. Inclusive se han gestado iniciativas como la apertura de empresas en línea, la eliminación de trámites inútiles y programas de asistencia para incursionar en el negocio digital.
Estas son medidas buenas para un sector que todavía se encuentra en un callejón sin salida por el impacto de una pandemia, dos huracanes y las condiciones injustas o inequitativas del sistema legal vigente.
¿A qué me refiero con esto último? En parte a lo difícil que es el primer semestre del año para los emprendedores. Pagamos impuestos municipales en enero, diversos impuestos cada 10 de mes, declaración anual antes del 30 de abril y por si fuera poco, primer pago a cuenta antes del 30 de junio. Es un semestre verdaderamente asfixiante. Y por otro lado, las grandes empresas siguen retrasando los pagos a los proveedores, quienes por lo general son pequeños y medianos emprendedores. Hay un buen sector de la gran empresa que sin ningún empacho se atreve a pagar sus facturas en 60 y hasta 90 días. No hay PYME que lo soporte sin que esto se traduzca en escasez de capital.
Y los gremios empresariales, si bien son necesarios, resultan también inútiles al momento de aliviar las pesadas cargas que posan sobre las espaldas de las PYME.
Hoy se habla insistentemente de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE). Más allá de los debates sobre su legalidad o no, los políticos solo ven si hay o no oportunidad de capitalizar para sus intereses electorales.
Preferiría mil veces que los debates se centraran en lo que es realmente importante para el ciudadano, es decir, si las ZEDE no son el camino correcto (por inconstitucionales o porque violentan la soberanía), entonces cuál es EL camino. Debatamos como sociedad, con altura y con profesionalismo, hasta encontrar la fórmula perfecta para generar los empleos.
Pero discutamos sin intereses mezquinos o agendas oscuras de por medio. Lamentablemente, esto es una utopía y por tanto seguiremos siendo víctimas de un sistema político irracional, irresponsable y despiadado.
Recientemente lo dijo el ministro de Trabajo, Olvin Villalobos: la tasa de desempleo abierta en Honduras es de 445,000 personas, es decir, se duplicó en un año por la pandemia y los huracanes.
Pasamos de una tasa de desempleo de 5.7% a 10.9%. Es decir, pasamos de 240,000 desempleados a 445,000 al cierre de 2020.
Estas cifras son alarmantes, pero más alarmante es que nadie se sorprenda y decida que es el momento de poner en pausa la politiquería barata para cambiar esta realidad.
Por ahí surgen los que cada cuatro años venden esperanza y nos dicen que el cambio se acerca, pero nadie dice aún cómo van a revertir esta situación.
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