“TEN CUIDADO…”

ZV
/
19 de julio de 2021
/
12:44 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
“TEN CUIDADO…”

DE un libro que acaba de enviarnos un buen amigo. Una perspectiva a la crisis sistémica que se padece. Sin embargo –en el amplio espectro de las vibraciones acústicas– quedó repicando una frase en particular: “En la crisis de gobernanza actual hay políticos que quieren ganar y otros que quieren hacer”. A lo que nosotros agregaríamos que el problema consiste en que solo en casos excepcionales hay los que quieren ganar para hacer. Extendiéndonos un poquito más allá, tendríamos que considerar, ¿de los que quieren ganar y quieren hacer, ¿cuántos serían los que saben cómo hacerlo? Si lo anterior ya era una inquietante realidad antes que esta peste puso al mundo patas arriba, qué no decir ahora, cuando las naciones –mucho más aún en estos pintorescos paisajes acabados– requieren no solo de liderazgos providenciales para lidiar con esta calamidad que nos ha caído encima sino para sacarnos del descalabro con alguna esperanza de futuro.

Sin embargo todavía hay más. ¿Cuáles de los que quieren ganar, si es que también quisieran hacer, tienen aptitud de hacerlo en beneficio de todos? Si, como decíamos ayer, “por las vísperas se conocen los santos”, ¿qué importancia dan los dirigentes de los partidos, digamos, a un plan de nación, –de urgente, corto, mediano y largo plazo– siquiera como evidencia de tener alguna noción sobre la ruta por la cual se quiere conducir al país? Pero también, como demostración de poseer algún mediano conocimiento de cómo hacerlo. Al amable público atosigado de incertidumbre, que sin duda inquiere, qué esperanza augurar de salir ilesos de esta crisis, la respuesta es obvia. Solo hay que ver al derredor. Y ello es así porque la nueva realidad impone al país un compromiso distinto al que se ha tenido. Pero radicalmente distinto. Y para ello, mucho depende de si hay voluntad al cambio de actitudes y conductas de la sociedad. Tanto de los liderazgos –para halagar con un cumplido ese vacío– como de los ciudadanos. De lo contrario. ¿Cómo puede aspirarse –en este ambiente donde el voto es en contra del que se aborrece y no a favor del que se gana el aprecio y el respeto de la gente– que vaya a resultar de este proceso electoral un gobierno capaz, eficiente, incluyente, que gobierne sin ver del otro lado solo enemigos? Si la campaña consiste en deshacer al contrario y no construir soluciones, si no hay debate siquiera de los verdaderos apuros que afligen solo vocinglería y berrinche sobre lo frívolo y lo superficial, ¿qué pronóstico halagüeño que no nos dirijamos a otro precipicio, este insalvable y sin retorno?

¿Qué conciencia existe –en las dirigencias, en los dirigidos y en los desentendidos– sobre la gigantesca obra de adaptación que demanda la nueva realidad que se sufre, siquiera la mínima suficiente para la sobrevivencia? Pareciera que ninguna, deduciendo por la baja calidad de las propuestas y de la perspectiva de conducción. Pero además. ¿Qué dice de una sociedad a la que poco importa siquiera interesarse en escuchar planteamientos? Si hay total indolencia a lo crítico y a lo fundamental. ¿Qué tanto sea merecedora de algo superior, si los factores que influyen sobre ella son los “likes” a trivialidades compartidas en sus burbujas digitales, las luces del espectáculo, el entretenimiento y la diversión? El proceso electoral solo es la vía para llegar a donde se quiere llegar. Sin embargo, si las élites políticas ni a eso le tienen aprecio, como para dotarlo de la confianza necesaria, para que no resulte lo mismo de lo anterior, ¿qué milagro que caiga del cielo se puede esperar? Sin embargo, lo electoral solo es lo inmediato. La esencia está en discernir ¿a qué se pretende llegar? Y sobre todo en esta grave e inédita coyuntura que se presenta como condena. Quién sabe cuál sea la cordura de muchos de aspirar a lo que aspiran. O la sensatez de muchos otros de escoger lo que escogen. Como bien advierte la sabiduría popular: “Ten cuidado con lo que deseas, porque podría hacerse realidad”.

Más de Editorial
Lo Más Visto