Alertas por el plan expansionista

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17 de septiembre de 2021
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12:01 am
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Alertas por el plan expansionista

VÉRTICE

Por: Fernando Berríos

“Cuando el río suena, piedras lleva” dice el adagio popular y es por ello que hay que poner mucha atención a esos rumores que vienen desde El Salvador, en torno a un plan expansionista del presidente Nayib Bukele.

Y, a decir verdad, esto va más allá del simple rumor porque fue el diputado salvadoreño Guillermo Gallegos del partido Gana (aliado del partido Nuevas Ideas) quien expresamente le pidió a Bukele hacer “lo necesario para recuperar nuevamente la isla Conejo, que es el espacio que Honduras quiere ocupar para poder tener acceso al mar Pacífico”.

Este diputado tuvo la capacidad de decir al menos tres grandes mentiras muy peligrosas en apenas 20 segundos.

“Recuperar nuevamente” afirma, lo cual es mentira porque Conejo nunca ha pertenecido a El Salvador y prueba de ello es que ni siquiera fue parte de la disputa que terminó con un fallo salomónico de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (más favorable a Honduras) en septiembre de 1992.

“Es el espacio que Honduras quiere ocupar” continuó diciendo el diputado, lo cual es falso porque no hay una ocupación, lo que hay es el derecho soberano de proteger lo que históricamente ha sido nuestro territorio.

“Para poder tener acceso al mar Pacífico”, esta afirmación no solo es falsa sino temeraria, ya que Honduras, le guste o no a El Salvador, siempre ha tenido acceso al mar Pacífico por la bocana del golfo.

Y es que no pocas veces, los gobernantes salvadoreños han pretendido hacer creer que Honduras tiene únicamente acceso al Golfo de Fonseca, no así al océano, pretendiendo inclusive que nuestras embarcaciones soliciten autorización a El Salvador y Nicaragua para entrar o salir hacia mar abierto.

Las declaraciones de este diputado salvadoreño sin duda alguna no son antojadizas, ya que se dan en un momento clave para El Salvador, país que prácticamente ha entregado a China continental su porción en el Golfo de Fonseca, para desarrollar ahí un megapuerto y un centro logístico de empresas chinas a través de una Zona Económica Exclusiva (ZEE). Estamos hablando de más de 7,000 hectáreas concedidas al país asiático. Es casi obvio que, dentro de ese plan, ocupan a Honduras fuera de la bocana del golfo y para ello, la clave es ocupar los territorios nacionales que dan esa proyección hacia el océano.

Esta obra portuaria, gestado en el gobierno de Sánchez Cerén, pero sobredimensionada en el actual, es uno de los incentivos de China como parte de la diplomacia de las vacunas que se impulsó a propósito de la pandemia covid-19.

Y ante las veladas amenazas que se ciernen sobre nuestra soberanía, ¿qué debe hacer el gobierno de Honduras?

A estas alturas, yo esperaría que ya se hayan formulado las notas de protesta correspondientes ante tales declaraciones encaminadas a generar un ambiente de incertidumbre y fricción.

Este ambiente negativo no es nuevo, ya que en los últimos años hemos visto como El Salvador, de forma abierta, ha pretendido alterar el equilibrio militar que ha existido en la región y que ha permitido a los pueblos vivir con relativa tranquilidad.

En abril de 2014, El Salvador y Chile oficializaron la compra de 10 aviones de combate Cessna A-37 DragonFly por 8 millones de dólares. Adicionalmente, pagaron 570,000 dólares de flete.

En junio pasado, el propio jefe de la Fuerza Aérea Salvadoreña, coronel Pablo Alberto Soriano, admitió que todos esos aviones comprados a Chile y que son de “combate ligero”, están 100% operativos.

Además, reconoció que el gobierno de Nayib Bukele sigue interesado en la adquisición de aviones Embraer EMB314/AT29 Súper Tucanos. Este plan se venía gestando desde el año 2010 y cuando todo parecía olvidado, el coronel sorprende al anunciar que el objetivo sigue en pie.

Y luego, como parte de la denominada Cuarta Fase del Plan Control Territorial, Bukele sorprende aún a sus nacionales anunciando que va a duplicar la cantidad de militares, es decir, pasará de 20,000 a 40,000 efectivos en un período de 5 años.

Bukele, quien según investigaciones periodísticas negoció con las maras y pandillas y luego intentó borrar las evidencias, afirma que más de 10,000 militares están inmiscuidos en operaciones antimaras.

Todas estas determinaciones, que rompen el equilibrio militar en la región, deben llamar a la preocupación, sobre todo porque provienen de un gobierno populista que mediante una acción considerada ilegal de parte de la Sala Constitucional afín al bukelismo, se dio luz verde para la reelección presidencial, algo que expresamente estaba prohibido en la Constitución.

A esto debemos sumar el hecho de que Bukele se ha ganado, con vacunas, la voluntad de alcaldes hondureños de la oposición, quienes hacen una labor para generar simpatías entre los hondureños hacia el gobernante salvadoreño.

A todas luces, lo que hay en marcha es un plan expansionista que se debe atajar a tiempo para evitar un nuevo conflicto entre los países.

Correo: [email protected]
Twitter: @berriosfernando

 

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