El turismo, tabla de salvación

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2 de octubre de 2021
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12:04 am
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El turismo, tabla de salvación

VÉRTICE

Por: Fernando Berríos
Periodista

Lo que ha vivido la industria turística es una tragedia sin precedentes y algo diferente debe hacerse si queremos mantener vivo este sector que aporta aproximadamente el 3.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, entre 600 y 700 millones de dólares anuales.

El turismo es esencial para las economías y son muy pocas las naciones que menosprecian la capacidad que este tiene para generar empleos, desarrollo y prosperidad.

En Honduras, la “industria sin chimeneas” genera alrededor de 270,000 empleos directos. Aquí estamos hablando de hondureños que trabajan en hoteles, restaurantes, bares, discotecas, centros de recreación, balnearios, servicios de tour operadores, transporte turístico, entre otros.

Pero hay una buena cantidad de hondureños que de forma indirecta son alcanzados por la derrama económica que genera esta actividad. Aquí podemos mencionar desde el vendedor ambulante que vende sus mangos o sus alcitrones o sus horchatas en la carretera hasta el albañil que construye una obra en un centro turístico.

El turismo es una actividad muy generosa, que genera beneficios directos e indirectos para millones de personas.

De hecho, si contabilizáramos todos los ingresos que se derivan del turismo, estos equivaldrían al 9% del PIB. Es decir, solo el turismo impacta en el 10 por ciento de la economía nacional.

Descabellado sería no ser más creativos para ayudar a este sector a paliar la crisis que viene arrastrando desde el estallido de la violencia en 2006 y la crisis política del año 2009.

La violencia irracional espantó a los turistas desde el año 2006, cuando el narcotráfico comenzó a mostrar su poderío y las masacres estaban a la orden del día.

En apenas 5 años Honduras ya era el país más violento del mundo y es lógico concluir que ningún turista sensato vendría a un país en guerra.

Como si la violencia no hubiera sido suficiente, en 2009 los políticos generaron la peor crisis política de los últimos 100 años, sumiendo al país en la anarquía y desorden durante más de un año. 12 años después, esa crisis sigue sin superarse

Aquellos tiempos en los que veíamos a turistas caminar serenamente con sus mochilas hoy los añoramos.

Honduras no es violencia, es paz. Honduras es mar y playa, es valles y montañas, es pueblos con encantos, arqueología, aviturismo, culturas vivas, exquisita gastronomía. Honduras es turismo religioso y colonial.

Esto es Honduras, un país con una posición geográfica envidiable, bañada por dos mares, montañoso, con climas variados, con personas hospitalarias, generosas y solidarias.

Apenas salíamos de las consecuencias de la extrema violencia y la crisis política cuando nos sobrevino la pandemia covid-19 y los huracanes Eta e Iota.

Estimaciones bastante moderadas calculan que se perdieron más de 100,000 empleos y cerraron centenares de empresas agobiadas por sus acreedores.

El confinamiento sanitario por más de un año, obligado y necesario, pasó una factura muy difícil de pagar. Reconocemos que desde el gobierno de la República se tomaron decisiones oportunas, como el fondo de auxilio para empleados suspendidos, los financiamientos blandos con históricas tasas de empresas de hasta 8.7% y los esquemas de readecuación de deudas.

Estas medidas, como lo reconoce la Cámara Nacional de Turismo, fueron un salvavidas que llegó en el momento oportuno para evitar una catástrofe en el sector.

Hoy vemos con buenos ojos que el gobierno haya firmado un gran acuerdo nacional para apoyo al sector turismo, con medidas saludables como la creación de la primera cooperativa especializada en atender las necesidades del sector turismo.

Esta cooperativa inicia sus operaciones con una transferencia no reembolsable de L.50 millones, por lo que se convierte desde hoy en el poderoso brazo financiero de las pequeñas, medianas y grandes empresas.

Además, este acuerdo incluye creación de becas, asistencia técnica y digital, el levantamiento de un censo nacional, la creación de un fondo de garantía a través de Banhprovi y BCH con una reserva de 50 millones de lempiras, la disponibilidad de fondos para readecuación de deudas, capital de inversión y de trabajo.

Asimismo se contempla apoyar a los emprendedores con una asignación inicial de 16 millones de lempiras a través de Senprende.

El turismo tiene el potencial para generar 200,000 adicionales y crecer más de 6% anual, como se proyectaba antes del inicio de la pandemia. Hoy se debe aprovechar todo el potencial que generará un nuevo aeropuerto, los vuelos de bajo costo y el desarrollo logístico a nivel nacional.

Esta es la hora del turismo. Es el momento de ser creativos, cambiar de chip y pensar fuera de la caja.

Email: [email protected]
Twitter: @berriosfernando

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