Rafael Morales cuando fungió como subdirector del Técnico Pedro Nufio.
Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. Ignorar la historia por desconocimiento es aceptable, pero hacerlo por malicia con la intención de ocultar los actos de los demás; es envidia y egoísmos infecundos que, lejos de ganar protagonismo, más temprano que tarde la verdad resplandece. Hoy a grandes rasgos la vida e historia de Rafael Arcángel Morales Murillo.
LT/ ¿De dónde viene Rafael Morales? “Mis orígenes están en la aldea Las Ánimas, soy hijo de una mujer noble que Dios preparó para que fuera mi madre y para lo que yo llegaría a ser gracias a la valentía y fe de Alejandrina Cruz Murillo. Se vino de Las Ánimas, me parió aquí en la ciudad un 6 de octubre de 1958 en una casa de bahareque. Por su condición de pobreza, tuvo que trabajar de empleada doméstica en dos casas particulares. Posteriormente trabajó en la industria del tabaco”.
LT/ ¿Los primeros años en la escuela? “Aún en su condición de pobreza matriculó a mi hermana y a mí en la Escuela “Luis Gamero”, solo costaba cinco lempiras la matrícula, al año siguiente el costo fue de 10 lempiras. En estas circunstancias y para no olvidar, intervinieron la profesora Gladys Aurora Méndez y la niña María Luisa Gamero, para decir a mi madre que si yo mantenía las notas altas me podrían becar hasta sexto grado, por cinco lempiras a cambio de que ella fuera cuatro veces al año para el aseo de la escuela. Esta parte de mi vida no quiero olvidar.
LT/ ¿La secundaria? “Mi madre tenía contactos con la iglesia católica, consiguió una beca para que estudiara en el Seminario Menor San José, consistía en comida, dormida y orientación espiritual. La parte académica era en el Instituto Salesiano San Miguel. Después me gradué en el IDO, soy parte de la primera promoción en el edificio nuevo en 1976. Apliqué a becas para continuar estudiando en la Universidad Pedagógica. Hubo muchos contratiempos, pero al final gané una beca de 150 lempiras y con eso terminé mi formación profesional”.
LT/ ¿Trabajo? “Comencé a buscar trabajo aquí en mi ciudad. Fui donde el director del IDO, para entonces Heriberto Amador, le presenté mi título, pero me desestimó argumentando que era muy joven para trabajar como catedrático. Estando en San Lorenzo, logré mi traslado en 1983. Laboré como catedrático en el IDO desde 1984 hasta 1995. Estaba libre la plaza de subdirector en el Pedro Nufio, concursé y obtuve el mejor lugar, asumí como subdirector”.
LT/ ¿Su experiencia en el Técnico Pedro Nufio? “Aquí comenzó una nueva etapa de mi vida, con otros pensamientos. El Técnico Pedro Nufio es un gran recorrido histórico con muchos protagonistas que no deben ser olvidados. La familia Sevilla, Héctor Nufio Gamero, María Elena Gamero. Las primeras aulas que deberían llevar el nombre Zenobia Rodas porque ella siendo ministra dejó un apartado de 100 mil lempiras para las aulas. Ramón Cálix Figueroa, que aprobó la asignación de los terrenos. La parte de gestión fue una de mis principales preocupaciones. Tuvimos el apoyo de los alcaldes, medios de comunicación y la Comunidad Económica Europea (Unión Europea). En definitiva, Técnico Pedro Nufio es un referente de la historia. Habrá que reconocer el apoyo de Celín Discua para tener acceso al FHIS, así logramos la ampliación de muchas aulas. El apoyo de padres y docentes del técnico fue decisivo para los logros de hoy”.
LT/ ¿Cómo nace UNAH-TEC? “El proyecto de la Universidad fue un anhelo viejo. El proyecto de Universidad presencial toma fuerza en el gobierno municipal de Juan José Osorio, es el pilar sobre el cual descansa el inicio de un proyecto diferente, ese era el anhelo de los danlidenses, pero no sabíamos lo que nos deparaba la historia. Osorio convocó a un cabildo abierto, como punto único creación del Grupo Gestor Proconstrucción de la universidad presencial. El grupo lo conformamos 25 personas, citaré algunos nombres: Henry Valladares, Luz Victoria Oliva, María Solórzano, Yolany Hernández, Nimia Suyapa Ardón, Roldán Echeverría y otros. Hasta aquí solo gestión”.
LT/ ¿Cuál fue el papel de la Comisión de Transición? “Yo diría que esto fue la salvación y consolidación del proyecto. Entonces el diputado Celín Discua, consigue una audiencia con la Comisión para el Grupo Gestor. Llegamos y nos dicen que llevemos toda la información posible. La documentación que presentamos, a criterio de la doctora Norma Martín de Reyes, no servía de nada. Si ustedes quieren universidad, nombren un gerente. Ese cargo recayó en mi persona, no porque lo haya pedido sino porque el Grupo Gestor así lo considero. A partir de entonces íbamos en el camino correcto”.
LT/ ¿Qué vino después? “Solicité el nombramiento de Luz Victoria por su capacidad intelectual pero ella rechazó, por esa razón llegué a la gerencia. El proceso duró desde el 2004 al 2006. La Comisión de Transición dio todos los ejes de cómo íbamos a trabajar. Lamentablemente el proyecto tuvo enemigos porque muchos personalizaron la situación. La UNAH-TEC, tuvo enemigos internos y externos, pero logramos el objetivo. Mis brazos derechos en la gerencia fueron María Solórzano y Yolany Hernández. En esta empresa figuran los alcaldes Juan José Osorio, Luis Alberto Sanabria, Luz Victoria Oliva y Ramiro Chacón.
LT/ ¿El epílogo? “UNAH-TEC. Es de Danlí y toda la región. En agosto 2006 fue entregado el acuerdo de creación, nombrando como director al prominente abogado Adolfo León Gómez (QDDG). Él me enseñó en año y medio lo que no había aprendido en el pasado. Las labores administrativas comenzaron el 1 de febrero del 2007 y labores académicas en marzo de ese mismo año. Es oportuno reconocer que ante la negativa del alcalde José Antonio Urrutia, para otorgar la escritura del terreno, el abogado Gustavo Sevilla la hizo sin costo para la Universidad. Una donación de 240 mil lempiras.
La Universidad nombró a Rafael Morales secretario general, pero por no ser egresado de la UNAH, no calificó. No obstante, fue la persona de confianza por su capacidad de gestión. Queda mucho por escribir y decir, pero estos son apenas jirones de historia sobre una vida de un profesional que ha luchado contra muchas adversidades.
